La vuelta al cole más tecnológica

Todo lo aprendido durante el confinamiento se pone a prueba ahora en un retorno a las aulas que se antoja más complicado que nunca. Docentes y padres se enfrentan al reto de encajar las piezas de un puzle a veces imposible.

Si tienes hijos o hijas en edad escolar, a buen seguro que, a estas alturas, ya te son familiares las palabras liveworksheet, hangout, jamboard, meet, zoom... La educación 3.0 ha llegado para quedarse. El ensayo general precipitado vivido en los tres últimos meses del pasado curso por el confinamiento de toda la población da ahora un paso más. Aún más complicado si cabe: con la amenaza del virus presente, aún sin el bálsamo de una vacuna, bajo la amenaza de nuevos cierres como los que ya estamos conociendo, pero con la necesidad de recuperar la normalidad.

El profesorado, héroes de la pandemia junto al personal sanitario y las fuerzas de seguridad, están teniendo que asumir ahora múltiples roles: no solo de docentes, también de psicólogos, de vigilantes de seguridad, de enfermeros, de coordinadores Covid... Y de evangelistas tecnológicos. De hecho, rara es la compañía techy que no haya lanzado su propia línea de equipos para el público estudiantil.

El último trimestre del curso anterior también sirvió para destruir unos cuantos tópicos: “Hemos visto cómo madres que estaban muy puestas en Instagram y otras redes sociales no sabían enviar un simple correo electrónico y que escribían todo el mensaje en el asunto. O alumnos supuestamente nativos digitales y maestros del Fortnite que luego no sabían rellenar una simple ficha interactiva...” Así lo reconoce una profesora de primaria que prefiere -y con razón- permanecer en el anonimato. Porque también encontramos aquí dos Españas: la que cuenta con mayor tasa de penetración de smartphones, pero también, según el Instituto Nacional de estadística (INE), la del millón de familias desconectadas, sin acceso a Internet. ¿Cómo garantizar que esos niños se beneficien de contenidos y plataformas digitales -ya casi indispensables- en estas condiciones? Desde administraciones como la Junta de Andalucía se han anunciado ayudas para esos hogares con riesgo de quedar excluidos.

El móvil, la tableta o el ordenador... Todo vale

La filosofía multiplataforma con la que se construyen la mayoría de los recursos, aplicaciones y herramientas de software para que sean igualmente accesibles desde el móvil, la tableta o el ordenador ha sido clave para no ampliar aún más esas brechas tecnológicas. Hasta ahora, muchos escolares han sobrevivido utilizando la tableta del hermano mayor, el ordenador de la madre... Igual, viendo que la situación va para largo, muchos hogares afrontan también la vuelta al cole más costosa por la necesaria adquisición de un equipo. De hecho, según un estudio anual de Idealo sobre esta compra, la nueva normalidad encarece la vuelta al cole un 53%. “Los libros de texto digitales o electrónicos que ya forman parte de las aulas de muchos colegios de España, son un 51,35% más baratos que los tradicionales libros de texto”. Tomando como referencia el índice de precios de las editoriales ofrecido para la Comunidad de Madrid, el precio medio de los libros en papel es de 268 euros frente a los 130 euros de la versión digital. Eso, en lo que respecta al bolsillo.

Desde la Fundación Cotec para la innovación se ha puesto en marcha una iniciativa -‘La escuela, lo primero’- que viene recopilando soluciones diseñadas por profesores y directores de centros ante los retos que plantea la pandemia. “La crisis provocada por la pandemia ha ensanchado las brechas que ya existían en el sistema educativo y ha creado otras nuevas”, explica la directora de Educación de Cotec, Ainara Zubillaga. Para ella “la educación es una pieza clave para la reconstrucción del país y no hay tiempo que perder para atajar los déficits que arrastra el sistema educativo”. Y urge a una acción coordinada entre las administraciones y los centros educativos.

Volcados en el mundo virtual

Por su parte, Alfredo Hernando, creador de Escuela 21, ve prioritario definir “procedimientos, planes de acogida y protocolos que ayuden a los diferentes agentes a entender cómo trabajar en comunidad en tiempos de crisis”. Para este experto en innovación educativa, ha llegado el momento de transferir las metodologías activas al entorno virtual, organizar tiempos y espacios de forma flexible, fomentar el trabajo colaborativo en remoto, impulsar la autonomía del alumnado, reforzar las necesidades educativas especiales...

Entre los muchos proyectos ya disponibles en la web ‘La escuela, lo primero’ de Cotec, encontramos el de los docentes Haybad Rosa López, José Blas, María Camacho y Manuel J. Fernández: “Nos hablan de medidas de seguridad (distancias, mascarillas...), pero también hay que preparar una enseñanza y un aprendizaje adaptados a estas circunstancias nunca vividas”, explican. “Debemos anticiparnos, tomar decisiones, máxime cuando las circunstancias son cambiantes. Toca prepararse para una escuela en desescalada donde quepan todos y todas, donde nadie se quede atrás. Una escuela, si cabe, más inclusiva”, añaden.

Hemos tenido la oportunidad de leer el protocolo del Colegio Divina Pastora de Sanlúcar de Barrameda en Cádiz, uno de los múltiples que han adaptado los centros a su situación siguiendo las directrices generales del Ministerio de Educación y de las Consejerías de las Comunidades Autónomas. En ese nuevo curso, en principio totalmente presencial, los profesores priorizan la enseñanza de destrezas digitales a los alumnos ante un posible cambio de escenario. Pero se preguntan los profesores cómo lo harán si el aula de informática, al ser de uso común, no puede ser utilizada. Los maestros de educación física también tienen que reducir al mínimo el contacto entre los alumnos. Por no decir que el balón está prohibido en el patio durante el recreo. O que las fuentes de agua no emanan el líquido elemento. O que cada alumno tiene que llevar todo los materiales que necesite y que jamás podrá prestar nada al compañero, ni una simple goma de borrar. O que las aulas deben permanecer ventiladas el máximo tiempo posible pero “evitando corrientes fuertes de aire”... O clases de música y canto en las que hay que evitar expulsar gotículas de saliva sobre los demás... Visto el protocolo, no descartes que te llamen la atención porque tu hijo habla demasiado alto. No obstante, el profesorado mantiene la ilusión y piensa en hacer su trabajo lo mejor posible. “Hacemos magia con su creatividad para que los niños lo vivan con la máxima normalidad y sigan afrontando nuevos retos y aprendizajes con entusiasmo”, comenta Aurora Escobar, directora pedagógica y coordinadora Covid del colegio Divina Pastora de Sanlúcar de Barrameda.

La creatividad al poder

Incluso los profesores más creativos y vocacionales están a estas alturas cansados de buscar herramientas como Google Classroom y en Educación 3.0 para priorizar la realización de tareas individuales y de manera telemática. “Esta situación ha provocado que la formación del profesorado haya avanzado rápidamente a nivel tecnológico para favorecer una enseñanza activa y seguir motivando a nuestro alumnado usando técnicas como la gamificación o clases invertidas”, reconoce la coordinadora de calidad de este centro, Fátima Aparcero. “La clase invertida anima al alumno a entender contenidos o investigar por su cuenta sobre un tema, a partir de unos recursos que facilita o graba el profesor. Así, pueden aprender el contenido con las explicaciones, viéndolas cuantas veces lo necesiten y en clase se pone en práctica y se comparte, siendo el profesorado un facilitador en el aprendizaje”, añade.

Otro método que intenta abrirse camino aprovechando esta situación es el home schooling o enseñanza en casa. Ésta es una opción controvertida por la obligación de escolarizar a los menores en España y que lleva dos décadas intentando salir de su situación de alegalidad. Ese mismo nombre recibe el programa de los centros Brains International School de la Comunidad de Madrid para que las clases sigan impartiéndose sin detrimento del ritmo académico llevado hasta el momento y los alumnos dispongan de las mismas herramientas para intervenir y preguntar. “La integración completa de la tecnología en la rutina educativa contribuye a una mayor accesibilidad a la educación, un modelo que se pone a prueba debido a la amenaza del contagio por coronavirus. El modelo home schooling es una metodología innovadora que facilitará su reincorporación tras la crisis”, explica un portavoz.

Educación ‘online’ versus tradicional

También encontramos detractores de la Educación 3.0, quizá por la precipitación en su aplicación por la pandemia. Si nos fijamos en un estudio encargado a Ipsos por ING, seis de cada diez padres y madres “consideran que la formación online reduce la calidad de la educación”. La mitad de los progenitores españoles encuestados considera que “las escuelas van atrasadas en formación digital y solo un 35% cree que la educación en remoto funciona bien en España”. Siete de cada diez entrevistados cree que la formación telemática no es apta para todas las asignaturas, por lo que debería combinarse la docencia presencial y online. Otro 59% piensa que esta modalidad no es buena para sus hijos, ya que necesitan socializar e interactuar. Al 54% le preocupa que pasen demasiado tiempo delante de una pantalla. De todo lo anterior, se desprende que la formación online recibida durante el último trimestre del pasado curso no obtiene buenos niveles de satisfacción. Solo el 35% cree que la educación en remoto funciona bien en España.

La socialización, clave

Uno de los puntos abordados en este trabajo, el de la socialización, es clave para Aldeas Infantiles SOS. Según sus responsables, “la reapertura de los centros escolares es determinante para garantizar el derecho a la educación”. Y reivindica “el papel del sistema educativo en la construcción colectiva de nuestra sociedad”. Añaden que los centros educativos son también escenarios de socialización, juego, aprendizaje e intercambio cultural, impulsores de la integración, la diversidad y la educación en valores. Ocupan un lugar fundamental en el desarrollo infantil y adolescente y constituyen entornos protectores y compensadores de desigualdades. En palabras de Pedro Puig, presidente de esta institución en España, “el derecho a la educación es un pilar de nuestra sociedad que no puede ponerse en cuestión y, en momentos de crisis como el que vivimos a causa del Covid-19, es más importante que nunca protegerlo y garantizarlo, aunque ello implique hacer un esfuerzo extra. En este sentido, la organización pide a Gobierno y Comunidades Autónomas que asuman su responsabilidad compartida y pongan en marcha las políticas necesarias, respaldadas por financiación, para que la vuelta de niños, niñas y adolescentes a las aulas con garantías de seguridad se materialice con éxito”.

De regreso al informe de ING e Ipsos, también aborda otro tema no menos arduo: la conciliación. El 68% de los padres y madres confía en que el nuevo curso pueda mantenerse con el horario estándar y a tiempo completo. Y es que, aunque en los últimos meses se ha impulsado el teletrabajo, ahora sólo uno de cada diez encuestados declara tener un trabajo remoto. Solo uno de cada cinco proyecta que trabajará en una modalidad mixta, combinando presencial y en remoto. En cuanto a la situación vivida durante el confinamiento, un 47% de los encuestados afirma que les ha resultado duro combinar el teletrabajo con la educación de sus hijos e hijas.

En el caso de que la educación volviera a ser en remoto y que los niños se quedaran en casa, solo tres de cada diez encuestados (31%) asegura que dispone de un horario flexible que les permitiría organizarse bien y el 37% podría repartir responsabilidades con su pareja y seguir trabajando. Sin embargo, uno de cada cuatro padres declara que necesitaría ayuda de familiares que se hiciesen cargo de sus hijos e hijas mientras ellos trabajan. Sin embargo, para el 10% podría suponer una pérdida de empleo o una reducción de jornada.

Cambios acelerados

La consultora tecnológica Encamina reunía días atrás -virtualmente, como todo ahora- a varios responsables de educación y transformación digital de empresas de este sector para analizar los pros y los contras de esta nueva situación. Todos coincidían en que 2021 va a ser un verdadero reto en el sector educativo y universitario. La incertidumbre hace que el escenario sea cambiante, rápido y desigual y esta complejidad va a activar a todos los protagonistas de la oferta académica. De entrada, ya observamos una proliferación de nuevas titulaciones universitarias vinculadas con la tecnología y para la que cuesta encontrar profesionales. Carlos Garriga, CIO de IE University, mencionó cómo, si bien hasta marzo de 2020 el uso de tecnologías como Teams era minoritaria en la plantilla, hoy es impensable no utilizarla. “Esto ha supuesto una aceleración y sin duda un cambio cultural, que requiere flexibilidad, testar y corregir rápidamente cualquier error, preparar a los docentes, reestructurar los programas, ser más interactivos y aprender a apasionarse con nuevas formas de aprendizaje”, añadió. Y habló del liquid learning, un concepto que hace referencia a escenarios en los cuales una parte de los alumnos se encuentra en el aula y el resto, simultáneamente, asiste en remoto. “Estos sistemas son atractivos, pero también complejos porque las aulas se acaban pareciendo más a un estudio de grabación que a un aula de toda la vida donde la pizarra era la protagonista”, explicó.

En este sentido, los expertos reunidos por Encamina coincidieron en afirmar que el Covid-19 ha acelerado algo que se veía venir: tener sentado a un alumno ocho horas cada día en un aula mirando una pizarra ya no es viable. “La pandemia ha dado velocidad a un nuevo modelo mostrando que se puede evaluar sin exámenes, que se pueden hacer clases dinámicas sin tener a un profesor delante durante dos horas y que puedes organizar sinergias con alumnos de todo el mundo”, añadió Jorge Rodríguez González, CIO de Esade.

El 80% de los niños quería volver al colegio

Otra cosa que como padre o madre habrás comprobado estos días atrás: las ganas de los hijos por volver al colegio. Según otro estudio, esta vez encargado por la compañía de alimentación Kellogg, al 80% de los escolares le hace ilusión la vuelta al cole a pesar del temor del 72% de los padres a contagios. El trabajo, en el que han participado medio millar de familias españolas con hijos entre 6 y 12 años, concluye que tres de cada cuatro padres considera que el confinamiento ha afectado a sus hijos en su desarrollo social y el aprendizaje. Para la psicóloga infantil Úrsula Perona, “esta situación que nos ha tocado vivir también nos está dejando aprendizajes”. “Estamos aprendiendo a ser resilientes, a adaptarnos a las circunstancias. A vivir más en el momento presente. Nos está enseñando que somos más fuertes de lo que pensábamos. Y que podemos adaptarnos a una gran variedad de situaciones. También nos ha enseñado a valorar más las pequeñas cosas”, concluye.