Otoño de incertidumbre económica y política

El mes de septiembre llega con el buen sabor de boca de la temporada turística estival, pero la incertidumbre económica que trae el otoño, con costes energéticos e inflación en máximos y rápido aumento de tipos de interés que encarece las facturas de los endeudados. Ni siquiera la climatología acompaña, en detrimento de la agricultura, con heladas en primavera, sequía en verano y primeras tormentas que han traído vendavales y granizadas de diámetro nunca visto, superando los 10 centímetros.

A todo ello hay que añadir la incertidumbre política, con el ultimátum de un mes lanzado desde Junts a ERC respecto a su pacto de gobierno en la Generalitat, aduciendo el incumplimiento de los acuerdos para avanzar hacia la independencia de Cataluña. Se trata de un aspaviento más entre dos partidos condenados a compartir Ejecutivo si quieren mantener el poder, pero el clima preelectoral de las municipales de 2023 tensa unas relaciones, desde siempre complicadas, entre dos formaciones políticas a las que solo les une el objetivo secesionista.

El presidente de la Generalitat, el republicano Pere Aragonès, insiste en sus discursos internos e internacionales -el último en Francia- en la defensa de la separación de Cataluña del resto de España “siempre dentro del marco europeo y de vías democráticas”, mientras el consejero de Economía, Jaume Giró, designado por Junts, ha actualizado las balanzas fiscales para esgrimir argumentos económicos para la ruptura. Según sus cálculos, el déficit del Estado con Cataluña era de 20.200 millones de euros en 2019, el 8,5% del PIB catalán, medio punto más que en la última estimación, para el año 2016, cuando el Govern cifró el déficit fiscal en 17.000 millones. Giró prevé incluir estos datos en los Presupuestos catalanes de 2023.