Cuick prevé ampliar capital a finales de 2023 para seguir creciendo

Cuick nació en 2019 tras escuchar a Carme Ruscalleda en la radio, que dijo que congelaba sus sofritos para cocinar más rápido en casa. La compañía ofrece sofritos y picadas a partir de un proceso artesanal y con ingredientes 100% naturales para que cualquiera pueda hacer un buen plato en poco tiempo.

Incluso cuando todo está inventado se puede innovar, crear una nueva empresa y crecer. Emprendedores, dejen de buscar una tecnología revolucionaria y atiendan, escuchen al mundo y busquen una necesidad que solventar del modo más fácil posible. ¿Qué nos gusta a todos? Comer. ¿Qué es lo que hace falta para comer bien? Tiempo. ¿Qué falta en la sociedad actual? Exacto. Tiempo. Cuick quiere que comamos bien y para ello ofrece sofritos y picadas, dos elementos indispensables en la comida mediterránea que, bien hechos, pueden llegar a precisar de horas para cocinar. Uno de sus fundadores, Gaston Chritin, define Cuick como “una startup gastronómica. Hemos nacido para ofrecer un producto al sector gastronómico que no existía. Lo que intentamos es revalorizar las bases de cocina que se han hecho toda la vida y que son imprescindibles para cocinar en casa o en un negocio de hostelería profesional”.

Chritin explica que la filosofía de Cuick se basa en dos ejes. “Uno, la de trabajar con ingredientes frescos y de proximidad, eligiendo ingredientes buenos. Trabajamos con tomate, con pimiento, todo de verdad, que viene del campo. Dos, lo producimos todo de un modo artesanal, con lo que después, el producto final es como si te lo hicieras tú en casa. Ofrecemos productos sin regustos, sin cosas extrañas”. El directivo dice que así los clientes “reconocen nuestro sabor y gracias a esto estamos ganando popularidad”. “Nos dirigimos a un segmento que aprecia la calidad, que se preocupa por lo que come”, añade.

El modelo de negocio se basa específicamente en dos canales, el de particulares a través de Internet y el canal horeca con formatos adaptados a las necesidades de los restaurantes. “Somos un proyecto bicéfalo, que tiene un formato doméstico, con un canal de distribución a través de las tiendas y un formato online, y después tenemos el formato profesional, que no lo vendemos ni en tienda ni web sino a través de distribuidores especializados”.

Comercializar una idea

Cuick nace a partir de que sus fundadores escucharan por la radio una entrevista a la chef Carme Ruscalleda, quien decía que congelaba sus sofritos para, cuando quisiera, hacerse un buen plato en poco tiempo. Esta práctica, seguro utilizada por más de una abuela en nuestro país, hizo que los fundadores de la compañía vieran una oportunidad y, en 2018, empezaran a investigar cómo comercializar esta idea. En 2019 se constituyeron como empresa y empezaron a trabajar en el canal de particulares en una pequeña prueba piloto por Barcelona y el Vallès. “Vimos que tenía tracción, validamos el modelo, nos equivocamos muchos, corregimos y a partir de aquí el proyecto se ha ido haciendo grande”, detalla Chritin. “Empezamos en Barcelona, luego Girona, Lleida, Tarragona... Hemos ido alcanzando más zonas conforme hemos ido creciendo”, añade. Con este proceso, que empezó con dos socios y una cocinera, Cuick ha crecido hasta alcanzar los ocho trabajadores y muchas comunidades de España.

Carme Ruscalleda les dio la idea y, aunque no tenía nada que ver con el proyecto en un inicio, los socios fundadores siempre han mantenido contacto con ella. “Una vez empezamos, le explicamos que la idea nació de ella pero la perdimos de vista”, explica Gaston Chritin. “Luego nos pidió que hiciéramos las bases para el Mandarín y más adelante le dijimos que se vinculara más al proyecto y empezamos a ver cómo lo podíamos hacer”, añade. Hace poco, Cuick anunció la colaboración de Ruscalleda como colaboradora y asesora. “No queríamos tener a la Carme como una figura de imagen. La idea era contar con alguien que nos diera dos cosas: conocimiento en cuanto a producto y gastronomía y que nos quiera ayudar a desarrollar los productos, probar recetas... Creo que esto es lo que más le gustó”, reconoce Chritin. Obviamente su nombre llama la atención, pero es más importante para la marca el trabajo entre bambalinas que el que se publica.

Ampliaciones de capital

Los socios fundadores pusieron dinero de su bolsillo para empezar Cuick, pero a finales de 2019 hicieron una primera ampliación de capital y pidieron un ENISA y con ambas partes sumaron unos 550.000 euros. “Tampoco necesitábamos más”, admite. Aunque no hay previsiones de cifra, Chritin admite que desde la compañía están planificando una nueva ampliación de capital. “Nos gustaría que pasara a finales de 2023. La idea es que para entonces podamos dar una marcha más y hacer otra ampliación”, añade.

Desde la compañía no quieren dar cifras porque “no sabemos todavía cuánto vamos a necesitar”. Su objetivo es mantener el ritmo de crecimieinto sostenido y regular que tienen desde 2019.