La internacionalización: el proceso que hace brillar el talento emprendedor catalán

Barcelona ha demostrado con creces ser uno de los hubs para emprendedores más atractivos de toda Europa y es que, según datos de Acció, la ciudad condal es el segundo destino favorito de los fundadores para internacionalizar su empresa y el quinto hub de startups más importante de toda Europa. El proceso de internacionalización y expansión es clave y en Barcelona es algo que se tiene muy presente porque el ADN de las startups catalanas lleva consigo implícito un afán de ir más allá, romper barreras y seguir creciendo fuera del territorio.

El ecosistema startup en Catalunya no ha dejado de progresar y eso ha dado pie a un entorno favorable y que da bienvenida a nuevas ideas procedentes de todo el mundo. El 59% de las empresas emergentes catalanas se ha creado durante los últimos cinco años, lo que destaca una clara aceleración en un corto periodo de tiempo, hecho que ha convertido a Catalunya -y más concretamente Barcelona- en una localización estratégica. Por otra parte, cabe destacar que no solamente hay más startups, sino que también muchas están creciendo en dimensión. El potencial emprendedor del que gozamos en materia de tecnología y salud, al que se suman nuevas tendencias, como las startups nacidas para cubrir necesidades en el sector educativo, es una de las razones que ha motivado a emprendedores de todo el mundo a traer su startup emergente a territorio catalán.

Sin embargo, las startups catalanas también conocen el poder de la internacionalización: saben que las ayuda a despegar, establecer nuevos vínculos y hacer un hueco a sus productos y servicios en un panorama global. En Catalunya podemos presumir de muchos casos de startups que se han aventurado a meter el talento y la ambición en una maleta y atreverse a traspasar fronteras: Heura Foods, Wallbox o Freshly Cosmetics son un claro ejemplo. De hecho, gran parte de las startups más importantes del país son catalanas. La plataforma global South Summit, que conecta startups, llevó a cabo este año un listado en el que dio a conocer las 100 startups con más potencial, procedentes de un total de 21 países. De la lista, 13 eran catalanas: 12 de Barcelona, y 1 de Lleida.

No obstante, internacionalizarse no es coser y cantar: se necesita un buen plan. El conjunto de factores que hay que tener en cuenta no es pequeño: desde un trabajo en profundidad para identificar la marca y el producto con claridad hasta una investigación a fondo para conocer los mercados con más rentabilidad, pasando por una buena identificación de la competencia o una presencia digital rompedora. Cometer riesgos es inevitable en el mundo del emprendimiento, pero mientras más definición haya en el proceso de internacionalización, más llevadero y fructífero puede ser este. A día de hoy, existen recursos que permiten a las startups diseñar su negocio, obtener capital y organizar un plan de expansión estratégico. Es el caso de las aceleradoras de startups como Bcombinator -de las que Barcelona goza tanto en calidad como en cantidad- o bien las ayudas a nivel estatal y regional. Empujones como estos pueden ser cruciales a la hora de arrancar con un proceso de internacionalización. Los retos a los que se enfrentan las startups catalanas pueden ir desde limitaciones financieras hasta falta de oportunidades o de perfiles que encajen con la marca.

No es casualidad que haya más startups que alcanzan la categoría de unicornio en Estados Unidos que en Europa. Aunque la brecha se está reduciendo y la tasa de crecimiento de los unicornios tecnológicos europeos superó a la de EEUU en 2021, según un nuevo informe de i5invest que muestra que la tasa de nacimiento de unicornios en Europa fue el doble que la de EEUU hace dos años. Estados Unidos dispone de un gran talento tecnológico, fuertes networks de universidades e inversores, casos de éxito que crean ecosistemas y el casi mitológico Silicon Valley. Pero, a diferencia de Europa, Estados Unidos cuenta con un mercado objetivo inicial de más de 300 millones de personas, con una misma divisa, marco legal y cultura. No sucede lo mismo en Europa, excepto por la divisa y el tamaño de mercado también rondado los 300 millones de personas. Emprendedores que quieren expandirse por Francia, Dinamarca o Hungría, se encontraran con poblaciones con culturas, poder adquisitivo y marcos legales distintos. Todo ello dificulta mucho la expansión. No en vano, muchos emprendedores no quieren ni oir hablar de abrir negocio en Francia, país donde muchas startups españolas han fracasado.

Hay emprendedores que optan por abrir negocio en Latinoamérica, debido a la proximidad lingüística. México o Colombia suele ser el primer destino en el camino de la internacionalización para muchas startups españolas, como Cabify, Heura o Bnext. Otras startups españolas, del perfil Saas (Software-as-a-service), suelen buscar iniciar su interenacionalización en países como EEUU o Reino Unido, países con un potencial de mercado mayor en B2B. Otras startups B2C, como Nude Project o TwoJeys, dos grandes DTC, inician su expansión totalmente digital vía canales de marketing online y abren en países como Francia, Italia o Alemania sin logística ni tienda física y, una vez validada una base de clientes en el país, abren sus tiendas. Si bien dar este paso tiene un poder decisivo a la hora de dotar a las startups de más competitividad y cualificación, muchas empresas de aquí se cuestionan si la actualidad es un buen momento para dar este gran paso. La reciente crisis, que ha hecho tambalear los cimientos de muchas empresas y startups, ha metido el miedo en el cuerpo de muchos emprendedores que se disponían a abrir nuevas sedes en otros países. Si bien es cierto que la situación actual ha transformado el panorama inversor y emprendedor, la realidad es que no hay motivos para no internacionalizarse siempre y cuando se tenga un buen plan. El futuro es incierto, pero siempre se puede apostar por recibir ayuda de aceleradoras, por ejemplo.

El foco de talento que existe en Catalunya es innegable y la internacionalización es una clara prueba de ello, tanto por las posibilidades de asentar una empresa extranjera en Catalunya como por las capacidades que poseen las startups catalanas para crecer y abrirse a nuevos mercados. Es lo que hace del territorio catalán una zona única en todo el país, preparada para afrontar los nuevos retos que se presentan en materia de emprendimiento.