Montjuïc Watches encara 2022 con la intención de internacionalizarse y facturar un millón de euros

El cofundador de Monjtuïc Watches cuenta cómo nació la marca, el porqué de su asociación con el mundo del motor y sus ambiciones de futuro para la firma.

La pasión es un móvil muy importante. A veces no es necesario tener el producto más innovador y, desde luego, intentar emprender en sectores clásicos muy poblados de marcas no tiene por que ser una mala idea. Montjuïc Watches es el ejemplo de que se puede, y se debe, apostar por ello, siempre desde la humildad, el trabajo y el esfuerzo, identificando cómo aportar valor añadido a un sector, en este caso el de los relojes, tan consolidado con marcas para todo tipo de clientes. Como explica Tendo Rabat, uno de sus fundadores, explica que el sector vive un momento difícil. “Vemos que muchas marcas cierran pero nosotros hemos querido ser valientes”, dice para justificar una firma nacida en Barcelona en 2019 fruto de la experiencia de sus fundadores en el sector y de su amor por todo lo que rodea el deporte de motor.

Rabat cuenta que “tenía el proyecto de crear una marca relojera” tras años de experiencia en el sector con Diverso Distribuidora. “No teníamos el tiempo para lo ambicioso que era el proyecto”, recuerda. Eso cambió al conocer a Eduardo Méndez, procedente de la industria del mundo de la moto. “Tras varias reuniones nos pusimos de acuerdo y empezamos con Montjuïc Watches, a desarrollar la marca. Somos unos ‘quemados’ de la gasolina y la marca lo transmite totalmente”, añade. Los inicios no fueron fáciles, pues la pandemia llegó cuando la compañía empezaba a arrancar. “Tuvimos que cambiar un poco el proyecto”, admite Rabat. “Fue complicado pero tiramos para adelante. Tuve incluso que comprar una impresora 3D para hacer los proyectos aquí”.

A partir de entonces, la de Montjuïc Watches es una historia sobre cómo entrar y consolidarse en un sector muy competido. “En 2021 lanzamos el primer modelo el Speed y empezamos a venderlo en junio”, explica el cofundador de la marca. “Poco después llegó el Chrono y desde entonces hemos vendido cerca de 1.000 relojes. La facturación fue de 250.000 euros en 2021”, confirma. La marca no obtuvo beneficios, ya que la inversión inicial todavía no lo permite, pero las previsiones son buenas. “Esperamos sacar nuevos modelos este verano y a finales del mismo y llegar a una facturación de un millón de euros”, estima el directivo.

Más de 40 puntos de venta

Montjuïc Watches cuenta con más de 40 puntos de venta tras su últimas aperturas, 33 nuevos puntos entre España, dos en Andorra y otros tres en Portugal. La compañía prepara además su expansión internacional con la voluntad de desembarcar en México para empezar a operar en el continente americano y aspira entrar también en lugares como Suiza y Francia. Su plan es crecer midiendo cada paso. “Estamos en desarrollo. Hacemos relojes de entre 300 a 600 euros, lo que es un lujo asequible, y en el futuro probar series limitadas algo más caras. No obstante, el plan es que todos puedan llegar a tener un Montjuïc”, dice Tendo, que celebra que en apenas una semana en Portugal “ya hemos vendido cuatro relojes y querían hacer un evento para dar a conocer la marca. Hay una pasión por los coches brutal en el país, así como en Italia, en el Reino Unido o Alemania. Buscaremos llegar lejos”, expone. Sus objetivos son alcanzar los 100 puntos de venta durante este año y llegar hasta los 200 en 2023 en un camino progresivo que irá tocando cada vez más países.

Sin embargo, Tendo Rabat no quiere convertirse en el líder de su sector, como muchas otras empresas quieren, sino que quiere ganarse su nicho y que se relacione la marca con la ciudad de Barcelona, el motor y la calidad. “Hay que crecer hasta cierto punto, llegar a sitios de calidad, estudiar al cliente nuevo y que nos represente siempre la calidad y la imagen de la marca, que cuando uno se compre un Montjuïc sepa el legado que hay detrás, el legado del circuito, de los pilotos catalanes y españoles. Es nuestra ambición”. En ese sentido, la marca también ha puesto en marcha un plan para trasladar su centro de ensamblaje a Barcelona, con el objetivo de tener el máximo control sobre la producción y el control de calidad. Con este paso, los departamentos de diseño, desarrollo y ensamblaje, quedarán agrupados en un solo centro. La marca diseña sus relojes y elige los componentes que los montan, usando su experiencia para elegir los fabricantes más adecuados para alcanzar los estándares de calidad que buscan.

Sobre el sector, Rabat tiene claro que la marca tiene potencial y que la digitalización, al contrario que en otros, no es una amenaza. “Cuando vino el Apple Watch pensamos que era el fin. Yo lo veía negro”, admite. “Sin embargo la gente continúa usando reloj y vimos que no había modelos deportivos de calidad de 300 euros. Un Montjuïc es para quien quiere llevar reloj, pero que sea especial, de diseño”.