Yo me sigo quedando (a trabajar) en casa

Los que tienen la suerte de poder seguir trabajando en remoto adaptan y mejoran un rincón del hogar a esta función. Mejor prepararse ante un más que probable segundo confinamiento

Si algo nos ha quedado claro de la pandemia que estamos sufriendo es que la verdadera normalidad no llegará hasta que no se puedan administrar de forma generalizada las vacunas, aún en fase de pruebas. El Covid-19 lo ha alterado todo. En esta situación, los más afortunados son aquellos profesionales que pueden seguir trabajando a distancia. Sus hogares se han convertido también en sus oficinas y ya han caído en la cuenta de que conviene equiparlos bien. Porque lo que empezó como algo improvisado va camino de perdurar durante aún bastante tiempo. Esa esquinita en el salón no es suficiente y, ante un más que seguro confinamiento segunda parte, más vale equiparnos con todo lo necesario para trabajar con todas las garantías de comodidad y seguridad. De ahí que hayamos decidido dedicar el bazar prenavideño y del Black Friday de este año a todo lo relacionado con el trabajo desde casa.

De enero de 2019 a agosto de 2020, la búsqueda en Google con las palabras “oficina en casa” creció un 400%. Así lo leemos en el último análisis de SEMrush, una plataforma de márketing online. Las compañías tecnológicas y de mobiliario de oficina no han permanecido ajenas a esta nueva tendencia. Otra plataforma, esta vez vinculada al mundo de la construcción, habitissimo, nos comunica que el número de solicitudes para realizar intervenciones de mejora y reforma en los hogares se ha incrementado un 23% en el tercer trimestre de 2020 con respecto al mismo periodo del año anterior. Así aparece en su Informe trimestral sobre el sector de la reforma.

El Gobierno también salió al paso con una regulación del teletrabajo que, según los expertos, resulta insuficiente a todas luces por despachar la situación que ha provocado la pandemia en tres párrafos y dejar en manos de la negociación colectiva y de cada empresa decidir sobre los términos de su aplicación. “Se ha perdido una grandísima oportunidad de haber legislado con unas orientaciones más propias de las relaciones de trabajo del siglo XXI, que tuvieran en cuenta el nuevo entorno económico al que nos vamos a enfrentar, la modernización de las relaciones laborales, la transformación digital, etc. En mi opinión, ha nacido con unos anclajes más propios del siglo pasado”, comentaba días atrás Rosa Zarza, responsable del departamento de Derecho laboral de Garrigues, en un debate organizado por la Fundación Ramón Areces para analizar este decreto ley.

En Países Bajos, sus autoridades sí retribuyen desde marzo a sus trabajadores con lo que han llamado el bono Covid-19, un complemento de 363 euros. ¿De dónde sale esa cifra? La institución pública de este país especializada en finanzas familiares (NIBUD) ha investigado cada uno de los costes a los que tiene que hacer frente un trabajador al realizar su labor profesional desde el domicilio. Han concluido que trabajar desde casa nos supone dos euros diarios. Resulta llamativo que en ese cáculo se haya tebido en cuenta ese gasto de tener el ordenador y la luz encendida -porque el Wi-Fi lo íbamos a pagar igual de no teletrabajar en casa- y no en el ahorro que supone no tener que desplazarse a la oficina -en combustible, desgaste del vehículo o transporte público- así como de las comidas que tendríamos que hacer en restaurantes por no disponer de tiempo para volver al hogar...

Facebook ya le ha comuicado a sus más de 40.000 trabajadores que pueden trabajar desde donde quieran para evitar el contagio del Covid-19. Pero el siguiente eslabón en esta cadena es convertir el teletrabajo en trabajo inteligente. Dejar de trabajar contando las horas que estamos sentados a la silla -ya sea en la oficina o en casa- y hacerlo de verdad por objetivos. Cualquiera que haya tenido la oportunidad de teletrabajar se habrá dado cuenta de lo que cunde el tiempo cuando se consiguen las condiciones apropiadas de aislamiento. Un reciente estudio de HP concluye que “el 35% de los profesionales en España señala que su empresa no está lista para acometer el cambio a digital, y no tiene activos los canales de comunicación digital, y que esta falta de preparación influye en el ánimo, la calidad del trabajo y la lealtad del empleado”. Añade que “uno de cada tres profesionales en Europa siente que es menos productivo cuando no comparte espacio en la oficina y que está completamente desconectado de la cultura empresarial cuando trabaja desde casa”. Leído en positivo, eso significa también que dos de cada tres empresas sí están preparadas, es decir, una amplia mayoría, y que también en ese mismo porcentaje, los trabajadores sí se sienten más productivos y no por ello más ajenos a lo que sucede en sus compañías...

Los sociólogos han considerado siempre el trabajo como el primer espacio de socialización después de la familia. Dado el ritmo de vida que llevábamos -sobre todo en las ciudades- antes de que apareciera el Covid-19, el trabajo muchas veces superaba y de forma amplia a la propia familia en horas dedicadas al día. Cuando se trabaja desde casa, también esto cambia. Todos los minutos que no perdemos en la oficina con todas esas interrupciones -muchas de ellas, reconozcámoslo, totalmente absurdas- pueden dedicarse a las personas que de verdad nos importan o a disfrutar de un tiempo de ocio de mayor calidad. Un solo ejemplo: en estos meses de teletrabajo, nos hemos dado cuenta también de que con una simple llamada de teléfono -ni siquiera videollamada- o con un e-mail entendíamos cuál era el siguiente paso a dar en un proyecto, ahorrándonos así varias reuniones. Por supuesto, esa mayor eficiencia y aumento de la productividad deben de ir acompañadas de medidas concretas y -seguramente pactadas- para convertir el teletrabajo en trabajo inteligente.

Desde Paradigma Digital, multinacional especializada en la transformación digital de las empresas, nos aportan una serie de consejos. Entre ellos, encontramos desde saber elegir en cada caso cuál es el canal de comunicación más eficaz entre el trabajador y la empresa, a escribir bien para transmitir eficazmente los mensajes, evitar las reuniones innecesarias -sean en remoto o no-, preparar bien esos encuentros, dar más autonomía a los equipos... También añaden que el teletrabajo no significa estar siempre online y disponible, por aquello de cuidar la desconexión digital. Ese trabajo desde casa, a juicio de Paradigma Digital, no está reñido con seguir creando equipo. También piden que extrememos el cuidado en herramientas de seguridad. De hecho, según el Informe sobre ciberseguridad en el teletrabajo 2020 de Fortinet, el 60% de las organizaciones han revelado un aumento de brechas de seguridad durante su transición al teletrabajo. Y recomiendan, para pasar al teletrabajo inteligente, que consigamos unas rutinas y disciplina desde casa.

Ojalá que entre estas medidas y consejos antes descritos, así como con los productos reseñados a continuación en el bazar, la oficina en casa se convierta en un espacio acogedor, confortable e inspirador desde el que ir saliendo poco a poco de esta dramática situación.