Barcelona, cuna de las empresas que transformarán la movilidad

En apenas cinco años han nacido empresas como Wallbox, que facturará 1.000 millones en 2025 y ya cotiza en Nueva York, Silence, líder del mercado de motos eléctricas en España y Europa, o QEV Technologies, una de las compañías más prestigiosas dentro de la competición eléctrica de alto nivel.

Barcelona ha destacado en los últimos años como ciudad que atrae el talento. Sobre todo el tecnológico, convirtiéndose en una de las ciudades de Europa, según varios rankings, más atractivas para emprender en el sector. Muy relacionado con este campo, aunque con otros objetivos, está el del automóvil, que cada vez es más tecnológico y menos fabricante de vehículos. Y es que la gran mayoría de las marcas del sector se están orientando a una nueva modalidad de negocio, menos centrada en la venta de coches y, por tanto, en el modelo de propiedad, y más en la creación de nuevos servicios de movilidad que tienen en la electrificación y la digitalización su razón de ser.

La Ciudad Condal destaca también en este ámbito, algo llamativo teniendo en cuenta que España es, según el Barómetro de la Electromovilidad de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac), uno de los países europeos menos preparados para el despliegue del coche eléctrico. Catalunya, dentro del país, pugna con la Comunidad de Madrid, como casi en todos los aspectos, por ser la mejor preparada para ello. De momento, Madrid gana en penetración del vehículo electrificado, siendo Catalunya la cuarta comunidad de España en esta clasificación, mientras que es segunda en despliegue de cargadores públicos, solo por detrás de las Islas Baleares.

No están todavía Catalunya y Barcelona preparadas, ni mucho menos, para un parque mayoritariamente electrificado. De hecho, fuentes de varias empresas relacionadas con el sector confirman a elEconomista que la mayoría de puntos de carga públicos todavía no están instalados. En la comunidad hay 3.304, mientras que en Barcelona hay 590 desglosados entre Barcelona Serveis Municipals (B:SM) bajo la empresa Endolla Barcelona, sin contar los de varias compañías energéticas, como son Naturgy o Iberdrola. Son pocos si se tiene en cuenta que el parque automovilístico catalán supera los tres millones de unidades. Se suman los esfuerzos que realizan las empresas, que además de invertir miles de millones en desarrollar nuevas gamas de coches eléctricos también están instalando puntos de carga, con firmas como Kia o Tesla destacando en este aspecto tanto en España como en Catalunya. Las marcas de coches piden ayuda a las administraciones para seguir desplegando una red adecuada.

Recogiendo la petición, en octubre, el consistorio barcelonés anunció su proyecto para alcanzar los 3.300 puntos de carga públicos en la ciudad para 2024, mil de los cuales estarán activos y 2.300 parados a la espera de, simplemente, enchufarlos cuando la demanda lo requiera. La inversión será de 12 millones de euros y será financiada total o parcialmente por los fondos europeos Next Generation. Como indicó el Ayuntamiento, este despliegue supone incrementar los puntos públicos en un 550% respecto a los actuales. “Nuestra red es ya la más grande de España y una de las más potentes de Europa”, confirma Jaume Collboni, primer teniente de alcalde y presidente de B:SM. “Hacemos una apuesta decidida por anticipar el crecimiento de la demanda de puntos de carga y también para facilitar que el vehículo eléctrico pueda llegar a toda la ciudadanía”, añade.

Barcelona como cuna de empresas

La carencia de una red de carga pública en condiciones y la lentitud con la que la electromovilidad se abre paso por las fabricas del país y por las catalanas, teniendo de momento solo la promesa de que en Martorell Seat y Cupra producirán coches eléctricos urbanos para el Grupo Volkswagen en 2025 y que, quizás, se levanta una planta de baterías en el territorio; no ha impedido que surjan varias empresas relacionadas con la nueva movilidad. La más conocida probablemente sea Wallbox, que ha pasado en poco más de un lustro de startup a multinacional, cotizando desde hace unas semanas en la Bolsa de Nueva York junto a Kensington Capital, pero hay otros actores que tienen y tendrán un papel muy importante en la electrificación de la ciudad, como Silence, Ray, QEV Technologies, Seat:Code o Seat Mó, ambas derivadas de la marca del Grupo Volkswagen.

Dijo Enric Asunción, consejero delegado y cofundador de Wallbox, a elEconomista el pasado mes de marzo que su compañía nació en el momento indicado. “En 2015 no era demasiado pronto para el coche eléctrico, antes nos hubiera costado arrancar, pero tampoco tarde”. Su crecimiento ha sido meteórico y, según apuntan desde la empresa, su objetivo, y confían en conseguirlo, es facturar 1.000 millones en 2025. Wallbox vende cargadores inteligentes para casas y oficinas y, desde hace unos meses, el Supernova, su primer cargador rápido para ser instalado en puntos de carga pública. Según su filosofía, el coche eléctrico es una oportunidad clave hacia la transición energética.

Wallbox abandera esta revolución, de la que también forma parte Silence, una compañía productora de vehículos eléctricos, fundada por Carlos Sotelo. Silence desarrolla vehículos eléctricos y han innovado con su concepto de batería extraíble para sus motos eléctricas, que se pueden llevar a casa fácilmente para recargarlas y así no depender de la red de carga pública, aún insuficiente. En octubre presentaron su primer coche, el S04, alimentado con las mismas baterías que sus motos, junto a su nueva sede en la ciudad de Barcelona y su primer Battery Station, que permitirá a los propietarios de sus motos cambiar la batería en cuestión de segundos por otra cargada. Su repercusión ha sido tal que, además de convertirse en el líder absoluto del sector de las motos eléctricas en España y Europa, ha sido la elegida por Seat para crear Seat Mó, su marca de movilidad urbana. Seat Mó cuenta con la moto eléctrica eScooter 125, derivada de la S01 de Silence y en el futuro tomará también el S04 como base para un futuro cuadriciclo eléctrico.

Desde Silence afirman a elEconomista que “Barcelona está por delante de muchas ciudades españolas” y califican de “salto importante” el plan para los nuevos cargadores que “si se cumple, habrá que reconocerlo”. Para Silence, Barcelona es atractiva para el crecimiento de nuevas empresas de movilidad eléctrica “por su gente”. “Hay cultura. Antes del motor, ahora de la movilidad. Pensemos en la moto. Nosotros somos herederos de marcas como Bultaco, Derbi, Sanglas Ossa... Allí había grandes profesionales que crearon escuela. Antes hablaban de carreras. Ahora lo hacemos de movilidad urbana”, añade. La marca, según admiten a esta revista portavoces de la marca, “quiere ser la nueva Impala, que triunfó en el mundo y en Barcelona fue un icono. A eso aspiramos, a que nuestros productos conquisten el mundo, pero antes el corazón de los barceloneses”. Silence cree que el momento del vehículo eléctrico ya ha llegado, sobre todo tras la pandemia. “Los días de confinamiento vimos cómo bajaba la contaminación y volvía el silencio. Desde entonces la subida de los eléctricos es constante”. “Un dato”, advierten, “el Tesla Model 3 fue el coche más vendido de Europa en septiembre”.

Otra compañía catalana en crecimiento es la ingeniería QEV Technologies, no muy conocida por la ciudadanía, pero de gran prestigio en competición eléctrica, que desde hace años trabaja en el campo de este tipo de movilidad. Bajo su sello se han desarrollado el coche de carreras del Mundial de Rallycross eléctrico o el Hispano Suiza Carmen en el resurgir de la mítica marca catalana. También trabajan con el equipo Mahindra de Fórmula E.