La recuperación económica, en vilo por el Covid-19

La Cámara de Comercio de Barcelona espera que la economía catalana haya recuperado niveles prepandemia en 2022, pero fía todas sus esperanzas a la estabilización de la pandemia.

Llega septiembre, el mes en el que, tradicionalmente, vuelve la actividad tras el parón estival. La mayoría de trabajadores hacen vacaciones en agosto, así como los políticos, y la actividad se reduce en muchos casos para adaptarse a esta situación. En septiembre, sin embargo, llega la vuelta al cole, el arranque del curso político y la vuelta a la oficina. Este año, además, muchos volverán precisamente a la oficina por primera vez desde que empezó la pandemia, mientras que otros seguirán teletrabajando. En cualquier caso, la pandemia parece haber causado ya sus peores estragos, y la población se está acostumbrado a vivir con ella.

Y no solo las personas de a pie han aprendido a convivir con el virus. Toda la economía parece haberlo hecho y, según las previsiones, se acerca un período de crecimiento en el que los principales indicadores macroeconómicos indican que, en algunos casos, se alcanzarán incluso los niveles prepandemia. Según datos de la Cámara de Comercio de Barcelona, el primer trimestre de 2021 fue el último en el que se registrará una caída del PIB catalán intertrimestral, concretamente del 0,1%. Según sus estimaciones, en el segundo trimestre, con datos todavía por confirmarse, la subida fue del 1,2%, mientras que en el tercer trimestre, que culminará este mes de septiembre, será del 3,5%. Según sus previsiones, el PIB catalán debería cerrar 2021 con un crecimiento del 6,3% para el conjunto del año.

Para la Cámara de Comercio de Barcelona, los factores fundamentales que condicionarán la recuperación son “la mejora gradual de la situación epidemiológica y la respuesta de los agentes económicos durante el proceso de desescalada”. En ese sentido, apunta, la relajación de la mayoría de medidas durante los últimos meses, pese a haber superado otra ola en verano, “favorece a una mejoría gradual de la actividad”. Evidentemente, todavía hay sectores que no han podido recuperarse, como el del ocio nocturno, que sigue batallando con la Generalitat por poder abrir y empezar su propia recuperación ante las reiteradas negativas del Govern a su reapertura, avaladas por la Justicia. Pese a ello, la Cámara confía en “el ritmo de vacunación y en la mejora de la situación epidemiológica” para que el PIB continúe en la senda del crecimiento.

El del ocio nocturno es uno de los pocos ejemplos de actividades que siguen sufriendo aún la peor parte de la pandemia. Otros sectores, como la industria o los servicios, han recuperado niveles aceptables. Hasta el turismo ha podido sacar cierto provecho del verano pese a la quinta ola protagonizada por la variante Delta del coronavirus. No obstante, esta recuperación será lenta y gradual. De hecho, el 6,3% de crecimiento que se espera para el PIB en 2021 significa recuperar únicamente una parte del 11,5% que se perdió en 2020 por culpa del Covid. Los niveles prepandemia se lograrían, siempre según las estimaciones de la Cámara, en 2022 con otra subida del 6,7%. Lo mismo concluye el informe Situación Catalunya de BBVA Research, que estima que “Catalunya superará el nivel de PIB prepandemia en 2022”. En este caso, la expectativa es más optimista, con subidas del 6,6% en 2021 y del 7,2% en 2022.

De hecho, según la Cámara de Comercio de Barcelona, la mayoría de indicadores macroeconómicos siguen el mismo patrón, con la única excepción del paro. Así, según sus datos, el consumo privado, que cedió un 12,5% en 2020, subirá un 5,6% este año y un 5,2% el que viene. Las exportaciones y las importaciones lo mismo, con caídas que bordearon el 20% en 2020 y subidas de entorno del 12% en 2021 y 2022. La industria, la construcción y los servicios seguirán patrones similares (ver gráfico de la página 9), pero también con crecimiento y recuperación durante los próximos dos años. Las cifras aportadas por entidades como el Puerto de Barcelona, confirman las predicciones de la Cámara de Barcelona. Según el balance semestral del puerto, se movieron un total de 1,8 millones de contenedores entre enero y junio, un 31% más respecto al primer semestre de 2020. Esta cifra supone el récord histórico semestral al superar las 1,7 millones de unidades de 2019. Así, el Puerto de Barcelona se situó, en cuanto al tráfico de contenedores, ya a niveles prepandemia. Este es solo un ejemplo, como también lo es el incremento del 6,2% de las exportaciones catalanas en el primer semestre respecto a los seis primeros meses de 2019, según datos del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo.

Una recuperación incierta

Los datos son, entonces, bastante halagüeños para la economía catalana. Los agentes económicos podrían entonces reclamar al Govern esfuerzos para optimizar la fuerza y el potencial de Catalunya para intentar un nuevo asalto a la Comunidad de Madrid por el título de motor económico de España. Además, los índices de confianza empresarial también muestran optimismo gracias a la mejora de las perspectivas económicas a corto plazo, estando, con 132,6, todavía por debajo de los de 2019, con 138,3, pero muy cerca, hecho que indica que Catalunya sigue siendo una región atractiva para invertir y desarrollar un negocio.

Sin embargo, como bien indican los expertos sanitarios, la pandemia no ha acabado y, como admite la Cámara de Comercio de Barcelona, “la incertidumbre relativa a la evolución de la pandemia provoca que cualquier desviación del escenario previsto tenga un impacto muy importante sobre sus previsiones”. Es decir, la recuperación prevista depende enormemente del desarrollo de la pandemia en un contexto de retorno a la actividad que preocupa sobremanera por la alta tasa de contagio de la variante Delta del virus, su capacidad de esquivar las vacunas y el retorno a un nivel de relaciones sociales inédito desde marzo de 2020. Las oficinas se llenarán más este septiembre que respecto a hace un año, se amplían aforos para actividades de ocio y deporte y la vuelta al cole preocupa porque los niños no están vacunados y, aunque no desarrollan síntomas en la mayoría de los casos, sí pueden contagiar el virus a familiares y amigos. Desde el Departamento de Salud temen que pueda haber un repunte de contagios próximamente, máxime teniendo en cuenta la incidencia que podría tener el virus tras estas semanas de fiestas patronales alrededor de Catalunya, así como la proliferación de botellones multitudinarios tras el levantamiento del toque de queda nocturno. Los expertos destacan una probable subida de casos, aunque eso no sería, de por sí, sinónimo de echar al traste las optimistas previsiones de la Cámara de Barcelona. Para ello se debería dar el escenario más pesimista, que se traduciría en una explosión de contagios.

Desde Salut se ha hecho especial hincapié en la importancia de las próximas semanas, que podrían desembocar en dos escenarios. El primero, el que esperan todos los agentes económicos, es el de la estabilización de la pandemia, con sucesivas olas de bajo impacto que puedan solventarse con medidas específicas menos intrusivas a la actividad y que no impacten directamente sobre la economía. El otro, con una relajación de las medidas de seguridad personal, sea fruto de la confianza por la vacunación, por las buenas cifras o por la bautizada como ‘fatiga pandémica’, es el de otra ola que podría dejar en leve la vivida en verano, que demandara de medidas que, si bien en ningún caso serán tan agresivas como las primeras, podrían tener efectos directos sobre ciertos sectores, especialmente los que dependen de la interacción social para funcionar, como la restauración, el turismo o el mismo ocio nocturno, que sigue cerrado.

Tampoco hay que olvidar los efectos de la pandemia en el comercio mundial. “Las exportaciones ya se han recuperado a niveles prepandemia”, explica el director general de la asociación de industrias internacionalizadas Amec, Joan Tristany, pero matiza que “a pesar de recuperar las cifras de 2019, este año no puede decirse que estemos cerca de la normalidad. El encarecimiento de las materias primas y su desabastecimiento, el precio de los contenedores, que se ha llegado a triplicar, y las dificultades para encontrar espacio para enviar las mercancías está afectando la buena marcha de las exportaciones y de algunas industrias, y podría complicarse en los próximos meses”.

Con todo, de momento la tendencia general es positiva y, con cada buena noticia, la recuperación es más rápida. La pregunta ahora es, ¿dejará el Covid-19 que se cumplan las expectativas?