Agroparc Penedès: una alimentación sostenible es posible

Ametller Origen presenta un ambicioso proyecto que creará un complejo productivo y logístico basado en la economía circular que tendrá un impacto ambiental positivo

Mientras los líderes de los países más contaminantes del mundo se reúnen para contemplar sus avances o retrasos en sus objetivos climáticos y para discutir con los que no tienen la menor intención de colaborar para solventar la crisis climática, vuelven a ser algunas compañías privadas las que se preparan para aportar su granito de arena a la causa. Esto es lo que hará Ametller Origen, con la colaboración de empresas como Agbar, Carburos Metálicos, Brots d’Or, Vertical Fields o Can Bech, entre otras, con la construcción del Agroparc Penedès, un proyecto que se traducirá, según las palabras de la empresa, “en el primer distrito agroindustrial de energía positiva y CO2 negativo”. Este ambicioso plan permitirá a la compañía llevar al mercado sus productos de un modo no solo más sostenible y respetuoso con el medioambiente, sino además compensar su impacto hasta ser positivo para el planeta. “Ser capaces de producir alimentos sin generar emisiones nos situará como empresa a otro nivel”, dijo Josep Ametller, consejero delegado y fundador de la compañía, que cumple 20 años en 2021, en la presentación del Agroparc. No solo no se generarán emisiones, sino que además generará recursos que permitirá volcar a la red eléctrica energía renovable que sobrará.

La construcción del Agroparc Penedès, entre las localidades de Gelida y Sant Llorenç d’Hortons, en la comarca del Alt Penedès, requerirá una inversión de 180 millones de euros, parte de los cuales procederá de los fondos europeos Next Generation. Agbar y Carburos Metálicos aportarán 25 millones de euros. Ametller Origen espera empezar a construirlo en 2023 y tenerlo listo en cinco años desde entonces. Para 2027, la empresa espera, según su plan estratégico, ser ya una compañía 100% neutra en emisiones de CO2, algo para lo que este proyecto es clave. “El agroparque nos ayudará a conseguirlo gracias un cambio de paradigma en la industria basado en un sistema de producción de alimentos 100% sostenibles y basado en la economía circular”. Según los datos de la empresa, el impacto económico del proyecto será de 433 millones y contribuirá a la creación de 3.100 puestos de trabajo entre directos, indirectos e inducidos.

Natural, reciclable y reutilizable

En el proyecto del Agroparc Penedès, conceptos como natural, reciclable y reutilizable serán la base sobre la que se sustentará todo. También la tecnología jugará una parte importante para conseguir el objetivo de posibilitar una producción sostenible y respetuosa con el medioambiente.

En las 258 hectáreas de terreno que ocupará, ya adquiridas por la compañía, se construirán campos de cultivo, unas 90 hectáreas, invernaderos tecnificados, unas 10 hectáreas, y placas fotovoltaicas, 12 hectáreas. También habrá granjas y un obrador para elaborar los alimentos, así como una nave logística de 40.000 metros cuadrados. Ametller Origen también levantará un edificio para oficinas y para situar su sede corporativa, además de otros equipamientos necesarios para llevar a cabo su actividad, que no deja nada al azar para que, cada recurso utilizado, sea recuperado en otra fase de la producción. Por eso el proceso es circular. Según explica Ametller Origen, “se regarán los campos con agua fluvial, reutilizada y subterránea, acumuladas en balsas. El agua se dosificará por microgoteo”. Así se ahorrará, por cada kilo de tomate, 51 litros de agua de los 60 utilizados normalmente. “Cuando los frutos alcancen la madurez correcta, se recogerán y se identificarán. Los alimentos se colocarán en envases reciclables y circulares que se podrán recoger en tiendas para traerlos de vuelta. La tecnología de Inteligencia Artificial y Machine Learning permitirá que produzcamos solo lo que vayamos a vender. Esto nos permite evitar los conservantes y malgastar productos”, añade. El agua procederá de la lluvia y de la purificación de la procedente de la industria, con lo que la demanda quedará cubierta internamente.

El producto acabado se distribuirá a las tiendas mediante una flota de vehículos que usará biocombustibles e hidrógeno para circular, carburantes que generará el mismo Agroparc Penedès mediante la transformación de 8.000 toneladas anuales de residuos orgánicos generados por las mismas instalaciones, que se convertirán en 1.600.000 de metros cúbicos de biogás y 170.000 kilos de hidrógeno. “Esto es como hacer 50.000 kilómetros al día en coche durante todo un año o 6.000 en transporte pesado”, dicen desde Ametller Origen. “Evitaremos unas emisiones de 1.400 toneladas de CO2 al año, lo mismo que dar 78 vueltas al mundo en avión”. Estos vehículos llevarán alimentos a las tiendas y volverán con envases listos para ser reciclados.

Según explicó Ametller Origen, el Agroparc Penedès tendrá una demanda energética anual de 15 MW pero será capaz de autoabastecerse generando 13 MW a través de las placas fotovoltaicas y 10,2 MW más gracias a la biomasa, además del biogás, que también se destinará a la generación de energía para el complejo aparte de alimentar a los vehículos. “Esto permitirá producir la energía necesaria para satisfacer la demanda directa del agroparc y su flota de vehículos. Y todavía sobrará para volcarla a la red eléctrica y seguir contribuyendo”, concretan desde la compañía.

El Agroparc Penedès será también un punto de encuentro, donde los visitantes podrán acudir y recoger los alimentos directamente de las plantaciones. Y “habrá un centro de formación e investigación en convenio con universidades locales e internacionales para formar los técnicos agrícolas del futuro y convertir el agroparc en el punto de encuentro sostenible del sur de Europa”, argumenta Ametller Origen, que confía en que el proyecto demuestre que “la transición hacia un mundo más sano y sostenible es posible”.