¿Listo para volver a la oficina?

El 90% de las empresas necesitará incorporar tecnologías como cámaras termográficas o sensores para controlar el aforo y garantizar una vuelta a la normalidad segura para sus trabajadores y clientes

Todo apunta a que la transición a la llamada nueva normalidad va a estar marcada por protocolos igualmente nuevos. Mientras los científicos no den con la vacuna o las vacunas para eliminar el Covid-19 de nuestras vidas, vamos a tener que acostumbrarnos a llevar sobre nuestras cabezas una espada de Damocles. Incluso los menos hipocondríacos se sienten aliviados cuando comprueban que el comercio, el bar o el dentista al que acuden es estricto en el cumplimiento de las medidas de seguridad recomendadas. En ese regreso a la vida, la tecnología va a asumir un papel clave. “Afrontamos un escenario inédito, en el que las empresas tendrán que variar muchas de las medidas de seguridad de sus empleados, con tecnologías que les ayuden en esta labor”, asegura Alberto Gómez Saucedo, jefe de desarrollo de negocio de Fibratel. Esta compañía, integradora de soluciones IT, ya ha detectado que sus clientes están adquiriendo cámaras para medir la temperatura de quienes pisan sus instalaciones, sistemas para reservar espacios, herramientas para controlar el aforo y soluciones para asegurar la distancia social en lugares cerrados. Son solo algunas de las posibilidades técnicas que ayudarán a reducir el miedo al contagio, a los rebrotes.

“Tenemos ejemplos en cada acción cotidiana -ir a la peluquería, al dentista, a una tienda, etc.-. Todo ello supone participar en un ejercicio de asepsia propio de un quirófano. De ahí que algo tan común como ir a la oficina plantea más dudas y preguntas que certezas”. Así lo ve Juan Antonio Rossell, director de talento y transformación de Everis. Las autoridades sanitarias recomiendan retrasar el regreso a la oficina siempre que esto sea posible, pero también es cierto que muchas compañías quieren volver a la situación previa a la pandemia. En anteriores números de esta revista ya hemos analizado la oportunidad y los beneficios -también algunos inconvenientes- del teletrabajo. Forzadas por la crisis sanitaria, las empresas han realizado el mayor experimento global sobre el trabajo a distancia. Los expertos coinciden en que, en esta nueva etapa, se alternará el desempeño de funciones presencial y en remoto. También sabemos que, para cuando ordenen la vuelta a la oficina, las compañías van a querer curarse bien en salud. De producirse un contagio masivo entre sus trabajadores, no solo quedaría tocada la salud de la plantilla, también la reputación de la propia compañía. Así que hay mucho en juego.

Desde Everis comentan que cada empresa tendría que planificar ese regreso con una estrategia que tuviera en cuenta tres fases: el momento previo a la vuelta a la oficina, el primer día de vuelta al entorno laboral y los días posteriores al retorno al lugar de trabajo.

“En este contexto, cobran un papel importante las aportaciones multidisciplinares de los diferentes departamentos de las empresas, como es el de recursos humanos. Su papel es decisivo para visibilizar y personalizar la hoja de ruta del empleado y poder adaptarla a su realidad”, explica Rosell. El otro departamento que tiene un rol fundamental es el de IT, ya que la tecnología es el habilitador clave para hacer posible la optimización de la experiencia del empleado.

La primera de esas tecnologías que serán cotidianas son las cámaras que registrarán nuestra temperatura con un margen de error de tres décimas. Los estadios de fútbol, por ejemplo, ya han anunciado que vetarán la entrada a toda persona que supere los 37,5 grados de temperatura. Todo apunta a que sucederá igual para acceder a conciertos, espectáculos, etc. A falta de un médico en cada esquina preparado para hacernos la prueba del Covid-19, dará lo mismo el motivo por el que tenemos esa alta temperatura corporal. “No distinguirá si se trata de un coronavirus, de un catarro o de un orzuelo”, avisa Juan Carlos Martín, director de proyectos de Dahua Iberia, una de las dos grandes compañías que se reparten el mercado mundial de cámaras termográficas.

Para medir la temperatura, estas cámaras se sirven de los infrarrojos y de la termografía. Desde Fibratel nos explican que funcionan con analítica avanzada a través de la gestión de un programa que transforma el vídeo obtenido de una cámara en datos relativos a la temperatura corporal, registrados por sensores biométricos. Estas cámaras no solo tienen ese registro de temperatura por el calor, sino que detectan cuando alguien tiene “mala cara”. Para ello, lee y analiza varios puntos faciales y a partir de ahí determina si el individuo que tiene delante sufre de fiebre. Silvia León Moya, ingeniera especialista de Fibratel, explica la diversidad de dispositivos con esta función: “Existen variantes como la cámara portátil manual, que de forma autónoma permite a un agente tomar la temperatura de los trabajadores, algunas de éstas ofrecen tecnología WiFi, que permite la visualización de las imágenes en un PC y una mayor distancia de medida; o sistemas de control de acceso como arcos de seguridad con cámaras térmicas integradas, o también cámaras térmicas fijas en las que la medición de temperatura se puede producir de forma grupal, no siendo necesario que el individuo se detenga delante de la cámara, dichas cámaras llegan a ofrecen una precisión de hasta +/-0.3ºC”.

El diseño de las oficinas también puede enfrentarse a nuevos cambios por culpa de la pandemia. El concepto de entorno abierto que venía extendiéndose en los últimos años para fomentar la colaboración entre los empleados puede sufrir ahora con el miedo al contagio. Temporalmente, no es descartable que muchas empresas quieran volver al clásico sistema de despachos y cubículos, tirando de mamparas para reforzar la seguridad. De hecho, es una de las medidas que incluye la guía que ya han distribuido en Estados Unidos los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.

“Monitorizar el movimiento dentro de la oficina va a ser algo crítico. Si sabemos qué salas visita cada empleado, en caso de confirmarse un contagio, se pueden establecer de forma ágil protocolos de aislamiento. Esto sirve para contribuir a una contención rápida que favorezca la seguridad del resto de trabajadores y el mantenimiento de la continuidad del negocio”, explica el jefe de desarrollo de negocio de Everis. Las empresas que antes de la crisis ya tuvieran implementadas herramientas de teletrabajo y diseño inteligente de las oficinas tienen mucho ganado. Steelcase, por ejemplo, que aparte de diseñar muebles asesora a las empresas en cómo modernizar y aprovechar mejor esos espacios, lleva tiempo trabajando con una aplicación que permite a sus trabajadores reservar puestos concretos dentro de la oficina. Según la tarea a realizar, el nivel de concentración exigido o los compañeros con los que tenga que trabajar ese día, pueden optar por un lugar u otro. De esa manera, en las actuales circunstancias, también en mantenimiento podrán saber qué zonas deben limpiar con más frecuencia...

Para según qué espacios, también será necesario controlar el aforo. Ya existen sistemas de este tipo que pueden decirnos no sólo la cantidad de personas que hay en un recinto... y mucho más. A través de “técnicas de machine learning se controla la capacidad de un local o edificio y se regula el número de nuevas entradas, el conteo de personas, distinguiendo incluso sexo y edad de los visitantes, entre otros detalles, mediante mapas de calor y un gráfico de lectura fácil”, explican desde Fibratel. Por último, otra de las herramientas tecnológicas que pueden garantizar un regreso seguro a la vida normal nos permitirá medir la distancia social. En este caso, un registro por imagen de presencia en tiempo real identificará la posición de objetos, personas y movimientos. A partir de ahí, calculará exactamente la distancia recomendada por las autoridades sanitarias, con un sistema de alerta en caso de superar este distanciamiento mínimo.

Nos enfrentamos a un periodo de tiempo que podría alargarse más de lo que nos dicen los expertos. Al año y medio que habrá que esperar, como mínimo, hasta el descubrimiento de la vacuna o las vacunas, tocará hacer cola después para su producción, distribución, etc. Si tuvimos que esperar meses para poder contar con algo tan sencillo como una simple mascarilla -ahora de uso obligatorio- quién sabe qué lugar ocuparemos en esa cola para recibir las codiciadas y complejas vacunas. “En la gestión de este proceso, que puede durar más de lo que pensamos, es básico que se mantenga un flujo constante de información para cubrir todas las necesidades. Por eso es importante que -dentro de cada empresa- exista un canal único para atender todas las dudas de actuación que puedan tener los empleados”, recomienda director de Talento y Transformación de Everis. Añade que la existencia de este canal, además, va a ayudar a los mandos intermedios a tomar decisiones y resolver dudas, ya sean sobre movilidad, administrativas, retributivas, éticas, etc. “Ellos son una pieza clave en la gestión de procesos, ya que desempeñan un rol bisagra entre la alta dirección y el resto de la organización, permitiéndoles ser ejemplo y embajadores del cambio”, concluye.