La tecnología, la aliada perfecta para evitar nuevas crisis sanitarias

Tuvimos ocasión de comprobarlo al inicio de esta crisis sanitaria en Corea del Sur. Allí, una aplicación instalada en los teléfonos móviles de sus ciudadanos alertaba de posibles contagiados y lanzaba recomendaciones sobre cómo actuar en cada caso. Los expertos consideran que este tipo de herramientas ayudó a mantener controlada la enfermedad del Covid-19. La tecnología ya disponible sale en nuestro auxilio como la aliada perfecta para evitar que se produzcan rebrotes de la pandemia. En los últimos números de esta revista nos hemos ocupado de analizar cómo en estos tiempos de incertidumbre la tecnología nos ha echado en ocasiones las dos manos para salvar vidas, para mantener la actividad económica, para que nuestros hijos siguieran estudiando, para mantenernos comunicados con los seres queridos, etc.

Muy distintas voces del sector tecnológico coinciden a la hora de afirmar que en estos últimos meses se ha avanzado mucho más en digitalización de las empresas, de la educación, de la sanidad, etc., que durante años y años de evangelización. Es una lástima que hayamos tenido que conocer un periodo tan trágico para caer en la cuenta de que teníamos a nuestra disposición recursos fantásticos para hacer crecer cualquier comercio con la venta por Internet, o de mejorar las comunicaciones, o de conciliar la vida laboral y familiar sin demasiados trastornos ni bajadas en la productividad de los empleados...

Ahora que poco a poco vamos recuperando una cierta normalidad, no podemos bajar la guardia. También es el momento de seguir apoyándonos en la tecnología para garantizar que ese regreso a la oficina o a las aulas se produce sin problemas. Hay que reconocer que vamos a tener que esperar aún muchos meses hasta que los científicos descubran la vacuna contra el Covid-19 y luego se pueda producir de forma masiva y administrar a la población mundial. Mientras tanto, todo apunta a que conviviremos con cámaras que nos miden la temperatura, con sistemas para controlar el aforo de los espacios públicos, dispositivos que gestionen los accesos, también sistemas para la reserva de espacios, etc. Dispositivos con inteligencia artificial, machine learning y eyetracking se camuflarán en entornos de todo tipo para velar por nuestra seguridad. A cambio, es también bastante probable que, como sucedió en Corea del Sur con la ya famosa app, se vea limitada la privacidad. Como ya ocurrió tras los atentados de las Torres Gemelas de Nueva York, esta pandemia va a provocar cambios en los protocolos de seguridad y que en ocasiones estemos dispuestos -o tengamos que estarlo, obligados por la situación- a ceder parte de esa privacidad a cambio de esa mayor seguridad. Si entonces fueron las cámaras, que se multiplicaron por todos los rincones ante el temor a posibles atentados, en esta ocasión una también en apariencia inofensiva cámara termográfica puede negarnos el acceso a un estadio o a un concierto si detecta que nuestra temperatura supera los 37,5 grados. Merece una pensada.