El sector de la salud muestra cómo deben hacerse las cosas

La inversión que realizará AstraZeneca en Barcelona, instalando en la ciudad su centro europeo de investigación y desarrollo, invirtiendo 800 millones de euros para crear más de 1.000 empleos altamente cualificados, es sin duda una de las noticias del año. Quizá no tendrá el glamour de otros titulares, pero su impacto en la economía catalana será muy importante. No solo por la sola inversión de la firma, creadora, entre otros productos, de una de las vacunas contra el Covid-19, sino porque sitúa a Barcelona y Catalunya en el centro del mapa mundial del sector de la salud. No nos engañemos, sin embargo. La región no se convertirá en el referente europeo del sector, o del sur de Europa si queremos ser algo más concretos, gracias a AstraZeneca, sino gracias al tejido empresarial que lo forma.

Detallando, son 1.350 las compañías catalanas que se dedican a este sector. Firmas que, entre grandes nombres, como Grifols, y pequeñas empresas emergentes, facturaron el año pasado 39.300 millones de euros. Una cifra récord que no solo es una buena noticia por haberla alcanzado, sino porque es probablemente la más baja que se registrará en los últimos años, porque los indicadores muestran que el crecimiento es evidente y, pese a que en algunas ramas del sector la aparición de compañías o la atracción de inversión parece haberse estancado, por lo general no hay visos de desaceleración.

Desde la Generalitat de Catalunya parecen haber captado el potencial de este sector, que va mucho más allá de la generación de dinero, aunque ya supone casi un 9% del PIB de toda Catalunya, e impulsan su desarrollo con planes de ayudas y con la disposición de facilidades para que empresas, de todos los tamaños, crezcan o se vean atraídas por Barcelona y la región. Un ejemplo puede ser el Pier07, el ambiente perfecto para que grandes empresas y pequeñas startups se unan y trabajen juntas en un espacio que ha nacido con el objetivo de impulsar el desarrollo del sector. Este es, sin duda, el gran ejemplo que demuestra que desde la Generalitat, cuando quieren, saben hacer bien las cosas. El modelo debería extenderse a otros sectores, tanto los más llamativos, como el tecnológico, como algunos tradicionales, como la automoción, que es, por contra, la demostración de todo lo contrario con todo lo acontecido con Nissan o con la pérdida de la gigafactoría de baterías del Grupo Volkswagen.

Con todo, sectores como el de las ciencias de la salud tienen un gran potencial, además de para la generación de riqueza, para convertir Barcelona y Catalunya en una ciudad y región que resulten atractivas al talento internacional, para que se muestren abiertas al mundo y confiar en ellas para desarrollar sus proyectos, sean grandes o pequeños y las hagan evolucionar hacia un modelo diversificado de sectores de alto valor añadido y gran crecimiento.