El ‘Big Data’ y la Inteligencia Artificial: ¿nos aportan un cambio a la educación?

Tanto en el mundo de los negocios, como en la política o la medicina, el Big Data es la palabra de moda. Como bien sabemos, se basa en la recolección de información, la pregunta es si estos datos masivos podemos utilizarlos en la educación y si el sistema educativo puede beneficiarse de estos.

Son muchas las instituciones educativas en la actualidad que usan el Big Data para poder mejorar su sistema de enseñanza y conseguir mejores resultados. La combinación del Big Data y la Inteligencia Artificial es un tema de actualidad dentro del mundo educativo. En este paradigma hay una serie de conceptos que destacan, como es el propio Big Data, que podríamos definirlo como el uso de herramientas tecnológicas para la recogida y tratamiento de datos masivos y, por otro lado tenemos, el concepto más innovador y ligado a las redes neuronales; Analítica de Aprendizaje. Este sirve para analizar, interpretar y aprender de esos datos, mediante técnicas pedagógicas y algoritmos, con la finalidad de obtener información para mejorar la práctica educativa.

Podríamos enumerar algunas ventajas que aportan estos sistemas al ámbito educativo: En primer lugar, tenemos el aprendizaje adaptativo. Se trata de un nuevo método de enseñanza que, gracias a la recogida y análisis de datos de cada alumno, en tiempo real, produce un aprendizaje personalizado que se va adaptando y modificando a sus necesidades y progresos. En segundo lugar, encontramos la personalización. Hablamos aquí del uso de estas técnicas permite implementar programas educativos personalizados para los diferentes niveles. En tercer lugar, hay nuevos métodos formativos. El aprendizaje adaptativo es el más relevante, pero existen otros muchos métodos como son: gamificación, aprendizaje basado en competencias, aprendizaje combinado, aprendizaje basado en servicios. Y en cuarto y último lugar, nos lleva a una mayor eficiencia. Se puede mejorar la eficiencia al optimizar los recursos formativos, teniendo en cuenta el empleo efectivo de los contenidos y herramientas. Se puede predecir qué problemas, abandonos o desempeño, hay en una clase y aplicar acciones para corregirlos.

Sabemos que todo esfuerzo encaminado a mejorar los procesos de enseñanza y aprendizaje en las aulas requiere de la recopilación de datos y la obtención de métricas que deben ser analizados para obtener un punto de partida y poder determinar si se han obtenido los resultados deseados. Por tanto, decidir cuáles son los datos con los que va a trabajar un sistema, cómo se van a obtener y con qué fin, son preguntas clave cuando usemos este tipo de tecnologías en las aulas.

La introducción en tiempos actuales de dispositivos en las clases o ahora en este aprendizaje online que estamos inmersos, está facilitando a los docentes la obtención de un importante flujo de datos sumamente útil para poder valorar el rendimiento de cada alumno.

La aplicación de Big Data e Inteligencia Artificial nos está permitiendo recopilar una gran cantidad de información y analizarla en un periodo de tiempo muy breve. Podríamos poner el ejemplo de analizar el rendimiento de varios alumnos a la vez, ante una determinada actividad usando patrones como: interés, motivación, concentración, estrés y destreza.

Realmente se aplican una serie de herramientas para obtener esos resultados que mejorarán el aprendizaje y la experiencia del alumno pero, ¿hay otras formas de utilizar la Inteligencia Artificial de forma más frecuente en las aulas? Debemos decir que actualmente la Inteligencia Artificial no es un recurso frecuente en las aulas, pero creo que podemos usar esta tecnología para descenderla de una manera más cercana a los alumnos y profesores, donde sea la herramienta para mejorar y motivar ese trabajo que hacemos en la clase.

Por lo tanto, si respondemos a esta pregunta, la Inteligencia Artificial debería convertirse en un recurso transversal, por el cual puedas usarlo en cualquier asignatura. Esta tecnología nos puede dar una nueva perspectiva sobre el contenido o el material que usamos en clase. Desde el punto de vista del docente, la Inteligencia Artificial se tiene que ver o tenemos que intentar mostrarla como un recurso más de aula, esta tecnología no viene a sustituir nada, sino a complementar y sumar lo que ya estamos haciendo.

Seguramente después de escribir estas últimas líneas nos asalta la pregunta de si nos terminará desplazando esa Inteligencia Artificial de nuestra aula. Es una pregunta complicada de contestar, pero lo que es cierto es que hay muchos argumentos donde podemos asegurar que la Inteligencia Artificial no puede llegar y que la profesión de docente no aparezca en las listas de profesiones que podrían ser sustituidas por robots, habla muy positivamente que esta tecnología necesita al profesor en el aula para trabajar de forma conjunta. La Inteligencia Artificial puede ser constantes e incansable en sus procedimientos, pero la educación no es solo esto; hay unas habilidades humanas que hoy por hoy la Inteligencia Artificial no puede abordar.

Si nos vamos al campo de la neuroeducación podemos confirmar que el ingrediente emocional es fundamental tanto para el que enseña como para el que aprende. A nuestros alumnos les gusta aprender en grupo y les gusta aprender de otras personas. La Inteligencia Artificial nunca podrá emparejar a los humanos de esta manera.

Para finalizar, me gustaría dejar unas líneas de reflexión y conclusión donde podríamos preguntarnos qué hace falta para que este tipo de tecnología se interiorice más en las aulas. En mi opinión, debemos tener claro que para que la Inteligencia Artificial pueda entrar en un aula de manera más educativa, debe hacerlo con una actividad o camino de aprendizaje marcado por el profesor, a partir de aquí se le podrá sacar todo el partido a este tipo de tecnología, pero no debemos caer en el error de mostrar la tecnología como tal, sino usarla como herramienta de aprendizaje.