La trazada perfecta

Codemasters consigue el juego definitivo sobre la Fórmula 1 con todas las opciones imaginables.

Vamos a empezar esta vez por el final: si te gustan los juegos de carreras, este F1 2020 no puede faltar en tu colección. En este tipo de títulos que conocen cada año una nueva edición renovada -como el Fifa, el NBA2K, el PGA Tour...-, podemos pensar que todo está ya más que inventado. Aquí Codemasters demuestra que se puede seguir mejorando. Este estudio lo ha aprendido todo de los muchos juegos de carreras que lleva a sus espaldas, como los de la saga Dirt o los viejos Colin McRae...

F1 2020 ofrece un sinfín de opciones para que pueda adaptarse como un guante a los gustos y preferencias de cada jugador y así nadie se sienta frustrado ni merme la jugabilidad. No hay que asustarse ante un título que puede resultar complejo a priori. Para nada. Podemos jugar en plan arcade con un bólido que no derrapará nunca y que permanecerá impertérrito ante cualquier golpe. O también podremos renunciar a las múltiples ayudas y buscar la simulación totalmente real para notar cómo los neumáticos se van desgastando o cogiendo la temperatura perfecta, sufrir con el más mínimo golpe o penalización... Entre un extremo y otro, caben múltiples opciones. Con esto, la jugabilidad está más que garantizada, sea para el peque de la casa o para el seguidor más exigente. Son casi infinitas las posibilidades porque no solo decidiremos qué ayudas queremos, desde asistencia en la salida, ver el dibujo de la trazada o frenada.... También tendremos que decidir el nivel de dificultad que deseamos ajustando la inteligencia artificial de los rivales... Nuestra humilde recomendación es empezar activando algunas ayudas e ir poco a poco desactivándolas. Por las buenas horas que hemos pasado probando el juego, aconsejamos ser exigentes para acercarnos a la experiencia más real posible y luego, si no hay más remedio, tirar de flashbacks o rebobinados para ir aprendiendo de los errores ante trompos, choques por haber apurado demasiado la frenada...

Esa posibilidad de construir el juego a la medida de cada aficionado es uno de sus puntos fuertes. Pero no el único. Otro atractivo a destacar es su variada oferta en modos de juego, que también permite adaptar la partida a cada situación. ¿Estamos en casa con un amigo y queremos echar un campeonato o partida rápida? Para eso regresa por fin el modo a pantalla partida, ausente desde la edición de 2014. Esto era inexplicable: justo cuando habían llegado las pantallas panorámicas de más de 50 pulgadas a casa, va y desaparece ese modo que tantos buenos ratos nos hacía pasar.

¿Queremos gestionar una escudería desde cero? También aquí nace el modo Mi Equipo, con el que podemos crear una escudería a partir de uno los cuatro motores oficiales del campeonato e intentar llevarla a lo más alto durante diez temporadas. Para ello, tendremos que mejorar los vehículos en el túnel del viento y en la pista, también buscar patrocinadores, gestionar acciones de márketing... No es todo lo complejo que podría llegar a ser un modo manager como los que solemos ver en juegos de fútbol, pero como primera experiencia en F1 no está nada mal.

¿Nos apetece jugar un campeonato? Tenemos a nuestra disposición los 22 circuitos oficiales de esta temporada, la número 70, con sus 20 pilotos y sus diez escuderías inscritas en el mundial. Entre las novedades destacan los recorridos de Vietnam y Zandvoort. Aquí también podemos elegir si competir en las 22 carreras o reducir el campeonato a 10 o 16 pruebas. En todos los casos, podremos optar distintos números de vueltas, por seguir o no todo el protocolo de entrenamientos libres, clasificatorias y carrera o buscar la pole en una simple vuelta previa. Recomendamos aquí, para sacarle todo el partido al juego, aprendernos bien cada circuito para llegar a la carrera sabiendo por dónde tenemos que entrar en cada curva y a qué velocidad. Ya se sabe que lo más importante es salir de cada curva con la máxima velocidad posible, que es lo que nos permitirá aprovechar el rebufo de otros coches o pasarlos sin más. También aquí tenemos la ayuda del ERS, que se aplica solo en momentos puntuales apretando un simple botón, como los pilotos de verdad (avisamos de que no es infinito). Según lo exigente que queramos ser, incluso en plena carrera podremos realizar ajustes y revisar la telemetría o la evolución técnica del vehículo para decidir si tenemos que parar o no en boxes (según el número de vueltas que hayamos elegido). Otra cosa que no podemos pasar por alto y que enriquece mucho el juego: si antes de embarcar en la F1 queremos desfogarnos en la F2, también incluye el juego todos los pilotos y escuderías oficiales de esta segunda categoría.

¿Recordamos viejos tiempos? Junto al listado de vehículos oficiales de la actual temporada en curso también podemos montarnos, entre otros muchos casi clásicos, en el Red Bull RB6 de 2010, en el McLaren MP4-23 de 2008, en el Renault R26 de 2006 o en el Williams FW14 de 1992. En cuanto a Ferrari, la firma del Cavallino rampante está muy bien representada sobre todo en la edición Deluxe homenaje a Michael Schumacher que se ha lanzado en paralelo. Aquí aparecen los Benetton B194 y B195, el Jordan 191 y el Ferrari F1-2000, así como un actualizado Ferrari F2004.

El juego sigue creciendo con modos rápidos tradicionales de persecución, de coche fantasma o contrarreloj para que en todo momento podamos olvidarnos de la rutina con una prueba en la que medir nuestra habilidad al volante. Si en lugar del pad clásico queremos vivir la experiencia aún más real con un volante, el título es compatible comuna veintena de periféricos de este tipo según la plataforma en la que lo estemos disfrutando.

En el apartado gráfico, no hay nada que reprochar a un título que se mueve a la perfección en gráficos 4K y a 60 frames por segundo, no habiendo encontrado la más mínima ralentización en ningún momento. Y eso en un juego en el que la acción se desarrolla a casi 300 kilómetros por hora. La sensación de velocidad es auténtica.

También el sonido recrea los chispazos reales de cada tipo de motor, algo que apreciará el público más exigente. Otro punto clave que determina el éxito en un juego de velocidad es la física: los bólidos pesan, se nota que van perfectamente pegados al suelo y -como cabe esperarse- de los ajustes que hayamos realizado, dependerá su reacción ante una frenada brusca, un giro en un mal momento, que nos montemos demasiado en los pianos...

En carrera, el director de equipo nos va dando rápidas instrucciones del tipo: “Te van a penalizar por esta maniobra” o “el coche de detrás te está sacando unas décimas en cada vuelta”... Todo suma para lograr una ambientación igualmente perfecta. Codemasters lo ha clavado. Así que solo nos queda repetir la conclusión que adelantábamos al inicio: si te gustan los juegos de carreras, el F1 2020 no puede faltar en tu colección.