Guerra en el sector de las telecomunicaciones

Este 2020 se está descubriendo como un año de fuerte transición para el sector de las telecomunicaciones. Se adivinan movimientos corporativos importantes: mientras algunos operadores siguen pensando en compras e inversiones, otros atraviesan procesos de reestructuración operativa importante. No hay más que ver el proceso que ha iniciado a finales del año pasado Telefónica, que incluye una reorganización de toda la empresa, nuevas áreas y responsables, desinversiones en Latinoamérica y un ajuste de plantilla muy importante, que no es más que el final de un “adelgazamiento” que lleva trabajando desde hace ya años. Todo esto marca un hito importante en la empresa y nos deja adivinar que pronto empezaremos a ver cambios derivados de todo ello.

En mi opinión, estos serán los grandes campos de batalla en el sector en los próximos años:

Guerras comerciales: la cancelación del MWC primero y ahora el coronavirus están poniendo de manifiesto más que nunca el impacto que tiene en el mercado la situación geopolítica en el mundo. Tras el florecimiento de los grandes gigantes del sector se encuentran intereses nacionales que en la actualidad están en muchos casos contrapuestos. El crecimiento de los últimos años de China, los Estados Unidos de Trump o una Unión Europea buscando su sitio han incorporado tensión extra al sector.

‘Partners’ de valor añadido: en el acercamiento a servicios complementarios, será clave alcanzar acuerdos con otras empresas para posicionarse desde el inicio como líderes. Lo hemos visto con empresas como Netflix o HBO, pero lo veremos cada vez más en diferentes áreas más allá de los contenidos, y no sólo en el ámbito denominado “Over the top” (OTT). No debemos olvidar en este aspecto el papel de empresas como Google, Amazon o Apple, que son colaboradores necesarios pero incómodos en todas estas estrategias y nuevos players como Disney o la Premier.

Diversificación: la creación de nuevos servicios saldrá fuera del foco tradicional de una operadora, y sus carteras irán acercándose a los de otros sectores, tales como el financiero, el industrial o incluso la consultoría. Un buen ejemplo es Orange Bank, que ya dispone de licencia bancaria.

Internacionalización: muchos de los servicios futuros que vendrán podrían servir para acceder a mercados ahora vetados por legislación o tamaño a las operadoras. Las guerras comerciales también alumbrarán asociaciones de países en los que se pueda aprovechar características comunes para crecer.

Virtualización: la capacidad de creación de soluciones de valor añadido en la nube será uno de las áreas de potencial diferenciación entre empresas. Aquí entrarían las soluciones de VoIP que ya han empezado a extenderse.

Creación de valor para el ecosistema: la capacidad de llegar a acuerdos, el valor aportado a otras empresas del ecosistema -redes sociales, ecommerce- y la flexibilidad operativa permitirán acceder a las telecos a nuevas oportunidades de un modelo cada vez más basado en el valor aportado por la red.

Inteligencia artificial: la aplicación de la IA afectará a todas las áreas de las organizaciones, no sólo de este sector. Por un lado, en la mejora de procesos y automatización de áreas de bajo valor, para poder centrarse en un mayor valor. Pero, además, en la relación con el cliente, al que se podrán proponer soluciones avanzadas -voz, IoT, energía, etc.- y personalizadas.

Experiencia de cliente: el sector se ha volcado en los últimos años en empoderar al cliente a través de la información y la digitalización de los canales de contacto. Con un usuario más maduro, es el momento de explorar nuevos modelos de relación con ellos, en los que la personalización y el acceso a nuevos servicios serán claves para establecer relaciones más duraderas.

Identidad digital y seguridad: con el crecimiento de la captura de todo tipo de datos e información de los usuarios, así como de nuevos retos en la seguridad digital, el papel de las operadoras es crítico, por lo que su posicionamiento y esfuerzo en ese sentido deben marcar la diferencia. No debe tratarse sólo como una cuestión legal, sino que debe incorporarse a la base del modelo de relación con los clientes y partners.

5G: lo que se está vendiendo como el próximo gran cambio no es más que el inicio de una nueva manera de conectarse en movilidad. El gran reto de esta tecnología es que las organizaciones sepan entender pronto sus ventajas y crear nuevas experiencias realmente diferenciales. Aún quedan muchos años para que el 5G se extienda de manera masiva, pero pronto veremos aplicaciones concretas en ámbitos como la medicina o la industria.

‘Edge Computing’: la aparición de redes IoT y entornos distribuidos con altas necesidades de conectividad plantea un reto a toda la industria. La capacidad de integración de soluciones y la innovación serán claves para cubrir esta parte del mercado que crece en importancia.

Operadoras Móviles Virtuales (OMV): las operadoras virtuales han sufrido en los últimos tiempos, en un sector en el que el precio se tiende a igualar y ya no es un factor diferencial. Veremos concentración en el mercado, cuando algunos players en los que su OMV era una propuesta oportunista que no estaba vinculada a una visión más amplia y a largo plazo desistan en el camino, y los más grandes decidan incorporar a aquellas que hayan logrado posicionarse en nichos concretos o hayan mostrado capacidades innovadoras diferenciales.

El sector está entrando en un proceso de reconversión marcado por muy diferentes aspectos y factores de desestabilización y aceleración que estoy seguro que nos traerá momentos intensos durante el resto del año.