Capital Cell mira a Europa con la obtención de la licencia de la CNMV

La nueva licencia otorgada por la CNMV a la compañía catalana le permitirá operar bajo la ley ECSP 2020/1503 y entrar, de manera inmediata, en mercados como el francés, el alemán o el italiano, donde espera abrirse camino con su plataforma de inversión en ‘startups’ biotecnológicas y biomédicas.

Sin duda, la misión más difícil para una compañía emergente es consolidar su modelo de negocio, crecer, hacer que su producto, solución o plataforma tenga un impacto en el mercado y su propuesta sea rentable. Capital Cell es una de las compañías que no solo ha conseguido estos objetivos, sino que además tiene la ambición de exportar su producto, ya que el sector al que dedica sus esfuerzos se ha visto beneficiado de su actividad.

Por eso, Capital Cell repite en estas páginas, celebrando un hito que acaba de conseguir y que permitirá a la compañía catalana ampliar sus horizontes al resto de Europa. Para los que no la conozcan, Daniel Oliver, director de la firma, la define como “una empresa que se dedica a ayudar a compañías del sector biomédico en fases iniciales”. En otras palabras, Capital Cell pone en contacto a inversores privados con proyectos o empresas que, en un porcentaje alto, son “derivadas de universidades o centros de investigación”. “Nuestra misión es buscar financiación privada para quien quiera pueda invertir a cabio de acciones de la compañía”.

Desde 2021, el contexto en el que está creciendo Capital Cell ha cambiado mucho, sobre todo porque acaba de conseguir la licencia de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) para operar bajo la ley europea ECSP 2020/1503. Esta autorización permitirá a Capital Cell empezar a operar, de manera inmediata, en mercados como el francés, el alemán, el italiano, el portugués, el holandés, el belga y el danés. Además, facilitará el proceso de entrada en el resto de mercados de la Unión Europea.

El objetivo de la compañía a partir de ahora, según el propio Oliver, es abrirse camino en nuevos mercados para llevar su modelo de negocio más allá de España. “Trabajaremos duro para construir una plataforma de alcance europeo, y esta autorización valida nuestra propuesta y nos abre el camino a un crecimiento exponencial, tanto de nuestra compañía como de nuestro impacto positivo”, dice Oliver. “Creemos firmemente que el modelo de Capital Cell, que ha supuesto un gran impacto positivo en el ecosistema español de startups biotecnológicas, resultará igual de valioso en otros ecosistemas europeos.

Buscando la rentabilidad

Capital Cell ha operado hasta ahora mediante la licencia del crowdfunding, es decir, ofreciendo una plataforma en la que agrupaba todos los proyectos para que el inversor interesado solo tuviera que acceder e invertir. Todas las compañías tenían un objetivo de financiación y un tiempo limitado. La inversión es totalmente gratuita y el modelo de negocio de la compañía se ha basado en el cobro a la empresa interesada por montar la ronda, así como en los beneficios que obtiene en sus propias inversiones. “No anunciamos empresas en las que no invertimos”, explica su director.

La compañía liderada por Oliver se convirtió, en el momento de su nacimiento, en la primera plataforma de equity crowdfunding de Europa especializada en biomedicina, biotecnología y salud. Desde su nacimiento en 2015, la compañía ha transaccionado más de 80 millones de euros para 87 empresas, cifras que la colocan como uno de los inversores más activos en innovación biomédica en España.

En ese sentido, el año pasado cerró con éxito 17 rondas de inversión con un total de 16 millones de euros levantado en proyectos de calado como Exheus, Cuideo, HCS Pharma o Arjuna Therapeutics, una compañía que desarrolla una familia de tratamientos contra el cáncer. Hasta el cierre del primer trimestre, la compañía sigue con cifras récord habiendo levantado 7,5 millones de euros con proyectos como Oncostellae, una firma enfocada al diseño y desarrollo de fármacos contra la Colitis Ulcerosa y el cáncer de colon. Con todo, desde 2015, Capital Cell ha multiplicado por 3,2 su valor gracias a sus propias inversiones.

Con varias rondas abiertas en la plataforma en la actualidad, todas con una inversión mínima de 1.000 euros, Oliver defiende que el sector de la biotecnología “es el más rentable del mundo”. No obstante, también admite que son proyectos “difíciles de entender” por su naturaleza. Según sus palabras, es un tipo de inversión algo arriesgado porque muchos proyectos terminan no despegando. Sin embargo, cuando uno de ellos lo hace, “los beneficios son muy altos”. “Puedes llegar a ganar 10, 20 o hasta 150 veces más de lo que pagaste. Es como el concepto de ser el primer inversor en Facebook”, acaba. Por eso, en este sector lo que se suele hacer es invertir en varias empresas para que, así, los inversores diversifiquen sus opciones de ganar con una empresa que consiga acelerar.