Julio Rodríguez, consejero delegado de Cementos Molins: “No hay plazo para saltar al continuo, depende de encontrar una compra buena y de dimensión”

Cementos Molins cerró 2022 con resultados récord pese a que el sector del cemento en Cataluña registró los mismos volúmenes de consumo que una década atrás,y con un mercado europeo también estancado. La clave fueron las adquisiciones nacionales e internacionales y el crecimiento del negocio fuera de Europa.

Cementos Molins prevé seguir explorando nuevas compras para crecer pese al estancamiento del mercado del cemento, y también apuesta por la diversificación a través de la innovación, y por la sostenibilidad para reducir costes. Lo ha explicado a elEconomista.es su consejero delegado, Julio Rodríguez. De momento, la fórmula le ha funcionado en 2022, año en que ha alcanzado los objetivos del plan estratégico 2020-2023, que amplió en un año por la pandemia. A finales de este año presentará su próxima hoja de ruta, de 2024 a 2026, que mantendrá los pilares actuales.

¿Qué balance hace de 2022?

Globalmente ha sido un buen año, en un entorno muy complejo e incierto a nivel mundial por la guerra en Ucrania, las tensiones entre Estados-Unidos y China y una inflación de costes histórica, con una escalada que no había llegado nunca a una tasa tan alta en tan poco espacio de tiempo. Y no son solo los costes de la electricidad, sino los del transporte y de las materias primas, por lo que los mercados a nivel global no han crecido.

¿Cuál ha sido el impacto?

Por ejemplo, hasta mediados de 2021 la electricidad suponía el 30% de nuestros costes variables, y ahora es el 50%, se ha casi duplicado. Y el total de costes variables ha crecido un 50% en 2022 respecto a 2021, son cosas nuca vistas. Todo esto lo hemos mitigado parcialmente con subida de precios y mayor eficiencia, pero también se han deteriorado 3,2 puntos los márgenes.

Pero ha sido un año récord...

El crecimiento de 2022 ha venido por las adquisiciones realizadas en Europa y el crecimiento orgánico fuera de Europa. Hemos conseguido crecer en ventas un 31% hasta 1.268 millones; un 14% en ebitda hasta 276 millones, y un 7% en beneficio neto hasta 112 millones. También hemos conseguido una conversión en flujo de caja del 51%, con lo que hemos podido reducir la deuda, que ya era baja, un 18% hasta 145 millones, 0,5 veces ebitda, y esto nos va a permitir una propuesta de dividendos con un payout del 40% del resultado neto, con el pago de 0,68 euros por acción, un 21% más que el año anterior. Es un año que globalmente estamos muy satisfechos.

Será la banda máxima de su política de dividendos.

Sí, tenemos marcada una horquilla que no queremos que sea inferior al 30% ni superior al 40%. En 2018 repartimos 0,28 euros por acción y hemos ido creciendo. Este año será más del doble que entonces.

Y también están preparados para el crecimiento inorgánico.

Tenemos un balance muy sólido y confortable que nos da tranquilidad para seguir mirando oportunidades potenciales de crecimiento que esperamos y vamos a seguir desarrollando en los próximos años, tanto en España como en el extranjero. España todavía permite cierta consolidación. Creo que se van a dar oportunidades y esperamos poder capturarlas.

Este año acaba su plan estratégico actual, ¿qué pilares tendrá el próximo?

El plan estratégico era de tres años, hasta 2022, pero lo ampliamos a cuatro por el Covid, aunque finalmente lo hemos cumplido un año antes de lo previsto. Este 2023 lo vamos a dedicar a construir el próximo plan 2024-26 y proponerlo al consejo a finales de año. Mantendrá los cinco pilares fundamentales, aunque intensificando unos más que otros.

¿Cuáles son?

El pilar número uno es la sostenibilidad; el segundo es la innovación y digitalización; el tercero es el crecimiento tanto orgánico como inorgánico; el cuarto es la eficiencia, y el quinto son las personas, para seguir captando y desarrollando talento. Tenemos planes para ser una empresa más atractiva para captar y desarrollar talento.

¿Qué esperan de 2023?

2023 sigue siendo incierto. Esperamos que el mercado continúe en una situación átona, pero que tampoco haya una debacle, por lo que el crecimiento nos lo tenemos que fabricar nosotros, a través de adquisiciones y de inversiones. Nuestro objetivo es crecer un dígito medio, lo que abarca entre el 3,5% y el 6,5%, a pesar de que el mercado no va a crecer, con nuestros propios motores de crecimiento.

Y ahí entran en juego las compras...

Tenemos el radar permanentemente encendido y creemos que el mercado va a ofrecer oportunidades, y si se dan ahí estaremos para analizarlas, porque queremos crecer a nivel orgánico e inorgánico. En 2022 hemos realizado un proceso de integración de las adquisiciones de 2021 y las sinergias están empezando a aparecer, pero también hemos invertido 95 millones.

¿En qué?

Los dividimos en dos capítulos: inversiones de continuidad para tener las fábricas al máximo nivel de eficiencia, con unos 40 millones, en el rango habitual que suele ser de entre 30 y 40 millones anuales; y luego hemos invertido 55 millones en crecimiento. Hemos iniciado el proyecto de construcción de la fábrica en Estados Unidos; hemos comprado una cantera importante en Argentina que nos permite garantizar las reservas de la planta a largo plazo, y hemos culminado la unificación de la producción de Uruguay de dos centros a uno con una nueva planta que nos proporciona ventajas muy significativas de reducción de costes y de emisiones y muchos otros parámetros de sostenibilidad. También hemos puesto en marcha una planta de reciclaje de materias primas en la fábrica de Sant Vicenç dels Horts, con la que recuperamos restos de hormigón y otros materiales de las obras para volverlos a introducir en el ciclo de producción del cemento, de manera que entramos de lleno en la economía circular, y hemos reformado las oficinas de Sant Vicenç para transformarlas en un edificio moderno y sostenible, que por ejemplo consume un 30% menos de electricidad y es de concepto abierto. También conectaremos en marzo una planta fotovoltaica en el aparcamiento de los empleados que podrá cubrir entre el 80 y el 100% del consumo del edificio, según la época del año.

¿Para cuándo estará operativa la primera fábrica en Estados Unidos?

Entre finales de 2023 y los primeros tres o cuatro meses de 2024. Estamos afinando la parte de obra civil, compra de maquinaria, ingeniería, etc.

¿Qué otros planes depara 2023?

Vamos a concentrar las inversiones en sostenibilidad e innovación, al margen de las inversiones habituales de continuidad. En el área de innovación tenemos ocho proyectos en curso en cuatro áreas: desarrollo de nuevos cementos y hormigón con bajas emisiones de carbono; industria 4.0 y digitalización; captura y uso de carbono porque la tecnología está empezando a madurar y queremos hacer un test en Sant Vicenç entre finales de 2023 y principios de 2024, y desarrollo de materias primas alternativas con muchas menos emisiones para producir cemento. En 2022 hemos creado la figura del Chief Innovation Officer y la hemos dotado de muchos más recursos humanos y económicos. Por lo que respecta a sostenibilidad, se trata de inversiones dirigidas a cumplir nuestro plan de sostenibilidad para 2030, con objetivos como reducir las emisiones unitarias de CO2 un 20% hasta por debajo de los 500 kg por tonelada. En 2022 hemos conseguido reducirlas en un 2,3%, vamos bien encaminados, aunque todavía estamos en 563 kg por tonelada. El núcleo central de las inversiones va a ir a la utilización de combustibles alternativos, con el aprovechamiento térmico de materiales que no son reciclables e irían al vertedero. En Sant Vicenç hemos llegado a un 60% de sustitución de combustibles fósiles por materiales reciclados, y es posible llegar al 100%. Por otro lado, a mediados de año vamos a conectar en Argentina una planta fotovoltaica de 50 hectáreas que cubrirá la mitad de las necesidades de la planta de San Luis.

¿Qué combustibles alternativos usáis? Porque históricamente ha habido quejas de los vecinos por malos olores...

Estamos usando residuos industriales, neumáticos fuera de uso, mucha biomasa, y otros combustibles que tratamos con absoluto rigor. Nuestras instalaciones están conectadas permanentemente con la Generalitat mediante sensores para verificar que las emisiones están muy por debajo de lo que admite la norma.

¿Cómo se compagina la lucha contra el cambio climático con el alza de costes?

No creo que haya nadie con dos dedos de frente que no esté comprometido con un mundo más sostenible, pero hay que dotarlo de realismo en el ritmo. Debe haber un equilibrio entre la transición hacia una energía verde, seguridad de suministro y precio, y los precios estratosféricos a los que ha llegado la electricidad es un problema muy grave y no sostenible. Es un coste más que excesivo que hace a la industria cada vez menos competitiva. Necesitamos una energía eléctrica más barata y con una fijación de precios más estable. Nosotros estamos trabajando para firmar contratos a largo plazo a precios adecuados. Y también es importante crear demanda de productos sostenibles, porque ahora son más caros, pero con economías de escala pueden ir reduciendo el precio.

Los fondos Next Generation pueden ayudar, ¿no?

En 2022 el impacto ha sido mínimo. Espero que en 2023 el Gobierno acelere al máximo porque son fondos muy importantes que pueden ayudar mucho al país y las empresas a dar un salto de modernización y mejora económica. En nuestro caso estamos impactados por todo lo que tiene que ver con la rehabilitación de edificios, que requiere una gestión ágil y con un sistema de tramitación sencillo para los ciudadanos para que sea efectivo, y también nos interesan las líneas de descarbonización de la industria, para acelerar nuestra transición sostenible, pero todavía no han salido las bases, y se debe hacer de manera realista, accesible para un país que está formado por pymes.

Tienen presencia en 12 países, a los que se añadirá Estados Unidos ¿Le seguirán más?

La prioridad son las nuevas soluciones. Nos llamamos Cementos Molins, pero lo que no es cemento ya supone casi el 40% de las ventas, como prefabricados, morteros especiales, productos de alto aislamiento y hormigón. Nos definimos como una empresa que quiere aportar soluciones innovadoras y sostenibles para la construcción. Por ejemplo, con la compra de la aragonesa Pretersa Prenavisa, que se anunció en 2021 pero empezamos a consolidar el 1 de enero de 2022, hemos duplicado nuestro tamaño en prefabricados en España. Sobre todo, queremos invertir allí donde estamos porque vemos recorrido para seguir creciendo, y no descartamos entrar en nuevos países si la oportunidad es interesante, como haremos en Estados Unidos, donde ya exportábamos, pero priorizamos nuevas soluciones y donde ya estamos.

¿Y saltar al continuo?

Los accionistas están de acuerdo en que cuando se den las circunstancias de inversión para un proyecto que justifique una ampliación de capital, podríamos pasar a una situación con bastante más capital flotante y plantearnos dar el salto al mercado continuo. Es cuestión de encontrar una oportunidad buena y de dimensión. Hay la voluntad, pero no hay plazos, hay que hacerlo sin prisa pero sin pausa. Lo primero es el proyecto industrial.