Clubhouse competirá con los gigantes Twitter, Facebook, Linkedin, Slack y Telegram

La red social Clubhouse crece a gran velocidad en lo que va de año pese a estar limitado a las plataformas de iOS y al acceso por invitación

Hablar por hablar, sentirse escuchado y compartir opiniones sin necesidad de teclear ni hacer fotos ni videos. Las redes sociales han encontrado en el sonido de la voz la fórmula para crecer en busca de nuevas audiencias, quizá más adultas y serenas. Probablemente, se explora un formato de comunicación más pausado, menos viral y más rico en matices. Frente a la superficialidad, estridencia y vértigo de otras redes, la tendencia apunta hacia la tertulia pausada y cercana.

Puede decirse que la culpa fue de Clubhouse. La compañía de California nació hace un año y se ha ganado las simpatías de 10 millones de usuarios, según datos del pasado febrero. Sus limitaciones de uso apenas han supuesto un obstáculo para una plataforma a la que solo se accede por invitación y restringida a dispositivos iOS (iPhone o iPad). Pese a lo anterior, la red social ha cuadruplicado su valor en apenas tres meses. Los 100 millones de dólares en los que tasó la compañía Andreessen Horowitz, uno de sus principales promotores, pasó a los 1.000 millones de dólares en los que se tasaba virtualmente la sociedad a mediados de enero, cuando irrumpió en Europa. Desde entonces, su precio de mercado ha crecido como para rondar los 4.000 millones de dólares actuales, según las estimaciones de los analistas consultados por Bloomberg. Precisamente ese es el importe que pretende recaudar la compañía en la nueva ronda de inversión liderada por sus fundadores: Paul Davison y Rohan Seth, padres de Alpha Exploration, matriz de Clubhouse. La red social del momento no graba las conversaciones, por lo que los usuarios pueden explayarse con la tranquilidad de que sus comentarios no serán press de buscadores. No obstante, existe un resquicio técnico por el que las salas se almacenan en servidores sin que se alteren la sesiones para hipotéticas investigaciones policiales en supuestos de terrorismo o amenazas a la seguridad nacional de los estados.

Los responsables de Clubhouse han reconocido esta semana que “sus servidores han sufrido un poco estos últimos meses”, una vez que el crecimiento de la plataforma “ha superado los primeros algoritmos” que su pequeño equipo diseñó originalmente. Así, la red de audio ha cuadruplicado el tamaño de su plantilla en lo que va de año, además de estabilizar la infraestructura y de preparar el lanzamiento en Android. Con todo eso en mente, la empresa ha cerrado una nueva ronda de financiación de serie C - liderada por Andrew Chen en a16z, con la participación de los principales inversores DST Global, Tiger Global, y Elad Gil. Esta inyección permitirá a la empresa “ampliar considerablemente el equipo para apoyar el crecimiento internacional, invertir en funciones de localización y accesibilidad, lanzar más programas como el acelerador Creator First para apoyar a los creadores a cobrar, invertir profundamente en el descubrimiento para ayudar a la gente a encontrar las mejores salas, y seguir ampliando nuestros equipos de apoyo y salud comunitaria”.

Según explica en el blog corporativo, Clubhouse ha crecido más rápido de lo esperado, ya que la plataforma se ha expandido por cientos de países de todo el mundo. “Con millones de nuevos usuarios hemos sido testigos de todo tipo de colisiones mágicas e improbables: desde Platon y Edward Snowden subastando obras de arte, hasta improvisadas recaudaciones de fondos de #stopasianhate, pasando por pequeñas salas íntimas en todo el mundo hasta altas horas de la noche, donde personas de todas las culturas se han reunido para conocerse por primera vez. También hemos asistido al surgimiento de movimientos prodemocráticos y nos hemos sentado juntos en silencio mientras el proyecto artístico Commemoration de Ai Weiwei honraba las vidas de los estudiantes que murieron en el terremoto de Wenchuan. La amplitud y la variedad parecen crecer cada día y es lo más emocionante”, indican en la compañía.

Al calor del fenómeno de Clubhouse, las grandes plataformas de mensajería y redes sociales han comenzado a mover sus hilos para subirse al carro de la palabra hablada, con Twitter, Facebook, Linkedin y Slack como futuros competidores del startup de San Francisco. A los anteriores se suman los ya establecidos de Quilt y Swell, sin descuidar a Telegram, que también permite crear salas de audio con multitud de usuarios.

El caso de Twitter, su oferta Spaces (Espacios) se presentan como “una nueva forma con la que puedes tener conversaciones de audio en directo en Twitter”. La compañía del pajarito explica que su objetivo consiste en ofrecer lo mejor y, por eso, ha estado realizando pruebas y desarrollándolas de manera pública a través de @TwitterSpaces. El funcionamiento es muy intuitivo. Existe un anfitrión, que es la persona que crea el espacio de audio y que por ahora solo admite la plataforma iOS. Para poner en marcha el prodigio se puede mantener presionados el creador de Tweets en la cronología de inicio y, luego, pulsar -en el extremo izquierda- el nuevo ícono de Espacios -cuyo icono son varios círculos que forman de diamante-. Otra opción para llegar al mismo camino consiste en pulsar la imagen de perfil en Fleets y después desplazarse hasta el extremo derecho y allí pulsar Espacios. Se trata de salas públicas, abiertas a todos los usuarios, tanto los followers como los tuiteros que aún no te siguen. En la misma sala de conversación se puede invitar oyentes a través de un Mensaje Directo con un enlace al Espacio, así como con un Tweet con un enlace o al compartir un enlace en otro lugar. Inicialmente, en esos espacios pueden compartir conversación hasta 11 personas -incluido el anfitrión- en cualquier momento. Como ocurre con ClubHouse, el anfitrión puede elegir a sus contertulios entre las opciones: Todos, Las personas que sigue o Solo las personas a las que invito a hablar. Durante la conversación, el anfitrión hace las veces de moderador para administrar quién puede hablar, al otorgar o revocar permisos para que los participantes puedan intervenir en el Espacio. Por parte de la audiencia, los oyentes pueden solicitar al anfitrión permiso para hablar al pulsar el ícono de Solicitud debajo del micrófono. Al contrario que ClubHouse, en Twitter Spaces existe margen para una mayor riqueza expresiva, con iconos y animaciones en manos de la audiencia.

Facebook también experimenta con el medio a través de Hotline, que viene a ser un híbrido entre ClubHouse e Instagram Live. Según informa TechCruch, los técnicos de I+D de la mayor red social del mundo trabajan en el piloto de una sala de tertulia en la que los creadores pueden encender sus cámaras y la audiencia, además de hablar, también pueda compartir sus preguntas o comentarios por texto. El padre de Hotline es Eric Hazzard, un rutilante fichaje de Facebook que se incorporó a la plantilla junto con la aplicación TBH, especializada en contenidos de autoayuda. La misma publicación apunta que el aspecto de Hotline recuerda a ClubHouse, Twitter Spaces o cualquier otra red social sólo de audio. Es decir, los oradores se sitúan en la parte superior de la pantalla del móvil y en la parte de abajo la audiencia expectante, divididos entre los que solo escuchan -modo radio- o escuchan y pueden intervenir. Las preguntas del público también aparecen en pantalla para que los usuarios puedan votar las cuestiones más interesantes y llevar a los oyentes al estrado de oradores. Como en Twitter, la red de audio de Facenbook también proporciona los emojis de aplausos, fuego, corazón, risa, sorpresa y pulgares arriba. En Hotline, los contenidos se graban de forma automática, con ficheros a los que tiene acceso el anfitrión y puede compartir en formato mp3 o en mp4, ya sea por correo o whatsapp o editarlas para YouTube o Tik Tok, por ejemplo. Asimismo, por ahora no existe números clausus para las salas, lo que puede animar a ciertas celebreties a organizar grandes eventos online.

A pesar de las similitudes con Clubhouse, Hotline tiene un aire diferente por el uso del vídeo, las preguntas basadas en el texto, las votaciones y porque está grabado. Esto hace que se parezca menos a un encuentro informal y más a un evento profesional en el que un experto dirige una sesión e invita a la audiencia a hacer preguntas.

LinkedIn no es menos que sus iguales y ha puesto a sus técnicos a trabajar en los servicios de audio. Como sucede con sus competidores, el objetivo consiste en tomar posiciones en el supuesto de que el formato prospere. En su caso -y como no puede ser de otra forma-, el servicio tendrá un sesgo eminentemente profesional, algo que ni mucho menos será exclusivo de la red social de Microsoft. Los perfiles de los audiochat serán los mismos que aparecen en Linkedin, riqueza informativa que tardarán en igualar el resto de las redes sociales de audio

Slack ha sido la última plataforma en apuntarse a la lista, consciente de que las nuevas prestaciones aumentarán el interés por la plataforma de mensajería profesional. En su caso, el servicio replica las prestaciones de ClubHouse, pero con más herramientas y animaciones.

“El año pasado, empezamos a crear un prototipo y a experimentar con una forma de comunicación más específica, espontánea y basada en el audio”, explicó Tamar Yehoshua, jefe de producto de Slack, en una entrada del blog sobre las nuevas funciones de Slack. “Hemos realizado una prueba piloto con los clientes para ver si podíamos reimaginar las conversaciones improvisadas en los pasillos, en las que unas pocas personas charlando podían llevar a una discusión de equipo y ayudar a desbloquear una idea. Creemos que esto conducirá a un mejor trabajo, aportará un mayor toque humano a nuestras conexiones en la oficina y ayudará a los equipos a impulsar la innovación”, según indica el directivo en declaraciones recogidas por voicebot, sitio web especializado en contenidos relacionados con el audio. Las mismas fuentes señala que la propuesta de audio social simplemente es uno de tantos experimentos que desarrolla Slack para mejorar la comunicación de los usuarios.

La puesta en marcha de redes sociales de audio puede resultar más o menos ágil o trabajosa, pero todas ellas se encuentran con la monetización como principal escollo para su viabilidad económica. Se entiende que la publicidad convencional difícilmente sintonizará los audios de los usuarios, ya que podría resultar intrusiva, y las empresas buscan alternativas como el micropatrocinio de las salas. ClubHouse, por ejemplo, considera importante alinear el modelo de negocio con el de los creadores, “ayudándoles a ganar dinero y a prosperar en la plataforma”. Bajo esa filosofía ha surgido Pagos, la primera función de generación de ingresos en fase pruebas para los creadores en Clubhouse. En concreto, los usuarios elegidos para el piloto ya pueden enviar pagos con la posibilidad de “desplegar la capacidad de recibir pagos en oleadas”. Para enviar el pago en Clubhouse hace falta tocar el perfil de un creador -que tenga la función activada- y pulsar “Enviar dinero”. Luego se introduce la cantidad, para lo que se reclama la vinculación con una tarjeta de crédito o débito. “El 100% del pago será para el creador. A la persona que envía el dinero también se le cobrará una pequeña tarifa de procesamiento de la tarjeta, que irá directamente a nuestro socio de procesamiento de pagos, Stripe”, sin que Clubhouse obtenga ningún ingreso directo o comisión por la operativa.