No toques nada, mejor pestañea

La tecnología de reconocimiento biométrico a través del iris podría despegar con el Covid-19 para abrir puertas, controlar ascensores, interactuar con cajeros automáticos, pagar o controlar máquinas

Todos recordamos al físico Stephen Hawking hablando a través de su ordenador. En su caso, iba formando las palabras según fijaba su mirada en una letra o en otra en la pantalla. Este ejemplo nos demuestra que la tecnología basada en el movimiento del iris lleva bastantes años de andadura. La incertidumbre provocada por la pandemia del Covid-19 puede dar ahora el empujón definitivo a la implantación de este tipo de herramientas. Igual que las mascarillas y mantener las distancias nos protegen del posible contagio por las vías aéreas, si evitamos tocar superficies de uso común, también podríamos reducir el contacto con el virus. En esta tesis defendida por los expertos sanitarios se apoya la compañía vasca Irisbond, fundada en 2013 por el ingeniero Eduardo Jáuregui, firma especializada en lo que se conoce como eyetracking. Sus algoritmos de software, basados en inteligencia artificial, captan el movimiento de los ojos y lo traducen en movimientos precisos dentro de una pantalla. Nosotros no formaremos palabras como el famoso físico, pero sí nos podría ayudar a la hora de abrir puertas, elegir la planta a la que queremos ir en un ascensor, interactuar con un cajero automático e incluso manejar maquinaria en una fábrica...

Nos explican desde Irisbond que, antes del Covid-19 se esperaba que el mercado global de eyetracking creciera un 27,4% anual hasta 2025. Sin embargo, en las actuales circunstancias, “estas estimaciones se han quedado escasas”. Ya en 2018, la valoración del mercado global de la tecnología eyetracking superó los 256 millones de euros, según Markets&Markets. “El Covid-19 ha adelantado años el despegue de ciertas tecnologías que, si bien ya podían aplicarse, se iban relegando por no ser fundamentales. No es ciencia ficción, y no son necesarios nuevos avances, porque estas soluciones ya son una realidad que se puede implementar de forma sencilla. Ya se estaba viendo en ciertos sectores como la industria, la medicina o el marketing, pero ahora, además de la naturalidad en su usabilidad traen consigo el beneficio de evitar la propagación de esta u otras pandemias. Y lo mejor de todo es que se vale del medio de comunicación más natural y universal: la mirada”, señala Eduardo Jáuregui. Antes de esta crisis sanitaria, los sectores que tenían una mayor penetración de uso de esta tecnología eran salud y retail, aunque la tendencia apuntaba a que, en los próximos años, despuntaran principalmente en automoción, neuromarketing e industria 4.0, según Polaris Market Research.

En esa nueva normalidad, a la espera de la ansiada vacuna, ya se nos advierte de que será necesario mantener la distancia de seguridad, el uso obligatorio de la mascarilla y la desinfección de los elementos comunes. Los ascensores son uno de los lugares en los que existe más riesgo de contagio del coronavirus, ya que requieren de un contacto físico para su uso. La aplicación del eyetracking aquí podría ser clave: las cámaras rastrearían la mirada de los usuarios y detectarían dónde se fija la vista y qué es lo que se quiere hacer, si abrir o cerrar las puertas o marcar el piso sin necesidad de tocar los interruptores. Si tenemos que hacer uso de un cajero automático, su uso público también forma parte de la realidad cotidiana. Desde Irisbond nos recuerdan que ya es posible poner en marcha una nueva forma de interactuar con ellos gracias a soluciones biométricas, “de manera 100% segura y de una forma más natural y sin contacto, solo con la mitrada”. En estos meses hemos conocido empresas que habían diseñado artilugios con los que abrir puertas sin tener que tocar los pomos. Con la mirada también podemos controlar los accesos y podría implementarse para acceder a un edificio de viviendas, a las oficinas, a organismos públicos, etc. También sería igualmente válida para regular la asistencia a grandes eventos, incluso para el transporte público. Bastaría vincular nuestro iris a los diferentes soportes o tarjetas de acceso e instalar ese lector del iris. Si antes hablábamos de los cajeros automáticos, también en el caso de los pagos podríamos tirar de estas herramientas. Los expertos de Irisbond recuerdan que esta tecnología también es válida si usamos gafas o lentes de contacto.

En un paso más allá, este sistema de eyetracking o rastreo de la mirada también podría ayudar a los operarios y técnicos que manejan maquinaria o controlan dispositivos en entornos laborales. Pueden mencionarse en este punto las interfaces de los sistemas de control de las líneas de ensamblaje en las fábricas, las pantallas táctiles o los controles remotos a través de tablets, así como los entornos relacionados con la oficina. “Todo ello, con una interacción sin contacto y de fácil uso, ya que no requiere conocimientos informáticos”, apuntan desde esta firma tecnológica vasca. “El éxito de la implementación ayudará a garantizar una fácil replicación y transferencia a otros sectores similares. Esta aplicación, demuestra el potencial de las tecnologías digitales, la conectividad y los datos para el desarrollo socioeconómico y bienestar social”, concluyen desde Irisbond.