Elisenda Bou-Balust, premio FPdG Empresa 2022 por su trayectoria y por convertirse en referencia

Bou-Balust cofundó Vilynx, ‘startup’ adquirida por Apple en 2020, y se ha convertido en un referente para todas aquellas mujeres que quieren dedicarse a la ingeniería.

Se habla continuamente sobre la importancia de tener referentes. Profesionales en los que fijarse para querer seguir sus pasos. Actualmente, con la explosión del fútbol femenino, se ha oído mucho sobre lo importante que es el fenómeno para impulsar la igualdad en el deporte. Lo mismo ocurre en todos los ámbitos profesionales y, así como Alexia Putellas inspira a miles de jóvenes jugadoras de fútbol, Elisenda Bou-Balust es la figura en la que deben pensar todas aquellas mujeres que vean en la tecnología, la ciencia y las telecomunicaciones una vocación o una preferencia para su futuro. Bou-Balust fue galardonada con el premio Fundación Princesa de Girona Empresa 2022 en reconocimiento por su trayectoria empresarial y académica como modelo para que otros jóvenes desarrollen iniciativas empresariales. “Es un honor recibir este premio”, dice Bou-Balust a elEconomista.es. “Su objetivo es dar soporte a los jóvenes en su desarrollo profesional y eso significa mucho para mí y para todo el equipo. Recibo este premio por lo conseguido en Vilynx y por tanto es reconocimiento para el trabajo de todo el equipo”, añade.

Según el jurado del premio, Bou-Balust ya es, con 35 años, “un referente a nivel mundial en el ámbito y la tecnología, concretamente en el campo de la Inteligencia Artificial”. Actualmente dirije Apple Media Knowledge y es cofundadora de Vilynx, la startup que, una vez adquirida por la compañía de la manzana mordida, la llevó a Apple. Según explica ella misma, Vilynx es una empresa que “nació con la idea de cambiar el paradigma de la Inteligencia Artificial”. “Pensamos que en vez de entrenar sistemas para que aprendiesen lo que los humanos decíamos, estos podrían aprender por sí mismos. La idea de Vilynx es conseguir que los sistemas puedan aprender por sí solos viendo las noticias, un documental o leyendo un texto”. En 2020, Apple compró la compañía, por, según apuntó en su momento la agencia Bloomberg, 50 millones de dólares atraída por la capacidad de Vilynx de usar la Inteligencia Artificial para analizar, indexar y etiquetar vídeos con el objetivo de facilitar que los buscadores puedan encontrar la información que contienen. Tras la operación, el equipo de la startup se incorporó a Apple, que mantuvo su sede en Barcelona.

La Inteligencia Artificial, tan en boca de todos en la actualidad, es una de las herramientas con más potencial. “Será parte de lo que utilizaremos para resolver los grandes retos que tenemos en el futuro, en ámbitos como la salud o el medioambiente”, dice Bou-Balust. “Nos permite generar modelos, analizar opciones y predecir las consecuencias”, añade antes de terminar argumentando que “es una herramienta que nos permitirá, como sociedad, entender y procesar más información, que es un primer paso clave para resolver cualquier problema”.

La cofundadora de Vilynx estudió ingeniería de telecomunicaciones y electrónica en la UPC, para especializarse posteriormente en Inteligencia Artificial aplicada al aeroespacio. Todo en un proceso que la ha llevado a convertirse en un referente de un sector por el que, desgraciadamente, todavía no apuestan muchas mujeres.

Hay que normalizar el papel de la mujer

Elisenda Bou-Balust tiene claro que los trabajos relacionados con STEM (ciencias, tecnología, ingenierías y matemáticas) son parte indispensable del futuro. “Según estima la OCDE, en 2030 el 80% de los trabajos estarán relacionados con STEM. Esto quiere decir que una base en este sector te permitirá después enfocar tu carrera en muchísimos ámbitos diferentes, como la salud, la educación o el medioambiente, entre otros”, dice. “Pienso que las mujeres son muy conscientes de las salidas laborales que hoy en día tienen la informática, la ingeniería o las telecomunicaciones y eso es un primer paso”, añade antes de lamentar que “desgraciadamente todavía tenemos el estigma de que las mujeres ingenieras no somos normales, que no tenemos familia o amigos, que no salimos de fiesta o no nos gusta el deporte”. “Necesitamos que ser mujer e ingeniera se vea igual de normal que ser mujer y doctora, actriz, diseñadora o enfermera. Así las mujeres jóvenes verían que para ser ingeniera no deben dejar nada atrás”, reivindica.

Bou-Balust reconoce que, en su caso, nunca se ha encontrado con ninguna dificultad por ser mujer, pero sí que es consciente de la suerte que ha tenido. “He tenido suerte de tener el soporte familiar y también el de muchas personas que apostaron por mí sin fijarse en el género”, argumenta. “Puede que no parezca muy importante, pero es mucho menos común de lo que nos pensamos y todavía muchos se sorprenden al encontrarse con una mujer directora tecnológica”, añade antes de advertir que todavía queda mucho camino por recorrer. “Hacen falta muchas más mujeres en posiciones directivas y tecnológicas para que esto nos deje de sorprender”.