Cómo abordar la transformación digital en la Administración, empresas y educación con el 5G

Estamos viviendo un periodo lleno de incertidumbres. La pandemia provocada por el Covid-19 ha traspasado todas las fronteras y agravado la situación sanitaria y económica de todos los países. Esta situación nos coloca ante un panorama complicado con una grave situación de crisis a todos los niveles y de una intensidad pocas veces conocida. De esta manera nos lo muestran los datos del nivel de desempleo, el número de expedientes de regulación de empleo temporales, (más conocidos como ERTEs) o las numerosas empresas que se ven obligadas a cesar su actividad.

Las pequeñas y medianas empresas son las compañías a las que, sin lugar a duda, más está perjudicando esta difícil situación, ya que les ha cogido poco preparadas. Así lo demuestra el dato de que solamente el 19% de ellas están desarrollando su actividad comercial de una forma digital, en un entorno completamente online.

Este escenario nos puede abrumar, pero podemos afrontar esta situación con optimismo porque contamos con unos recursos con los que no hemos contado nunca en nuestra historia y con las herramientas adecuadas para abordar la necesaria y urgente transformación digital.

Tenemos el Plan Agenda Digital 2025 y unos fondos de 140 mil millones de euros que la Unión Europea ha puesto a nuestra disposición. Pero, sobre todo, disponemos del talento en nuestro país que nos permite abordar esta transformación de manera exitosa.

La tecnología y, en concreto la industria TIC, debe ser el gran catalizador de la recuperación y debemos apoyarnos en esta industria para mejorar la situación en nuestra economía. Por un lado, es necesaria una transformación digital interna en el conjunto de las administraciones públicas y en el entorno empresarial para mejorar en aspectos como la eficiencia, la competitividad y al mismo tiempo avanzar en el ahorro de costes.

Por otro lado, la forma en la que las empresas, las instituciones y las administraciones públicas se relacionan con los ciudadanos debe ser digital. Esta transformación tiene que estar vinculada a dos pilares fundamentales como son la responsabilidad digital de la industria a la hora de afrontar este cambio y la ciudadanía corporativa, es decir, llevarla a cabo de manera segura y mediante un crecimiento sostenible eliminando las brechas digitales.

Además, para que esta transformación digital suceda y lo haga de manera rápida, contamos con un nuevo aliado. Se trata de la tecnología 5G que ha llegado para cambiarnos nuestras vidas.

En Corea, país pionero en la implantación de esta tecnología, el 5G ya ha alcanzado el 14% de la población y actualmente es el generador del 28% del tráfico de datos móviles del país.

En España, esta tecnología tiene que ser el impulsor de la transformación digital que necesita el país. Si ya hemos sido capaces de hacerlo una vez y contamos con una de las mejores infraestructuras del mundo de fibra que llega a los hogares, ¿por qué no vamos a tener también la capacidad para liderar el desarrollo del 5G?

Para ello, gobiernos, operadores y fabricantes tenemos que trabajar juntos y hacer que sea una realidad lo antes posible y nos ayude a acelerar esta transformación digital que debemos abordar y que afecta de manera urgente a todo tipo de organizaciones, grandes o pequeñas, públicas o privadas.

Podemos poner ejemplos en tres ámbitos diferentes y en los que Samsung está trabajando. En la administración pública tenemos el caso de la identificación digital que permitirá la digitalización de distintos documentos personales, incluyendo el carnet de identidad, y llevarlo al móvil, clave de muchas transformaciones ya que va unido a movilidad.

El segundo, las empresas de todos los tamaños y el trabajo en movilidad. Con la pandemia tuvimos que cambiar de un día para otro nuestro lugar de trabajo de la oficina a nuestras casas y la mayoría de las empresas no estaban preparadas. Las empresas deben abordar este proceso de transformación y cambiar el concepto de puesto de trabajo que debe estar unido a la movilidad y a donde se encuentre la persona, no de un espacio físico.

Por último, el tercer ámbito es la educación y su digitalización. La crisis del COVID-19 ha puesto a prueba los recursos tecnológicos de las familias y la capacidad de adaptación de los colegios para que la educación no se detuviera durante los meses de confinamiento. Durante estos meses ha quedado de manifiesto la necesidad de apostar por la integración de la tecnología en la educación y por el uso de herramientas digitales para profesores y alumnos, para facilitar la enseñanza remota y para ayudarles a desarrollar las competencias y habilidades digitales clave del siglo XXI.

La reducción de la brecha digital en los hogares, los avances hacia una Administración electrónica o la transformación digital de las empresas son solo algunos de los grandes retos del futuro más cercano. Retos que, además, habrá que afrontar teniendo en cuenta en todo momento la seguridad y privacidad tanto de los usuarios como de las organizaciones.

La seguridad y la privacidad de nuestros datos y comunicaciones empiezan con la responsabilidad de uno mismo. Junto con esto, la colaboración público-privada y la implantación de las redes 5G en España serán claves para que esta transformación digital nos sitúe a la vanguardia como país.