Oscar Abellón, director del Colegio Escolapios de Soria: “Hasta los 11 años no es recomendable usar ordenadores en el aula”

Hablamos con Oscar Abellón, pionero en el uso de tecnología en el aula, días antes de que se cancelaran las clases en toda España por el COVID-19. Entre el 13 y el 17 de abril, el Colegio Escolapios de Soria, que él dirige, tenía previsto acoger y organizar con Google el I Encuentro Educativo ‘Llévate el éxito’, para mostrar todas estas herramientas tecnológicas que permiten mejorar la docencia. Sus recomendaciones cobran mayor sentido en unas semanas que estarán marcadas por la educación a distancia

¿Puede un colegio en declive revertir la situación y terminar superando a Finlandia y Singapur en el informe PISA de la OCDE? El Colegio Escolapios de Soria es el ejemplo de este éxito. Hablamos con su director, Oscar Abellón, quien, para alcanzar esos logros, se ha apoyado en las herramientas educativas que ofrece Google (GSuite for Education). Entre los próximos 13 y 17 de abril, este centro escolar de la llamada España vaciada tenía previsto acoger y organizar junto con Google el I Encuentro Educativo Llévate el éxito, que se ha propuesto convocar a los mayores talentos de la educación de España y parte de Latinoamérica. En él expondrán sus buenas prácticas, en las que la digitalización y el papel de la tecnología tienen mucho que decir.

“Lamentablemente, estamos acostumbrados a que la educación en España sea mala noticia por cambios en las leyes, el fracaso escolar, las batallas políticas, etc., pero hay muchos profesionales haciendo cosas muy buenas y eso es lo que queríamos mostrar en este encuentro, casos de éxito, que los docentes volvieran a sus colegios con herramientas reales”, añade Abellón, coordinador de este encuentro. “Esto de la innovación en las aulas hay que trabajarlo todos los días”. Y recuerda: “La neurociencia recomienda empezar a trabajar con herramientas digitales a los 11 años. Primero hay que desarrollar el pensamiento lógico y luego el digital”.

En 2019 obtuvieron en el informe PISA una nota general de 552,33 puntos, frente a la media española de 491,67 y por encima de los líderes: Finlandia (522,67) y Singapur (551,67). ¿Cómo lo han hecho?

Nosotros tenemos digitalizado el trabajo desde 5º de primaria (10-11 años) porque la neurociencia así nos lo recomienda, que primero hay que desarrollar el pensamiento lógico y luego el digital. Hasta esa edad no conviene utilizar ordenadores en el aula de forma continua. Los expertos también consideran oportuno eliminar los libros y el material en papel desde esa edad aproximadamente. De quinto de primaria a segundo de bachillerato nuestros alumnos trabajan con Chromebook y la plataforma GSuite for Education de Google. Dimos ese paso hacia la digitalización porque nuestras metodologías así nos lo venían pidiendo. Habíamos tocado techo y necesitábamos un cambio. Gracias a eso hemos seguido creciendo. Hicimos las pruebas PISA antes y después de la digitalización (2016 y 2019) y los resultados fueron aún mejores, por encima de Finlandia y Singapur, por lo que tenemos evidencias concretas.

¿Cómo es un día a día en sus aulas?

Los alumnos utilizan su Chromebook para trabajar y el horario es muy diferente de un día a otro. Hay jornadas en las que se suspenden las asignaturas tal y como las entendemos en el sistema tradicional y se trabaja por proyectos. Se propone un reto, un problema, una situación concreta como la despoblación -que nos toca muy de cerca en Soria- y preguntamos a los alumnos qué soluciones aportan para resolver este problema.

¿Qué papel asume la tecnología en ese modelo?

Los alumnos necesitan investigar, buscar información, crear material, editar un vídeo, también tienen que trabajar de forma colaborativa a través de un documento o de una presentación que comparten. Ese es el trabajo diario, rutinario. Muy diferente al tradicional en el que el profesor imparte la clase y espera que los alumnos escuchen y pongan luego en práctica aquello que les ha enseñado. A veces, en lugar de dar explicaciones, lanzamos un reto y para ello la tecnología es fundamental.

¿Es el concepto de aula invertida?

Sí, a veces se pide a los alumnos investigar sobre un tema para el día siguiente y lo traen preparado de casa. Luego se pone en común, se utilizan estrategias para hacer preguntas relevantes. Muchas veces las preguntas son lo más importante. Se hace una propuesta mucho más participativa y con más protagonismo por parte de los alumnos. Si no tuviesen esas herramientas para buscar información y trabajar de forma colaborativa, no sería posible.

Se han decantado por GSuite de Google. ¿Por qué?

Probamos otras posibilidades, pero nos decidimos por esta, a la que estamos sacando el máximo partido. A nivel docente y de comunicación con el alumnado usamos mucho Google Classroom como herramienta de gestión de aula que nos permite proponer tareas, el seguimiento del alumnado, evaluar, generar foros de debate, etc. A partir de ahí, habilitamos espacios con materiales que van a necesitar de soporte. Y damos mucho uso a los documentos, a las hojas de cálculo, a las presentaciones, etc. Es algo que se utiliza en el día a día. Luego también disponen de Google Key para sus anotaciones, de Google Calendar para organizar sus horarios y poderlos compartir, etc.

¿Qué es lo que más destacaría de esos recursos tecnológicos?

Sobre todo, yo señalaría la posibilidad que tienen los alumnos de compartir todas esas herramientas, también la opción de mantener videoconferencias y comunicarse por mensajería de forma muy ágil. A veces terminan en el aula y continúan trabajando conjuntamente cada uno desde su casa aportando ideas... Es un estilo de trabajo fuera del aula muy diferente.

¿Aumenta la tarea para casa? ¿Qué opina de los deberes?

Estamos muy en contra de lo que tradicionalmente se ha conocido como los deberes. Por eso insistimos en la clase invertida, en la que el alumno recibe información en casa y llega al aula para poner ese conocimiento en común y resolver las dudas entre todos. Es necesario incorporar herramientas que nos permitan responder a esas necesidades de un modelo muy distinto al tradicional.

¿El diseño del aula también cambia?

También. Creamos espacios muy diferentes en los que las mesas ya no están orientadas todas hacia el profesor, sino al trabajo en equipo y colaborativo. Necesitamos espacios más grandes con varios profesores trabajando a la vez, todos ellos resolviendo retos. Ya es el presente. Se está trabajando así en muchos lugares y la tendencia va por ahí.

¿Hay que digitalizarse sí o sí?

En nuestro caso la tecnología llegó como una necesidad y nos dio esa respuesta. Si no hay una base pedagógica detrás, no tiene mucho sentido y no se obtienen los resultados esperados. Los estudios así lo demuestran. Cuando hay base pedagógica y tienes claro lo que quieres obtener, el perfil de alumnos que deseas, qué competencias quieres que desarrollen, la digitalización llega como una necesidad, como un soporte clave para sacarle el máximo partido al aprendizaje.

¿Cuáles son esas competencias y ese perfil de alumno que buscan?

Queremos formar a ciudadanos comprometidos y sensibles con la sociedad, que es algo muy importante. Por eso insistimos en el aprendizaje como servicio. Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible que propone la ONU son fundamentales, pero a la vez queremos construir futuros profesionales que estén preparados y sean competentes. Para ello es clave desarrollar el trabajo en equipo, el liderazgo, la oratoria, la creatividad, la capacidad para investigar, el pensamiento crítico, etc. Para construir todo eso, la clase tradicional ya no nos vale. Habrá momentos en los que sí, pero ya no es la única fórmula.

Antes de los 11 años, ¿la tecnología de qué manera está presente?

Desde la etapa infantil ya trabajan con elementos de robótica y contamos con un aula multisensorial para desarrollar la creatividad. PISA suele criticar de nuestro sistema educativo que fomenta poco la creatividad.

¿Seguimos anclados en las memorizaciones?

Se insiste mucho en técnicas memorísticas y ahora lo importante no es tanto lo que sabes, sino lo que sabes hacer con lo que sabes.