Próximo paso: privatizar el dinero

Expertos de la London School of Economics se preguntan si Mark Zuckerberg querrá con Libra hacerse con el monopolio de la gestión de las divisas

Entiendo que los bancos y las instituciones financieras estén nerviosas ante la llegada de las criptodivisas”. Lo dice Carsten Sorensen, profesor de la London School of Economics (LSE) que ha asesorado en los últimos 25 años a compañías como Microsoft, Google, Huawei, Orange, Vodafone o Intel. “Los bancos centrales están vinculados al sistema social y político, por lo que los intentos de establecer mecanismos directamente competidores deberían ser una preocupación en el caso en el que el volumen de transacciones crezca demasiado”, añadió. Este gurú intervino días atrás en unas Lecciones Magistrales en Madrid, en la Fundación Ramón Areces, junto a otros expertos para analizar el momento actual y los retos pendientes de las criptomonedas y el blockchain. En ese contexto, Sorensen se refirió a la iniciativa de Mark Zuckerberg de lanzar desde Facebook con otras compañías la moneda Libra: “Si este proyecto triunfa, podría entenderse como un intento de privatizar el dinero, lo que, por supuesto, es una preocupación”, ha añadido. Para este experto, la tecnología blockchain es tan importante porque permite nuevas formas de pensar sobre las relaciones entre lo que consideramos de valor y la digitalización.

Will Venters, colega de Sorensen en la LSE que también acudió a este foro, pronostica que habrá que esperar aún un tiempo hasta que una criptomoneda sea ampliamente aceptada y realmente utilizada para transacciones. “Los desafíos que enfrenta Libra también muestran los desafíos de construir una criptomoneda, incluso cuando están involucradas grandes compañías”, ha añadido. Así, por lo oído en estas sesiones, todo apunta a que las criptodivisas seguirán conviviendo con las monedas tradicionales ya que son totalmente compatibles.

Por su parte, Miguel Solana, socio de dCapital, aseguró que “la tecnología blockchain permite, por primera vez, la creación de redes digitales que pueden ser autogestionadas por los propios usuarios de dichas redes, garantizando su fiabilidad y sostenibilidad sin la necesidad de delegar esta tarea en un administrador o gestor tercero”. Esto nos permite entender por qué el blockchain tiene “un impacto profundo en los modelos económicos digitales cuyo pilar fundamental es la intermediación, ya sea en comercio electrónico, gestión de datos, transferencias de dinero, etc.”, ha añadido.

Will Venters recordó cómo el blockchain ofrece un medio para que las personas que no confían entre sí compartan una base de datos que cada uno puede leer y que todos deben aceptar cambiar colectivamente. “Esto parece trivial, pero abre muchas formas nuevas de posibilidades de confianza que podrían transformar muchas industrias donde la confianza es vital”, ha insistido.

A este respecto, Miguel Solana se preguntó si podría el blockchain crear nuevos modelos económicos a través de la descentralización de las redes y la desaparición de los intermediarios que en estos momentos dominan el espacio digital. “Si esto fuera así, veríamos una profunda transformación de los modelos de negocio actuales”, se respondió. En este punto, afirmó que “los criptoactivos no están necesariamente enfrentados con las monedas tradicionales”. “De hecho, es probable que a futuro distintos tipos de monedas coexistan según su aplicación o uso”. De esta manera, podrían convivir hasta tres tipos distintos de monedas y criptoactivos: las monedas emitidas por bancos centrales, las monedas privadas emitidas sobre protocolos blockchain pero centralizadas -por ejemplo, Libra- y aquellas monedas sobre protocolos blockchain descentralizados -por ejemplo, bitcoin-. “Cada una de las tres podría tener una aplicación diferente, por ejemplo: bitcoin podría utilizarse como reserva de valor -poca transaccionalidad y alta seguridad-, Libra podría convertirse en un estándar para pagos a través de redes sociales -pequeño importe y alta transaccionalidad- y las monedas fiat o monedas digitales emitidas por bancos centrales serían utilizadas para transacciones de alto importe y ligadas a la administración pública”, explicó Solana.

Carsten Sorensen lanzó otra hipótesis en este foro: “Un banco central podría, en principio, establecer con relativa facilidad una moneda digital. Sin embargo, probablemente sería un movimiento altamente disruptivo si requiriera que el banco central se convirtiera en un competidor directo de los bancos comerciales al abrir una cuenta personal con cada uno de sus ciudadanos”.

Para Will Venters, también profesor de gestión en la LSE, “en muchos sentidos, todos debemos ser cautelosos acerca de estos activos”. “La sociedad depende del pago de impuestos y, a menudo, de la capacidad del Gobierno de intervenir en su moneda para mantener la estabilidad. Los criptoactivos pueden desafiar la capacidad de los gobiernos para llevar a cabo estas funciones. Obviamente, tales gobiernos pueden resultar corruptos y contrarrestar los intereses de los individuos y los bancos”. Para Miguel Solana, el blockchain crea nuevos modelos económicos a través de la descentralización de la gestión y operación de las redes, “lo que da pie a una profunda transformación de los modelos de negocio actuales”. “No es de extrañar, por tanto, que los actores económicos existentes vean en blockchain una amenaza, sobre todo en el sector financiero, donde el impacto del blockchain puede ser más profundo. Las criptomonedas atacan el monopolio del dinero, uno de los grandes pilares sobre los que se asientan los estados modernos”, terminó.