Tecnología para descongestionar la sanidad

La segunda ola de la Covid-19 ha vuelto a dejar a los sistemas sanitarios al borde del colapso, con hospitales y profesionales desbordados ante una situación que, nuevamente, evidencia la urgencia de avanzar en la salud digital y aprovechar las ventajas y beneficios que aporta la tecnología en el diagnóstico, la atención, la toma de decisiones o la planificación y optimización de los recursos.

Los constantes desarrollos en Inteligencia Artificial y Big Data, en Realidad Mixta y Aumentada o en telemedicina podrían suponer una válvula de liberación de la enorme presión que sufren los centros de salud, ya sea por su capacidad de predicción, porque mejoran la eficiencia de los procesos y los tratamientos o porque reducen la presencia y permanencia de los pacientes en los centros.

El rápido avance que se ha producido durante los últimos años en tecnologías como la Inteligencia Artificial y la Data Science va haciendo realidad la creación de una red de servicios médicos conectados con capacidad para ofrecer una atención sanitaria basada en las 5P: personalizada, predictiva, preventiva, participativa y para toda la población.

Los beneficios de la Inteligencia Artificial en la salud son inmensos, ya que no solo mejoran la “atención 5P”, sino que ayudan a reducir tiempos de espera, agilizan los flujos de trabajo y pacientes en urgencias, mejoran también la cirugía y el diagnóstico, mejoran los tratamientos a partir de un trato personalizado y disminuyen las cargas administrativas. Todo ello redunda en un aumento de la productividad de los médicos y, por ende, en la sostenibilidad del sistema. Hablamos de sistemas inteligentes que detectan diferentes patologías a partir de una imagen, analizan y cuantifican las notas que toman los médicos y gestionan y optimizan el flujo de pacientes en urgencias. De análisis predictivos que ayudan a salvar vidas en las UCIs y a identificar grupos de riesgo que son derivados a pequeños centros de salud para evitar el colapso de los grandes hospitales.

Hablamos, también, de las posibilidades que ofrece el análisis de la enorme cantidad de datos y de información acumulada en los registros médicos. Un análisis que resulta clave a la hora de ayudar a los profesionales sanitarios a alcanzar una mayor comprensión y, por tanto, una mayor capacidad de prevención de enfermedades.

Pero tan importante como la recopilación y el análisis de los datos resulta el acceso y uso que se hace de ellos: la democratización de la información y el Data Driven. En este sentido, existen plataformas digitales como las basadas en Power BI de Microsoft que nos permiten ofrecer de forma precisa y personalizada a trabajadores y colaboradores las métricas acordes a los indicadores estratégicos de las compañías de salud. Dotadas de capacidades de autoservicio en la presentación analítica de datos (Self Service BI), cada uno puede usar la información de la forma que le resulte más útil, por lo que ofrece una mayor agilidad y descentralización en la toma de decisiones.

Junto a las posibilidades de la Inteligencia Artificial en materia de prevención, con la telemedicina y la teleasistencia los hospitales pueden centrarse en los enfermos más graves o que requieran tratamientos más complejos, de manera que el resto sean tratados en centros más pequeños o, incluso, en el hogar. Con el beneficio añadido de que todas esas unidades sanitarias estarán conectadas a una misma red, con unos centros de mando que se encargarán de analizar los informes y datos clínicos a fin de facilitar la toma de decisiones y detectar a pacientes con aumento de riesgo. Todo ello reduce la saturación del sistema, optimiza el reparto y la organización de los recursos humanos allá donde más se necesitan, además de aliviar la presión y el estrés a los que se encuentran sometidos, en numerosas ocasiones, con recursos limitados.

Los profesionales sanitarios son el colectivo más afectado por los contagios de Covid-19, y para los que mantener la distancia social y evitar la exposición es una cuestión literalmente vital. De ahí la enorme utilidad de los Asistentes Virtuales de Voz para gestionar cuadros de mando en PowerBI, que permiten usar la voz y trabajar en modo low touch con indicadores, gráficas y otros datos.

Además de estas aplicaciones, las nuevas tecnologías nos ofrecen herramientas como la Realidad Virtual, Mixta y Aumentada o servicios cognitivos que facilitan la asistencia remota, ya sea para la atención a pacientes como para la resolución de problemas, el mantenimiento o reparación de productos, inspecciones técnicas o el intercambio de conocimiento y formación o la explicación de tratamientos y patologías al paciente.

Aplicaciones como Microsoft Remote Assist permiten establecer video conferencias desde un móvil o un dispositivo de Realidad mixta interaccionando con el espacio 3D circundante y con experiencias interactivas en 3D que pueden a su vez ser grabadas y compartidas. Se puede interactuar con el campo visual de los interlocutores -paciente y personal médico- y colaborar sobre documentos sin necesidad de usar las manos o cargar con activos físicos. Esta experiencia se vuelve estereoscópica con el uso de dispositivos de Realidad Mixta como HoloLens 2.

Los proyectos de Realidad Mixta y Aumentada, por otro lado, permiten a los pacientes acceder de forma abierta, multiplataforma y muy comprensible a las posibles patologías y tratamientos, con información que puede ser consumida a través de una amplia gama de canales o dispositivos, al tiempo que proporciona a los profesionales de la salud una herramienta de humanización y empatía con sus pacientes. En este nuevo escenario dominado por los efectos del coronavirus, disponemos, en definitiva, de un amplio abanico de prestaciones tecnológicas que pueden contribuir a un mejor funcionamiento de los hospitales y que son un valioso recurso para unos profesionales cuya salud hay que proteger, ahora más que nunca, para superar esta crisis y salvar vidas.