Aquí todo se puede piratear

En ‘Watch Dogs: Legion’ tenemos que salvar Londres de unos nuevos villanos y para conseguir el objetivo podremos reclutar a cualquier ciudadano que esté a nuestro alcance.

Quiere ser una monitora de gimnasio que corrió una maratón con un tobillo roto? ¿O mejor una canguro que tiene prohibida de por vida la entrada en el zoo de Londres? En Watch Dogs: Legion podemos meternos en la piel prácticamente de cualquier ciudadano de la capital británica para intentar salvarla de unos nuevos villanos, los malos de Albion. El videojuego del que hablamos esta vez ya tuvo dos entregas anteriores en las que el teléfono móvil se convertía, por primera vez, en un auténtico arma.

Para ubicarnos en cuanto a géneros, estamos ante un juego de acción en tercera persona en el que se mezclan luchas, tiroteos, sigilos, puzles, exploración y conducción. Lo que hace único a este título es la posibilidad de piratear prácticamente todo lo que encontramos a nuestro alcance. Y cuando decimos todo, nos referimos a todo: desde los accesos y puertas, a las cámaras de seguridad, los drones, los vehículos, los móviles de los guardianes para distraerlos, las trampas... También podemos hacer que las armas de los enemigos se atasquen cuando nos están atacando. Cuando nos familiarizamos con esta dinámica, que es el ingrediente que da personalidad a la saga, reconocemos que multiplica las posibilidades y amplía la manera en que decidimos encarar cada misión. Ya estemos buscando unas pruebas de un atentado entre las ruinas que este dejó o robando un servidor, liberando rehenes o liquidando a un enemigo, estará en nuestras manos decidir si hacerlo con delicadeza o a las bravas. Sobra decir que cada decisión tendrá sus consecuencias.

Según avanza el juego, se van multiplicando las misiones principales y secundarias, las opciones y logramos más libertad. Al principio, sí seguimos una línea bastante dirigida para poder adentrarnos en la historia y conocer mejor por qué Albion quiere aniquilar Londres y otras tantas cosas de la trama. Como el modo multijugador no estará disponible hasta diciembre, solo hemos podido probar el juego en modo campaña en solitario. Con esas, un prólogo a modo de tutorial encubierto nos sirve para controlar al inicio el sistema de hackeo, que resulta muy sencillo. En esa primera fase, un tal Dalton hace lo que puede para evitar la tragedia. A partir de ahí, ya nos metemos en harina y nos toca elegir el primer personaje. Y es ahí donde la descripción de sus perfiles dan para todo: desde esa monitoria de gimnasia a un político, un artista, un informático, una abuelita... Cada uno tendrá sus habilidades, algunas importantes para enfrentarnos a las misiones y otras que vienen bien para poner el toque de humor -que si se ha comprado un deportivo, que si este tiene una llave inglesa...-.

A medida que vamos completando misiones, nos hacemos también con nuevas armas y gadgets, así como con puntos de mejora. Pero también es verdad que vamos saltando de un personaje a otro según el caso y que se nos pedirá que vayamos reclutando a un piloto de drones para una misión específica, a un abogado para que nos saque de la cárcel... En el caso de que nos hayan detenido o aniquilado, también podemos reintentarlo con otro personaje, también con distintas habilidades.

Una vez que nos hemos acostumbrado a esas opciones de hackeo continuo y que le sacamos partido, el juego nos lleva a recorrer todo Londres en misiones bastante variadas. Nuestra guarida secreta y plagada de tecnología se encuentra en la trasera de un pub, pero no tendremos que regresar a ella cada vez que completamos un encarguito. También existe desde el inicio del juego la opción de realizar viajes rápidos o de llegar al destino tirando de conducción autónoma o conduciendo nosotros mismos. Los momentos al volante no son los más interesantes del juego, digamos que no es el plato fuerte de Watch Dogs: Legion. No obstante, nos permite probar, como en los GTA, todo tipo de vehículos, incluyendo los clásicos autobuses urbanos rojos.

Al margen de esas misiones, como también sucede en los sandbox, tenemos a nuestra disposición hasta 47 actividades a las que dedicar nuestro tiempo por las calles de la capital británica: desde echar unos dardos a boxear, pintar grafitis... Con eso se amplía y mucho la duración del juego. La variedad también llega a las armas que utilizaremos, según sea el personaje elegido en cada momento: si es una obrera de la construcción, utilizará para defenderse una simple y efectiva pistola de clavos.

Técnicamente, el juego ofrece una recreación de Londres con gran fidelidad y gráficos que han cuidado todo tipo de detalles, desde la tapicería verde de la Cámara de los Comunes a los sillares de los edificios... En nuestros paseos en búsqueda de misiones, tenemos siempre a la vista las líneas imaginarias que nos invitan a piratear todo lo pirateable, también con señuelos de candidatos a sumar a nuestras filas para proteger Londres de Albion. Y, como estamos en donde estamos, no podemos olvidar los efectos meteorológicos de este enclave, con lluvia intermitente, charcos con sus reflejos... Tampoco conviene olvidarse de que aquí se conduce por la izquierda.

En conclusión, Watch Dogs: Legion aumenta las posibilidades de ese creativo hackeo que ya vimos en sus dos entregas anteriores. También ofrece ese plus para encarar cada situación en sus variadas misiones con mayor libertad. Y con la posibilidad de sumar a nuestra causa prácticamente a cualquiera que nos crucemos en nuestro paseo por la ciudad del Big Ben.