Javier Sancho, director del complejo industrial de Repsol en Tarragona: “El CO2 no tiene fronteras, y un impuesto catalán solo incrementará el riesgo de huida de proyectos”

El complejo petroquímico de Repsol en Tarragona ha jugado un papel clave en la compañía desde su creación en los años 70, y lo prevé seguir siendo en el futuro, con planes de inversión por 1.400 millones que incluyen, por ejemplo, el electrolizador más potente de España anunciado hasta la fecha para producir hidrógeno verde.

El complejo industrial de Repsol en Tarragona genera más de 7.500 empleos, entre directos, indirectos e inducidos, y representa alrededor del 40% de los tráficos del puerto tarraconense, con una actividad que tiene un peso superior al 2% del PIB catalán. Al frente de estas instalaciones está Javier Sancho desde septiembre de 2020. Cercano al territorio, ya que nació en Reus, en sus manos está gestionar la estrategia de reconversión del centro para adaptarse a las nuevas tendencias energéticas sin emisiones contaminantes.

El 23 de septiembre empezó la mayor parada de la refinería de Tarragona, de unos dos meses y casi 100 millones de inversión ¿qué supondrá para el complejo?

Es la más grande de la historia por el volumen de trabajos que vamos a realizar, con 750.000 horas de trabajo y un volumen de inversión de 100 millones, y por la duración de la parada, de 53 días, cuando suelen ser de 25 o 28 días. Se realizan cada seis años y nos permiten realizar reparaciones, inspecciones y mejoras en los procesos. Este 2022, unos 70 millones serán inversiones de mejora, repartidas acorde con la planificación estratégica de Repsol: el 30% en seguridad y medio ambiente, el 35% para evitar emisiones de CO2 en unas 32.500 toneladas anuales, y el 35% para ganar competitividad. Esta parada es un hito importante para la descarbonización de Repsol, en la senda para ser una empresa neutra en emisiones y hub multienergético en 2050. Será un proceso gradual, con el objetivo para 2025 de una reducción del 15% de las emisiones respecto a 2016; en 2030 del 28%; en 2040 del 55% y en 2050 del 100%.

El complejo de Tarragona ha recibido inversiones por casi 900 millones entre 2017 y 2022, y prevé más de 1.400 millones de euros, en el marco del Plan Estratégico 2021-2025 de la compañía y de los fondos Next Generation, sobre un total del grupo de 18.300 millones. ¿La coyuntura macroeconómica actual supondrá afectaciones en estos planes?

Ahora estamos actualizando la planificación y puede ser hacia arriba. Estamos trabajando en acelerar la senda de transformación, con palancas de eficiencia energética, digitalización, electrificación, generación renovable, economía circular, hidrógeno renovable y captura de CO2. Repsol apuesta por sustituir el hidrógeno de origen fósil por electrolítico o de captura o de biogás.

A finales de septiembre, anunciaron que Repsol Tarragona acogerá el electrolizador más potente previsto hasta la fecha en España para producir hidrógeno verde y oxígeno, en alianza con Enagás Renovable, Iqoxe y Messer...

Será un electrolizador de 150 MW en su primera fase que abastecerá de hidrógeno renovable y oxígeno al Polo Petroquímico de Tarragona a partir de 2025 y que supondrá un hito en la transformación del complejo. Ubicado en el polígono norte, requerirá una inversión de unos 230 millones, más otros 80 si se añade almacenamiento eléctrico con baterías, y en una segunda fase, a partir de 2027, contempla alcanzar una potencia de 1GW.

Otro proyecto estrella para 2025 vinculado a la sostenibilidad y la economía circular, en este caso con Enerkem y Suez como aliados, es la Ecoplanta.

Fue el primero de los siete proyectos europeos elegidos por el Fondo de Innovación de la Comisión Europea para financiar iniciativas de gran escala. Permitirá convertir unas 390.000 toneladas anuales de residuos urbanos en materiales plásticos y combustibles avanzados. Producirá alrededor de 220.000 toneladas de metanol anualmente, contribuyendo a evitar la emisión de unas 200.000 toneladas de CO2 cada año y reduciendo los residuos que de otro modo acabarían en el vertedero. La inversión estimada es de cientos de millones, pero la cifra definitiva se concretará a finales de año.

Repsol también está apostando fuerte por las instalaciones portuguesas de Sines ¿son competencia para Tarragona?

Sines no es competencia interna, sino que genera complementariedad; nos permite poder ser más fuertes e integrar sinergias entre complejos potentes, para optimizar los intercambios de producto y el apoyo entre complejos. Repsol necesita a Tarragona. Tiene cinco refinerías (Coruña, Bilbao, Cartagena, Puertollano y Tarragona), y tres complejos petroquímicos (Tarragona, Puertollano y Sines), pero Repsol trabaja como un proyecto único, no como sites individuales. Tarragona es el complejo integrado mayor de Repsol, con refinería y química, y está situado dentro del mayor hub petroquímico del sur de Europa, y aspiramos a ser el más importante de Europa, ganando terreno a los de Holanda y Alemania. Volviendo a Repsol, cuando se toma una decisión de inversión para un site u otro entran muchas variables en juego. El plan de transformación y futuro es para todos los sites, hay que repartir.

En el caso de Tarragona, este verano se adjudicó una nueva planta para producir aislante para cables de alta tensión soterrados con una inversión de 35 millones y puesta en marcha prevista para mediados de 2024. Y en primavera también se comunicó que se destinarán más de 18 millones con el objetivo de ampliar la gama de polioles poliméricos de alta calidad, con un nuevo reactor de producción para finales de 2023 para atender a los mercados del descanso, mobiliario y automoción.

El futuro pasa por diferenciarnos y entregar al mercado productos más especializados, para no tener que competir con productos commodities que pueden llegar de otros continentes con costes más bajos. Estas nuevas apuestas se suman a la de los propilenos de alta resistencia a los que destinamos 31 millones y que está en marcha desde 2021 para usos en auge como paquetería y baterías, entre otros.

¿Cómo afecta a Repsol Tarragona el marco fiscal catalán? Además de las exigencias ya vigentes, está en elaboración un nuevo impuesto sobre las actividades económicas que generan emisiones de gases de efecto invernadero....

Desde hace muchos años estamos realizando un gran esfuerzo por reducir las emisiones de CO2 y priorizamos la seguridad y el medio ambiente. Además, formamos parte del mercado de emisiones de CO2 y satisfacemos anualmente el importe del coste de las emisiones, que ha sufrido un incremento muy importante en los últimos años. Ha pasado de una media de alrededor de cinco euros por tonelada a 100 euros por tonelada hace unas semanas. Es un coste muy elevado y que incentiva a las empresas a realizar inversiones de reducciones de CO2. Además, la UE está trabajando en la revisión de la normativa comunitaria para hacerla más exigente, ampliando el alcance de las empresas sometidas, y no es oportuno añadir cargas. El nuevo impuesto catalán no existe todavía con un formato final, por lo que no sabemos cómo va a ser, pero si fuera muy lesivo para las empresas que ya estamos dentro del mercado de CO2 europeo, es un riesgo a la pérdida de competitividad de la industria catalana y de toda la economía catalana, y también podría suponer una doble imposición. En cualquier caso, un impuesto que solo afecte a las instalaciones ubicadas en Cataluña, cuando las emisiones de CO2 no tienen fronteras, persigue unos objetivos medioambientales que no se conseguirían. Solo conseguirá incrementar el riesgo de huida de proyectos.

Hay un ámbito en el que Repsol Tarragona ha cerrado una etapa histórica, clausurando la única instalación de extracción de crudo de España. ¿Qué horizonte de desmantelamiento tiene la plataforma marina Casablanca, que dejó de extraer crudo en 2021?

No tenemos fecha para el desmantelamiento de la plataforma Casablanca. Justo ahora estamos tramitando las autorizaciones y permisos necesarios para acometer los trabajos de abandono de los pozos, es decir, dejarlos en condiciones de seguridad, desmantelando las cabezas de pozo y otros elementos sumergidos. En esto estaremos los próximos años.

¿Cómo será el complejo de Repsol en Tarragona en 2050?

En 2050, Tarragona será un complejo con cero emisiones, que habremos transformado en un hub multienergético, en el que las materias primas que utilizaremos provendrán de fuentes diversas: vegetales, residuos urbanos, biomasa, plásticos reciclados, etc., y los productos que fabricaremos tendrán la misma utilidad que los que producimos ahora, pero con un ADN absolutamente distinto. Será un complejo digitalizado y absolutamente eficiente. Lo que no va a cambiar será la alta cualificación de las personas que trabajan en él y su compromiso con el entorno en el que se ubica.

¿Repsol Tarragona tiene planes para producir nuevos combustibles?

Nos planteamos -y ya estamos en ello- fabricar biocombustibles, que son aquellos derivados de fuentes renovables que, cuando se queman, liberan CO2 pero que sus emisiones se consideran netas porque se equilibran con el CO2 absorbido por las fuentes de energía renovables, origen de los biocombustibles. Y nos planteamos también la fabricación de combustibles sintéticos, que son aquellos que se producen a partir del hidrógeno renovable obtenido a partir de un proceso de electrolisis y del CO2.

¿Y realizar captura y uso de CO2?

En Repsol Technology Lab estamos desarrollando técnicas de captura, almacenamiento y uso de CO2, que permitirán reducir todavía más las emisiones de nuestros procesos productivos. Estas técnicas, que implican la captura del dióxido de carbono, su transporte y su uso para crear otros productos, jugarán un papel clave para la consecución de nuestro objetivo de cero emisiones netas en 2050.

Uno de los caballos de batalla ambientales en la actualidad es la lucha contra los perjuicios de los plásticos en los mares y océanos, incluyendo los pellets ¿Cuánto ha invertido Repsol Tarragona en la iniciativa ‘cero pellets’ para evitar su dispersión en el medio ambiente y qué queda por hacer?

Llevamos unos cinco años con el plan, con iniciativas presupuestadas por casi dos millones de euros, de los que la mitad corresponden a los proyectos de 2023. Los pellets son la mejor forma que pueden tener los diferentes tipos de plásticos como materia prima, ya que son porciones de entre 2 y cinco milímetros de diámetro que luego cada fabricante puede fundir y transformar en miles de objetos, desde mascarillas a pañales, tuberías, sillas, envases, juguetes, maletas, parachoques, etc., cualquier cosa elaborada con plástico. Pero su tamaño y forma hace que sea fácil que haya pérdidas de material, y que la fauna marina los confunda con comida, llegando a obstruir su sistema digestivo. En Repsol Tarragona producimos unos 200 tipos de pellets, y hemos invertido en sistemas para evitar que salgan de las instalaciones. Desde barreras en el sistema de aguas pluviales para que no los arrastre la lluvia, hasta un túnel de aire para los camiones cisterna que los transportan a granel, pasando por prototipos de palés para reducir roturas y protocolos de actuación para que los trabajadores recojan cualquier fuga de los que se transportan en sacos. Actualmente seguimos trabajando en mejoras internas y también queremos implicar a toda la cadena de valor, desde los proveedores a los clientes y los transportistas.Es una tarea complicada y de mucha concienciación, porque su apariencia es inofensiva.