¿Gobierno plural o Ejecutivo ‘Frankenstein’?

La decisión de Junts de abandonar el Govern a principios de octubre ha dejado a ERC en una muy delicada situación de Gobierno, en amplia minoría, que Pere Aragonès ha intentado salvar con un nuevo Ejecutivo en el que rescata a figuras que dejaron desencantadas el PSC, Junts, Podemos y la CUP. Su argumento es que busca representar a “la Cataluña entera” y la “del 80%” que defiende que se pueda votar el futuro político de la región en un referéndum. Pero sus intenciones de pluralidad pueden desembocar en un Gobierno Frankenstein en el que no haya una coherencia de las decisiones internas (si bien eso ya pasaba en la coalición entre los republicanos y Junts).

ERC defiende la independencia, pero por la vía pactada con el Estado, tras el fracaso de hace cinco años a través de la vía unilateral. En ese planteamiento encaja el nuevo consejero de Derechos Sociales, Carles Campuzano, exdiputado de CDC y apartado por Junts por considerarlo demasiado moderado. El consejero de Universidades e Investigación, Joaquim Nadal, es catalanista (y por ello dejó el PSC descontento) pero no independentista, y la consejera de Justicia y exmiembro de Podemos, Gemma Ubasart, es partidaria de cambios legales para hacer posible el derecho a decidir de los catalanes. Además, ERC ofrecía a finales de octubre a la exdiputada de la CUP en el Parlament Mireia Boya la dirección general de Calidad y Cambio Climático. Boya se dio de baja de la formación anticapitalista en junio porque considera que no gestionó bien el presunto acoso sexual que aseguró haber sufrido mientras ocupó su escaño, entre 2015 y 2017.

Todos comparten una base ideológica de izquierdas más o menos marcada, pero ello no asegura el entendimiento y tampoco facilita apoyos a ERC de los partidos de los que los nuevos miembros de la Generalitat huyeron por no encontrar encaje.