Si no hubiera sido por la tecnología, el mundo se hubiera parado en seco

La mayor emergencia sanitaria global de las últimas décadas se ha cobrado ya decenas de miles de víctimas. Las autoridades sanitarias, ante la ausencia de un tratamiento eficaz contra la Covid-19, para evitar que los hospitales se colapsaran aún más, han optado por frenar la expansión del nuevo virus confinando a la población. Ante esta situación tan dramática e inédita, la tecnología se ha convertido en la mejor aliada. Gracias a ella muchos trabajadores han podido seguir realizando sus tareas desde casa. A ello dedicamos el número de portada de esta revista. También las aplicaciones de videoconferencia -eligiendo bien cuál utilizar, claro- nos están permitiendo mantenernos cerca de nuestros seres queridos y poder continuar cierta vida social. En este número también hablamos de las ventajas de la educación a distancia, imprescindible en estos tiempos en los que las clases presenciales también han sido canceladas en todos los niveles educativos. También hablamos de cómo ya hay chatbots o robots conversacionales que pueden ayudar a aclarar todas las dudas de la población sobre el virus. En el caso de trámites burocráticos, la firma online de documentos ha evitado que el mundo se parara por completo.

Duele más, a la vista de los números dramáticos que nos va dejando la enfermedad, que no se han implementado aquí las medidas que ayudaron en países como Corea del Sur a frenar el Covid-19. Una aplicación en el móvil permitía geolocalizar a todos sus habitantes, identificando a cada uno de ellos según su nivel de contagio de la enfermedad. Para ello, como paso previo, realizaron las necesarias pruebas para conocer el número real de infectados, si ya la habían pasado sin sintomatología... Esta pandemia nos ha permitido ver que la brecha digital entre países existe, incluso entre los más desarrollados. España, a la cabeza mundial en uso de smartphones, ha perdido una oportunidad de oro para hacer el uso más necesario de estos dispositivos, el de salvar miles de vidas. ¿Aprenderemos la lección?

Mientras aparece el tratamiento o la vacuna, no queda otra que coordinar globalmente los trabajos científicos. Y, por lo pronto, “las investigaciones avanzan a una velocidad increíble”. La cita corresponde al director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, quien ha elogiado la rapidez que están adquiriendo los ensayos y estudios contra la COVID-19 en todo el mundo. En esa batalla se han unido 70 países y 20 instituciones en torno al ensayo ‘Solidaridad’ de la OMS, todos ellos comprometidos en desarrollar una vacuna o un tratamiento eficaz. Además, en cuanto se aprueben los medicamentos, la OMS garantizará la compartición “equitativa con todos los países y personas”. Igualmente, el organismo sanitario ha realizado “un llamamiento a todos los países, empresas e instituciones de investigación para que apoyen los datos abiertos, la ciencia abierta y la colaboración para que todas las personas puedan disfrutar de los beneficios de la ciencia y la investigación”.