‘Blockchain’ en Catalunya

Blockchain es una de las tecnologías que más expectativa ha generado en los últimos años. Las posibilidades son increíbles, los casos de uso están en todas partes y llegan a múltiples sectores. Se sustenta sobre un registro permanente, inmutable y seguro, que garantiza las transacciones de forma descentralizada. Esto le permite prescindir de cualquier mediador o ente central que actúe como foco de gobernanza o de validación y resolver problemas que afectan a todas las organizaciones aportando transparencia, seguridad y confianza en las transacciones. Si bien es verdad que la palabra “disrupción” suele utilizarse a la ligera, en el caso de blockchain está plenamente justificado, y Catalunya no puede quedarse al margen en este proceso de transformación.

En 2019 la industria blockchain de Catalunya facturó 9,46 millones de euros, según un informe presentado por la Generalitat de Catalunya en el European Blockchain Convention. El estudio, titulado Las tecnologías de registro distribuido, el blockchain en Catalunya, detectó un ecosistema emergente de 76 empresas, de las que el 68% eran startups, con un bajo impacto económico, pero con un alto potencial de crecimiento. Esta cifra representaba un incremento del 117% respecto al número de compañías contabilizadas en 2018. En 2021, el informe Estado del arte de Blockchain en la empresa española, 2ª Edición, de IDC Research España subrayaron que la tecnología blockchain en el tejido empresarial español suma ya el 11%, habiendo aumentado en solo un año un punto porcentual. Según este informe, Blockchain empieza a ser una necesidad digital real, y estima un crecimiento del 47% para el próximo año y del 52.6%, para el 2024, especialmente en el desarrollo de servicios asociados a blockchain.

La pregunta clave es: ¿se está haciendo lo necesario para situarnos a Catalunya por encima de la media del crecimiento esperado, o nos quedaremos retrasados? Desde la Generalitat, el Observatorio de Tecnologías Blockchain y diversas asociaciones público-privadas, como el Centre Blockchain de Catalunya (CBCat) se están llevando a cabo acciones encaminadas a desarrollar el ecosistema, pero de momento no tienen la fuerza suficiente para competir con el motor de crecimiento desarrollado en otros lugares. Madrid, por ejemplo, se está convirtiendo en el epicentro financiero de la tecnología blockchain en el sur de Europa. Es cierto que en la capital se concentran la mayoría de instituciones públicas y financieras del estado, pero el impulso también proviene de iniciativas privadas como el Hub Crypto Plaza que se ha convertido en uno de los máximos exponentes de la comunidad DeFi en el mundo. Esta comunidad DeFi ha mostrado un crecimiento exponencial en apenas cinco meses, aportando un valor estratégico a los profesionales y las empresas con acuerdos con las principales aceleradoras internacionales. Este impulso aún es insuficiente en Catalunya.

La llamada Estrategia Blockchain de Catalunya que presenta la Generalitat, tiene el objetivo de impulsar la implantación blockchain a través de un programa que se estructura en torno a seis líneas de actuación: administración, promoción, innovación, ecosistema, talento y regulación. Pero no es suficiente. Catalunya necesita el impulso del capital privado y que se creen sinergias entre empresas y administraciones. A la vista de esta necesidad, la Cambra de Comerç de Barcelona crea el Centre Blockchain de Catalunya (CBCat) para promover la adopción de los activos digitales y la tecnología descentralizada mediante campañas de difusión y alfabetización digital. El objetivo del CBCat es poner en contacto startups e inversores, dinamizar el ecosistema, desarrollar talento y hacer de puente entre la investigación académica y la industria. Su apuesta no es la de desarrollar una industria cripto-financiera, para competir con Madrid, sino la de implementar la tecnología de registros distribuidos en el tejido industrial y empresarial de Catalunya creando sinergias y agrupando iniciativas que hasta el momento estaban diseminadas y segmentadas a lo largo del país.

Además del crecimiento tecnológico empresarial, el CBCat quiere potenciar el carácter democratizador del que blockchain hace gala. Uno de sus proyectos es la conferencia internacional Democracy4all. Esta conferencia se celebra anualmente desde el 2019 y pone en contacto talento, expertos y responsables políticos para compartir y discutir los últimos avances en la tecnología y regulación. Su orientación lo hace un evento único en el mundo porque focaliza en el uso del blockchain como instrumento de perfeccionamiento democrático en materia de gobernanza social, corporativa e individual. Ofrece en Catalunya la oportunidad de hospedar el cónclave internacional más relevante para actores políticos e instituciones en todo, y contribuye a agilizar el diálogo entre entes gubernamentales y nuevas tecnologías.

Finalmente, merece la pena hablar de otro avance tecnológico en el que Catalunya puede ser líder europeo: la identidad soberana digital. Ignacio Alamillo Domingo, socio director de Astrea (Lleida y Reus), ha liderado el desarrollo del llamado “estándar Alastria ID”, junto a Santi Casas de Validated ID (Barcelona) y el resto de expertos de la asociación. Este estándar es el que se utilizará en todos los proyectos de la Comisión Europea a través de la European Blockchain Services Infraestructure (EBSI). Una red blockchain que soportará la administración pública sin fronteras y donde esta ID de personas físicas y jurídicas será la base de cualquier servicio que utilice blockchain. Con esto se pretende hacer realidad el mercado único y de libre circulación de personas y de servicios asegurando la interoperabilidad de la identidad de las personas, independientemente del país que la haya emitido. Cada persona será soberana de su identidad, y la construirá recogiendo los atributos emitidos por cada organismo administrativo (DNI, número de la Seguridad Social, por ejemplo) o por empresas (bancos, gimnasios, etc.).

Catalunya no es un referente en la industria blockchain porque la implicación del sector privado es insuficiente. Tenemos un ecosistema con potencial, pero con bajo impacto económico porque está formado principalmente por startups. A pesar del esfuerzo llevado a cabo desde las instituciones públicas, si el sector privado no entra en el juego, perderemos la oportunidad de sentarnos en las primeras filas.