La Barcelona del futuro ante el 28-M

El próximo 28 de mayo se celebrarán los comicios municipales de Barcelona y de su resultado dependerá el futuro de la ciudad condal a corto plazo; pero también a largo plazo, pues las decisiones del próximo alcalde o alcaldesa que los ciudadanos escojan en las urnas afectarán a la sociedad y a la economía, y su efecto tractor también tendrá incidencia en el resto de los territorios. Esas decisiones deberán tener en cuenta varias cuestiones, pero sobre todo se deben basar en los cambios que se están produciendo en el modelo productivo para poder hacer frente a retos como la digitalización o la sostenibilidad.

Por eso, tras la reciente celebración del único debate empresarial y económico de las elecciones organizado por PIMEC, quiero insistir de nuevo a los candidatos sobre la importancia de favorecer un crecimiento basado en la productividad de los recursos. Y, ¿en qué consiste este nuevo concepto de economía productiva? Se trata de generar riqueza y crear puestos de trabajo para dar pasos hacia delante en el progreso social. Y, ¿cómo se consigue este ambicioso objetivo? Pues, de una manera más sencilla de lo que parece: defendiendo y anteponiendo los derechos humanos, priorizando los derechos ambientales, y trabajando para disminuir las desigualdades sociales.

La Barcelona del futuro será exitosa en la medida en que el próximo gobierno de la ciudad legisle pensado primero en los pequeños -las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes)- para que puedan crecer y hacer más grande nuestra economía en beneficio del bienestar general. Las mipymes son el motor de nuestra actividad productiva en la ciudad y la mejora de su viabilidad y competitividad es la única palanca de cambio que puede hacer posible una Barcelona referente en talento, innovación, sostenibilidad y justa con todos sus habitantes. Legislar pensando primero en los pequeños significa poner en marcha las medidas concretas y las ayudas necesarias para adaptarnos a las exigencias y a los requisitos de los nuevos tiempos y al nuevo modelo económico, como la digitalización. También a la hora de solucionar los problemas estructurales como, por ejemplo, los efectos del cambio climático.

Así pues, será necesaria una simplificación administrativa que permita a las empresas desarrollar su actividad de una manera más eficaz y sencilla; y que favorezca el emprendimiento ante dificultades como la falta de agilidad en la resolución de expedientes, los largos plazos para conseguir permisos y licencias, y los complicados procesos en los sistemas de información y de registro. Además, es de vital importancia hacer una revisión de las tasas y de los impuestos para reducir la presión fiscal de las pymes y los autónomos, así como diseñar unas ordenanzas fiscales que den facilidades para acceder a las bonificaciones y subvenciones. Esto ayudará a mejorar la competitividad empresarial y a consolidar el tejido productivo.

En relación con la movilidad, creemos que urge reducir la contaminación sin perjudicar al tráfico ocupacional y al de mercancías, fomentando el uso del transporte público y las Zonas de Bajas Emisiones, y aprovechando las nuevas tecnologías para lograr infraestructuras y entornos inteligentes que sean más respetuosos con el medio ambiente. Sobre el comercio, entre otras acciones, apostamos por fomentar el consumo de proximidad, incentivos fiscales que ayuden al sector, promover el asociacionismo, mejorar los mercados municipales y elaborar un plan de uso de actividades vinculadas al reparto a domicilio. Otro elemento muy importante para el buen desarrollo económico es la colaboración público-privada. Considero fundamental, y es una reclamación histórica de PIMEC, el hecho de facilitar el acceso de las mipymes a las licitaciones públicas para que la ciudad se pueda beneficiar de las oportunidades que brinda el sector privado barcelonés.

Por otro lado, las mipymes reclamamos acciones para consolidar un turismo de calidad que impulse la actividad de toda la cadena de valor a través de la economía del visitante y poniendo en valor las características de Barcelona como destino cultural, familiar, vacacional, de negocios y sostenible. Entre otras cuestiones, también es necesario un aumento de la densidad industrial, facilitando la transformación digital empresarial y mejorando la situación de los polígonos industriales; así como avanzar en la eficiencia energética en los servicios municipales a través de la instalación de placas fotovoltaicas, promoviendo el autoconsumo y facilitando la transición verde con elementos como la implementación de más puntos de carga para vehículos eléctricos. En el ámbito ocupacional, defendemos fortalecer el mercado de trabajo de Barcelona a través de estrategias para mejorar la Formación Profesional y la cualificación de las personas trabajadoras, adaptando la oferta formativa a las necesidades del tejido productivo para acabar con problemáticas como la falta de plazas formativas y la de perfiles específicos ante la necesidad de contratación de personal.

Vuelvo a hacer referencia al debate que celebramos con los principales candidatos a las elecciones -ante la presencia de más de 250 empresarios y empresarias y representantes de más de 70 gremios, federaciones y asociaciones empresariales- para destacar una de las cuestiones debatidas y de mucha trascendencia en el presente y el futuro de la ciudad, y del país en general: el Aeropuerto. Esta infraestructura clave puede generar muchas oportunidades a la hora de crecer económicamente, de retener el talento, de atraer inversiones y de estar más y mejor conectados con el resto del mundo. Hará falta diálogo, consenso y huir de posturas extremistas en la gestión de su ampliación. Debemos tener muy claro que la productividad debe estar en el centro de las decisiones que se tomen, teniendo siempre en cuenta el entorno de El Prat y elementos de sostenibilidad.

Desde la patronal seguiremos ofreciendo al futuro alcalde o alcaldesa, así como a la oposición, nuestro apoyo para ser un aliado leal a la hora de trabajar en una manera de gobernar compartida entre la administración pública y el sector privado. Solo así podremos hacer frente con éxito a los retos que afronta Barcelona y garantizar un futuro próspero para sus habitantes y el tejido empresarial.