La transformación digital de la industria, el gran reto para 2022

Con la reindustrialización de Nissan todavía por concretar y decenas de empresas en peligro pendientes de ayudas, Catalunya afronta un año clave para la transformación digital y modernización de su industria con nuevos presupuestos y la llegada de los fondos europeos Next Generation.

Ómicron ha empañado lo que parecía ser un cambio de año positivo. El optimismo era, hasta la explosión de la nueva variante, la tónica reinante tras la aprobación de los primeros Presupuestos regionales que entran en vigor el 1 de enero por primera vez en 12 años. Aun así, 2022 se presenta como un año plagado de retos para la economía catalana y sus empresas. Pese a que el Govern ha hecho sus deberes en lo relativo a las Cuentas, hay mucho por hacer. Entre otras cosas, queda pendiente la reindustrialización de Nissan, la apuesta decidida por la digitalización y la sostenibilidad, la gestión de la primera oleada de los fondos europeos Next Generation o el apoyo a más de una decena de empresas catalanas que han pedido rescates a la SEPI por un valor que supera los 1.500 millones de euros.

La Generalitat deberá encarar estos retos con decisión y acierto para mantener la competitividad de la industria catalana en un contexto marcado por la transformación obligada por la crisis del Covid-19. El debate político lo marcará la mesa de diálogo, la cruzada del Govern por incrementar la presencia del catalán en distintos ámbitos y demás conflictos de aire independentista. En su discurso navideño, Pere Aragonès, presidente de la Generalitat, se centró sobre todo en lo político, como es habitual en los gobiernos independentistas, poniendo en valor la educación pública y en catalán y alertando que si la mesa de diálogo no avanza “buscarán alternativas”. En lo referente a lo económico, prometió que los nuevos presupuestos permitirán que Catalunya “actúe como un Estado emprendedor” y que centrarán sus esfuerzos en “dirigir los fondos Next Generation a una reactivación económica en clave transformadora”. Aragonès mencionó la creación de empleo, el liderazgo científico y el aumento de las exportaciones como ejemplos de esta transformación.

Los retos según las patronales

Pimec y Foment del Treball cerraron el año 2021 explicando a elEconomista los retos a los que se enfrentará Catalunya según sus intereses. La primera se mostró moderadamente optimista pero alertó de la necesidad de movilizar ayudas inmediatas para los sectores más afectados ante el surgir de Ómicron: el ocio nocturno, la restauración y la hostelería. La patronal de la pequeña y mediana empresa celebra que haya nuevos presupuestos, pero reclama una fiscalidad que no incremente las diferencias entre Catalunya y el resto de regiones españolas, penalizando su atractivo de cara a nuevas inversiones. Asimismo, pide un mayor peso de la Formación Profesional en la educación.

Paralelamente, Foment del Treball sigue la línea de Pimec celebrando que haya presupuestos, pero lamenta que mermen la competitividad fiscal de la región con más impuestos. La patronal tampoco vio con buenos ojos que de los 38.139 millones presupuestados solo se destinen 43 al desarrollo empresarial y 70 a la industria. Para Foment, es vital este año afrontar la transformación de la industria de la automoción para que no ocurran más casos como el de Nissan y pide apostar por la transformación verde y digital. Salvador Guillermo, secretario general adjunto de Foment, insta a usar los fondos europeos “para posibilitar el proceso de transformación, porque rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras”.

Transformación de la automoción y Nissan

A nivel empresarial, el reto más claro al que se enfrenta Catalunya en 2022 es el de reindustrializar las plantas de Nissan en Barcelona y garantizar el trabajo de 1.500 trabajadores más proveedores. Parecía que la china Great Wall Motors (GWM) era la favorita para quedarse con las plantas, pero a mediados de diciembre rechazó las ofertas del Gobierno y la Generalitat y salió de la puja. El pasado 29 de diciembre, la Comisión de Reindustrialización de Nissan se decantó por una nueva propuesta basada en un hub de movilidad eléctrica liderado por QEV Technologies. Esta solución es únicamente para la planta de la Zona Franca, mientras que se sigue negociando con Silence y con la misma QEV Tech para reindustrializar las de Sant Andreu de la Barca y Montcada i Reixac. Emplazada la comisión para una nueva reunión el 21 de enero, no se consiguió el objetivo de encontrar una alternativa antes de que Nissan dejara de producir coches tras 42 años operativa en la ciudad condal.

Este es el resultado de no trabajar para preparar el futuro como es debido. Para no sufrir el mismo problema, Seat y Cupra llevan años reclamando ayudas para invertir en movilidad eléctrica y convencer al Grupo Volkswagen para adjudicar a la planta de Martorell nuevos vehículos eléctricos y garantizar su futuro. A las inversiones propias, más de 5.000 millones de euros, se deberían sumar fondos procedentes del Perte de automoción del Gobierno español si se aprueba el plan de la compañía, que cumple todos los requisitos, como la participación de empresas privadas, como Iberdrola o CaixaBank, pymes, entre ellas Gestamp o el Grupo Antolín, y con planes para abarcar toda la cadena de valor del coche eléctrico, desde la extracción de litio en Extremadura hasta la producción de vehículos y baterías en España. La localización de la planta de baterías no está decidida y sería un gran añadido al tejido industrial de Catalunya. Sin embargo, parece que el Grupo Volkswagen busca repartir sus instalaciones por todo el país. Aun así, sí recibirá la región una planta de reciclaje y ensamblaje de las baterías.

Más empresas en peligro

Pero Nissan no es la única compañía que ha puesto trabajos en peligro. Según la patronal del ocio nocturno, el 60% de las empresas que lo integran en Catalunya están en situación de insolvencia y dependen directamente de las ayudas para salvar su negocio y sus empleos. La situación ha empeorado al verse obligadas a cerrar durante las fiestas navideñas.

A parte del ocio nocturno y los miles de bares y restaurantes en peligro, algunas compañías han tenido que recurrir a la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) para rescates por valor de 1.604 millones de euros. Son, en total, 11 compañías: Hotusa, Celsa, Mediapro, Áreas, Farggi, eDreams, Hesperia, el Grupo Julià, el Grupo Sehrs, Holmes Places y DiR. Celsa lidera la lista de demandas con 700 millones de euros, seguido por los 241 millones ya concedidos a Hotusa y los 230 millones de Mediapro. De momento, las única de las propuestas que han recibido luz verde son la de Hotusa y la de Serhs, que recibirá los 34 millones de euros que solicitó en febrero del año pasado.

Estos son los casos más importantes de compañías que se encuentran en una situación límite. Según estimaciones de Solunion, en 2021 se produjeron más de 1.400 quiebras de compañía en Catalunya, una de cada tres de las registradas en el país y superando a Madrid. A las quiebras hay que sumar más de 5.000 concursos de acreedores, un 30% más que en 2020. Para el año que viene, Solunion estima que se incrementarán un 15% el número de insolvencias, sobre todo en el sector textil, el de la automoción y el sector servicios. El año pasado, las quiebras las protagonizaron mayoritariamente compañías del sector hostelero y la construcción.

Solunion admite que los fondos de la SEPI han servido para salvar algunas empresas grandes, pero que hay miles que no tienen acceso a este tipo de fondos y se ven abocadas al cierre. Asimismo, reconoce como riesgos para el año que viene el vencimiento del período de carencia de los préstamos avalados por el ICO, que dispararán los impagos y, por tanto, incrementarán la cifra de compañías insolventes en la región.