El ‘benchmarking’, herramienta de mejora continua en Catalunya

A lo largo del año 2021 se han disuelto casi 2.000 sociedades mercantiles en Catalunya según el Institut d`Estadística de Catalunya. Todas las organizaciones, sin importar su dimensión y sector, buscan acercarse a la sostenibilidad a largo plazo, trabajar para avanzar hoy mientras se construye el futuro. Este es el gran reto de todas ellas, sostenibilidad ambiental y social, pero especialmente económica. Para ello deben obtener resultados excepcionales y situarse en una posición de competitividad permanente frente al mercado. Una herramienta clave para alcanzar y mantener niveles sobresalientes de rendimiento que satisfagan o excedan las expectativas de todos sus grupos de interés, mejorando de forma continua y manteniendo la competitividad, es el benchmarking, es decir, utilizar la comparación sistemática de resultados y procesos, la forma de hacer las cosas con otras organizaciones relevantes para obtener información valiosa que ayude a las empresas y organizaciones a actuar para mejorar su rendimiento.

Ser competitivos implica necesariamente evaluarse y compararse, conocer el propio posicionamiento de forma sistemática (qué hacemos, cómo lo hacemos y qué resultados obtenemos), centrarse en identificar los factores críticos de éxito, identificar las organizaciones con las que queremos compararnos y buscar qué las hace mejores. Todo ello desde una posición de humildad, admitiendo que otros lo están haciendo mejor, y desde una posición que va más allá de la comparación, una actitud de aprendizaje y de búsqueda de la adaptación a la propia organización, que no adopción directa de buenas prácticas ajenas.

Desde inicios de los años 90, un gran número de empresas y organizaciones en Catalunya han focalizado sus esfuerzos en aplicar herramientas de benchmarking para la mejora. En algunos casos auspiciadas directamente por la administración pública, claros ejemplos de Open Data. Por ejemplo, en la gestión hospitalaria, creando desde la Generalitat de Catalunya observatorios que permiten conocer resultados de una amplia selección de indicadores tanto a nivel global como individualizado. O en el campo universitario, gracias a la labor de la AQU (Agència per a la Qualitat del Sistema Universitari de Catalunya). También en el ámbito de las administraciones locales a través de plataformas digitales promovidas por las diputaciones.

En otras ocasiones en las mismas empresas, compartiendo resultados y prácticas de diferentes divisiones o unidades de negocio dentro de la propia organización, lo que viene a llamarse benchmarking interno. Y en otros casos creando espacios de confianza a través de organizaciones empresariales muy diversas que fomentan el intercambio de resultados de forma ética y buenas prácticas, sean en un sector concreto o multisectoriales. Resultan de gran interés los Foros o espacios de co-creación, Plataformas digitales de conocimiento, Observatorios, Premios de Buenas Prácticas, Sesiones de intercambio One-to-One, etc., imprescindibles para, dentro de una sistemática de benchmarking, planificar, conocer, analizar, cooperar, compartir, integrar, comunicar y actuar. Debemos disponer del dato, para transformarlo en información, conocimiento y mejora.

Un caso singular son las organizaciones que eligen el Modelo EFQM como referencia y referente internacional para su gestión. Todas ellas utilizan comparaciones externas relevantes y confiables (dentro o fuera de su sector) que les permiten determinar que el rendimiento está en línea con su estrategia. Buscan compararse con otras organizaciones destacadas, si es posible con las mejores, e intentan ser un punto de referencia para otras, rendir al nivel que a otros les gustaría alcanzar.

Algunos ejemplos que se podrían citar en Catalunya serían, en el ámbito educativo: C.C.E. Montessori – Palau, Escola Palcam y ECAT BCN - Institut Lluïsa Cura; en el sector tecnológico e industrial: LEITAT Technological Center; en el sector de servicios: B:SM - Barcelona de Serveis Municipals, TSB - Transdina y Parc d’atraccions Tibidabo; el sector público: Diputació de Tarragona y Agència de Salut Pública De Barcelona; el sector sanitario está ampliamente representado: Fundació Sanitària De Mollet; Germanes Hospitalaries Hospital Mare De Déu De La Mercè, ASEPEYO, Fundació Althaia, Equip d’Assistència Primària Vic S.L.P., Hospital Universitari Sagrat Cor; al igual que el sector sociosanitario: Grup Sant Pere Claver; Sant Andreu Salut; Sant Joan De Deu Serveis Sociosanitaris y el tercer sector: Fundación Bancaria “la Caixa”, Fundació Ampans, Grup Som Via, Fundació Acadèmia de Ciències Mèdiques i de la Salut de Catalunya i de Balears. Todas estas organizaciones, entre otras, conocen y reconocen la importancia del benchmarking como clave para la mejora continua, por ello participan en grupos de mejora, premios de buenas prácticas, reuniones one-to-one... comparten conocimientos, resultados y procesos.

Mucho hemos oído hablar del benchmarking desde que Robert Camp publicó en 1989 su libro Benchmarking: The Search for Industry Best Practices that Lead to Superior Performance y se empezó a aplicar la mejora comparativa de una forma estructurada y metódica, entendiendo que la razón de ser del benchmarking es la mejora de los resultados a través de mejoras organizacionales, y más que seguiremos hablando en los años venideros de esta herramienta. Es imprescindible entender que el benchmarking debe ser sistemático, cultural, trabajando resultados y procesos, buscando lo comparable, actuando de forma ética, adaptando y no adoptando, todo ello de forma definida, ordenada y planificada para llevarlo a la acción y la mejora. Aunque la madurez de las organizaciones frente al benchmarking es muy heterogénea por sectores y geografías, sin duda las empresas y organizaciones en Catalunya están singularmente preparadas para aprovechar esta potente herramienta.

Disponemos de las bases para ello, una administración pública que promueve el cambio, la transformación y la mejora, junto a una sociedad civil organizada y abierta al exterior, inquieta, que trabaja la organización de una forma holística, que sabe de la importancia de compararse para mejorar, obtener resultados sobresalientes y, en definitiva, ser sostenible a largo plazo.