Catalunya tiene la oportunidad de ser referente de eólica marina flotante en el Mediterráneo

Catalunya tiene la oportunidad de ser referente en eólica marina flotante en el Mediterráneo, si no repite los errores del pasado. Las trabas normativas de la Generalitat hace más de una década comportaron que la comunidad autónoma pasase de ser pionera en eólica terrestre a situarse en el furgón de cola de España. Ahora, la competencia para legislar la eólica marina es estatal, pero también se requiere de consenso territorial e infraestructuras terrestres para los parques offshore. Por ahora, la Generalitat es proclive a esta fuente de generación renovable marítima y ha fijado unos ambiciosos objetivos a medio y largo plazo. Pero para conseguir estas metas no hay tiempo que perder, porque los objetivos fijados para 2030 y 2050 parecen lejanos, pero los tempos legislativos y de tramitación administrativa son largos, por lo que hay que poner ya manos a la obra, más aún cuando los países del entorno también tienen sus propios planes en marcha.

El parque Tramuntana que proponen Bluefloat Energy y Sener en la Costa Brava, frente al golfo de Roses, es el primero planteado en la costa mediterránea española, e incluye una zona experimental que podría ser referente en el Mare Nostrum, pero Francia, por ejemplo, ya tiene planes de despliegue en marcha, con el objetivo de construir 50 parques eólicos marinos en sus costas -tanto mediterráneas como atlánticas- por un total de 40 GW para el año 2050. Además, Bluefloat y Sener también han sumado más proyectos tras el catalán, como otro parque eólico marino flotante frente a la costa de Almería. De todas formas, todavía no hay nada en firme a nivel nacional, ya que antes se debe desarrollar la normativa sectorial, algo en proceso actualmente y que requerirá varios años hasta su concreción completa.

La Generalitat defiende que la eólica marina es imprescindible para conseguir la neutralidad de emisiones en 2050, tal y como fija la UE, y que será complementaria al autoconsumo y a más generación eólica terrestre y fotovoltaica, entre otras energías verdes más minoritarias, mientras la generación nuclear desaparecerá con el fin de las concesiones de las centrales catalanas actuales para 2040. Las trabas a la eólica terrestre durante años hacen que ahora Catalunya necesite multiplicar por 18 la potencia de energías renovables instalada actualmente para cumplir los objetivos de neutralidad climática en 2050, según la Prospectiva Energética de Cataluña 2050 (Proencat 2050), elaborada por el Instituto Catalán de Energía (ICAEN). Si se cumplen todos los objetivos, la dependencia energética de Catalunya respecto al exterior de la región pasará del 94,2% actual al 6,7% en 2050, y el grueso de esta responsabilidad es competencia de la Generalitat, que tiene en sus manos desbloquear cientos de peticiones de parques eólicos y fotovoltaicos de menos de 50 MW, mientras que el Gobierno central es competente para instalaciones de más de 50MW. Este 2022 se están iniciando decenas de tramitaciones, ¿llegaremos a tiempo?