El sector IT y los talentos digitales, al rescate de la economía global tras la crisis del Covid-19

La globalización, ese manido término que ha acelerado el progreso mundial, parece que está dando un importante giro en la actualidad. Ya antes de la crisis del Covid-19 se venía observando una tendencia mundial al cierre de fronteras, algo que en la situación actual se ha tenido que llevar al extremo por decisiones político-sanitarias. Sin embargo, esta decisión está lejos de revertirse llevando a los países a vivir en la autosuficiencia y en una continua transformación digital, como el camino más probable para recuperar la economía mundial.

En este contexto de superdigitalización, la necesidad que tiene nuestra sociedad de la tecnología ha sido una de las mayores lecciones que podemos sacar de la crisis del coronavirus. El auge de todo tipo de servicios y soluciones nos ha permitido mantenernos conectados y productivos, de tal forma que ha sido la única manera de evitar que la economía se quedase 100% paralizada.

La incertidumbre que ha contagiado los mercados ha hecho que durante los primeros meses las bolsas mundiales hayan perdido billones de dólares, y en los siguientes recuperen casi la mitad. Sin embargo, en esta recuperación se ha podido apreciar cómo algunos sectores privilegiados han podido capear el temporal mejor que otros, entre ellos los relacionados con los bienes de consumo, la salud y la biotecnología.

Pero si ha habido un sector que se ha mantenido fuerte y ha podido contener una parte importante del primer golpe ha sido el de las tecnologías de la información (IT). Según un estudio de LHH España, el sector IT ha sido el que más puestos de trabajo ha generado durante esta crisis.

Frente a esta recuperación existe otra corriente, cada vez más amplia, a favor de que la economía post Covid-19 favorecerá la concentración del mercado, lo que dará ventaja a las grandes empresas capaces de adaptarse para hacer más con menos, aumentando la productividad.

Las empresas más pequeñas son más vulnerables a una caída de la economía, y es por todos sabido que España levanta su PIB con la aportación principal de las pequeñas y medianas empresas. Las empresas que no tengan una red de seguridad suficiente acabarán quebrando o serán adquiridas por parte de aquellas más solventes. Sin embargo, en el plano empresarial el tamaño no siempre es tan importante como la capacidad de adaptarse rápido. Algunas grandes empresas están reaccionando a esta crisis con una respuesta desorganizada y lenta, quedando en desventaja frente a otros players de menor tamaño.

Al contrario de lo que podría parecer, en momentos de crisis muchos empresarios deciden apostar por aumentar las capacidades en IT porque la tecnología hace que su negocio sea más eficiente y flexible, procurando priorizar las inversiones que se amortizan más rápidamente. En esta crisis las organizaciones están aprendiendo una valiosa lección que ha hecho que, por fin, se tomen en serio la transformación digital. De esta manera, están haciendo descansar sobre la tecnología muchas decisiones para mantenerse a flote y reorientar las prioridades de su negocio.

El papel de la tecnología en la desescalada de las compañías distingue tres fases diferenciadas. Un primer período en el que ya han tenido que hacer frente a los efectos del coronavirus cambiando al modo supervivencia a través de medidas de reajuste como los ERTE o bien aumentar considerablemente su endeudamiento, lo cual ha golpeado duramente a aquellos proyectos que no tenían una aportación de valor clara o que su inversión se recuperara a más largo plazo. De esta forma la agilidad en los procesos para contener el golpe ha sido clave para sobrevivir.

La crisis nos ayudó a saber lo que no funcionaba. Una segunda fase, la actual, en la que las restricciones y limitaciones de contacto social y movimiento están poniendo a prueba la infraestructura tecnológica de las compañías, y su capacidad para operar de forma remota en la mayor parte de su cadena de valor, así como redirigir sus esfuerzos de venta hacia canales digitales como las plataformas de e-commerce. Esta etapa ha testado las políticas de teletrabajo de muchas empresas y contribuirá seguro a mejorarlas.

La nueva situación generará nuevos comportamientos de los clientes. En este caso la tecnología del big data, la analítica avanzada y la inteligencia artificial permite entender mejor esos patrones de conducta y facilita encontrar la combinación ganadora que puede hacernos mantener a flote nuestro negocio. Y un futuro tercer período, post crisis, en el que las organizaciones más exitosas se enfrentarán a un mercado y comportamiento de los consumidores en la nueva normalidad a través de un modelo de negocio con mayor peso de la innovación, la automatización y los procesos ágiles apoyados en los nuevos avances tecnológicos como base del crecimiento.

A lo largo de estas tres fases, y con la aceleración del proceso de digitalización, los diferentes mercados se están beneficiando del valor que aportan los perfiles TIC. Esto ha provocado una nueva explosión en la demanda de talento en el sector IT, caracterizado históricamente por la escasez de profesionales y la dificultad de las empresas por captarlos. Es esta escasez la que hace aumentar el valor de estos profesionales.

En esta búsqueda de talento las compañías pondrán el foco en captar y fidelizar aquellos perfiles que les ayuden a entender mucho mejor su negocio y el negocio de sus clientes. Trabajarán en una empresa dirigida por datos y deberán saber aprovecharlos más que nunca para entender las preferencias de los clientes y su comportamiento de compra, creando ofertas y servicios más personalizados. En esta nueva realidad la formación tecnológica será cada vez más importante en nuestras vidas, ya que viviremos en una sociedad mucho más digital de lo que hemos visto en los últimos años.