El sector servicios, en jaque por la pandemia

Los sectores económicos catalanes se aferran a la esperanza de la vacuna para que 2021 marque el inicio de una recuperación que, prevén, será lenta y “llevará años”

Dentro de unos días, el próximo 14 de marzo, el coronavirus cumplirá oficialmente un año en España. El primer contagio llegó unos días antes, pero ese mismo día, en 2020, el Gobierno decretaba el primer estado de alarma, dejando a millones de catalanes y españoles en sus casas hasta mayo, cuando arrancó una lenta desescalada que culminaría el 21 de junio, fecha en la que concluyó el primer estado de alarma. No terminó, entonces, la pesadilla del Covid-19, que había irrumpido en las vidas de los catalanes de un modo inesperado y había cambiado su forma de vivir. El 9 de octubre se decretaría el segundo estado de alarma, dedicado a intervenir en la Comunidad de Madrid, y, finalmente, se daría paso a un nuevo estado de alarma el 25 de octubre para volver a aplicar, en todo el país, restricciones como el toque de queda, la limitación horaria de la restauración o la restricción de la movilidad, hasta nueva orden. Se cumple un año en el que la sociedad ha convivido con un virus que ha obligado a todo el mundo a adaptarse y ha provocado la crisis más grave en décadas. En 2020, el PIB de Catalunya cayó un 11,4%, especialmente castigado por el descenso del 11,6% del sector servicios -que supone el 74% del PIB total de la región-, fuertemente dependiente del turismo por ser tradicionalmente el primer destino de los visitantes internacionales de España. Pese a que no todos los sectores han sufrido la pandemia con la misma severidad, y de hecho hay quienes han mejorado sus cifras gracias a los cambios en la vida de las personas, la gran mayoría recordarán 2020 como un año negro y la recuperación en ‘V’ es poco más que una utopía en un 2021 que no despierta optimismo.

Entre los sectores más afectados están, por ejemplo, la restauración y los alojamientos turísticos. En Barcelona, el Gremio de Restauración no da cifras concretas de pérdidas porque la pesadilla todavía no ha terminado, pero Roger Pallarols, su presidente, no duda en afirmar que “cerramos un año [2020] negro”. “Desde el punto de vista económico es un año fallido. Cada día hay más destrucción empresarial, más desocupación y se constata que Barcelona queda en una situación muy preocupante”, asegura. “Queda patente la ineficacia y la nefasta gestión política que ha habido de la crisis en el caso de Barcelona y Catalunya, donde no se ha encontrado el modo de estabilizar el funcionamiento del sector. No se ha encontrado un equilibrio entre gasto y el bajo nivel de ingresos”, añade. Pallarols no sabe con exactitud cuántos establecimientos han cerrado para no abrir nunca más, pero sí estima que la cifra, en el momento de la redacción de este reportaje, ronda el 25%. “Antes del Covid había unos 9.500 locales en Barcelona y a día de hoy creemos que un 25% ha cerrado definitivamente”, confirma antes de lanzar un vaticinio poco menos que horroroso. “Si no se pone freno a estas políticas de restricciones la cifra puede llegar a multiplicarse y se podrían perder alrededor del 50% de los establecimientos”, admite. Dicho de otro modo, uno de cada dos restaurantes podría cerrar.

Desde el turismo, hoteles y apartamentos turísticos han visto como su negocio se ha hundido ante la falta de turistas extranjeros. Desde el Gremio de Hoteles de Barcelona confirman que solo hay abierto un 24,89% de los establecimientos, 109 en la ciudad, concretamente. Desde Apartur, la Asociación de Apartamentos Turísticos de Barcelona, Enrique Alcántara, su presidente, explica que el año ha sido malo por la ausencia de turistas extranjeros y que “hay empresas que están al límite porque llevan perdiendo dinero desde el pasado mes de marzo”. Alcántara espera que, a partir de 2021, “la mejora sea progresiva” y confía en que, por sus características, “el apartamento turístico sea el más demandado cuando se reactive el turismo”. “Cada apartamento generaba, de media, 3.000 euros mensuales de impuestos, tenemos que mantener las empresas sea como sea”, acaba. “2020 fue terrible”, añade David Riba, presidente de Federatur, el equivalente de Apartur a nivel catalán. “Las caídas de la facturación fueron de entre el 70% y el 80% respecto a 2019 y la mayoría del personal sufrió Ertes”. Para 2021, Riba admite que “hasta que no mejore la situación no sabemos cómo será la recuperación, si parecida a una ‘V’ o más lenta. Tendrá mucho peso el turismo intercontinental”.

Otros sectores damnificados

Más allá del turismo y la restauración, sectores como el deportivo y el comercio también han sufrido sobremanera, así como la industria, que ha visto caer su producción y sus ventas de un modo importante. Fuentes del Indescat, el clúster catalán del deporte, consultadas por elEconomista confirman que las pérdidas para el sector deportivo en 2020, en comparación con 2019 fueron de 272 millones, dejando de facturar aproximadamente 193 millones de euros más por la cancelación de eventos y el cierre de servicios. El sector deportivo dejó de aportar 892 millones de euros al VAB catalán. Con datos actualizados al 7 de febrero, en 2021 ya se han dejado de facturar 118,5 millones de euros. “Muchas empresas no pueden resistir más y todavía quedan meses de obstáculos por delante”, lamenta Anna Pruna, presidenta del Indescat. “Si el Gobierno no rectifica, no quedará nada por salvar”, añade. En lo referente a la industria, el ejemplo de Seat sirve de indicador, si bien sus números son mucho mejores que los de la mayoría de empresas catalanas, pese a haber caído. La automovilística cerró 2020 con 350.000 coches producidos, un 30% menos respecto a 2019, y para 2021 espera ensamblar 483.000 unidades, lejos de las más de 500.000 del mismo 2019. Las ventas totales, en todo el mundo, alcanzaron los 427.000 coches, un 25,6% menos respecto al año anterior.

En cuanto al comercio, según Barcelona Oberta, la unión de ejes comerciales de la Ciudad Condal, la intención de cierre de establecimientos acumula, desde el primer estado de alarma, el 38% debido a la pérdida del 70% del tráfico de peatones respecto al 2019. Según la entidad, la caída de ventas el último trimestre de 2020 cayó más del 50% en el 68,8% de los establecimientos y el 88,4% de los locales tiene parte de la plantilla en Erte. Desde el Ayuntamiento de Barcelona anticipan una campaña de promoción comercial en cuanto mejoren los indicadores sanitarios. De nuevo, la recuperación queda supeditada a la mejora de la situación de la pandemia. En líneas generales, Catalunya cerró 2020 con 1,05 millones de trabajadores en Erte, a los que se sumaron 37.208 más en enero.

Mejoras y cierto optimismo

No para todos 2020 fue un mal año. Algunas startups vieron como su negocio seguía adelante pese a la pandemia, sobre todo las basadas en la tecnología. El comercio electrónico fue el gran beneficiado por las restricciones, siendo la vía de escape de muchos comercios, que se han adaptado y han empezado a ofrecer sus servicios por Internet. Firmas como Paack, creada en 2015 para reinventar el envío de paquetería, superaron la crisis sin mayores problemas, cerrando incluso una ronda de financiación de 53 millones de euros para seguir consolidándose. Derivado del encierro forzado y del hecho de pasar más tiempo en casa, sectores como el de la ferretería y el bricolaje o el de los muebles, también han visto alterados sus ritmos habituales. Desde el Gremio del Comercio de Muebles de Barcelona apuntan que la facturación subió el año pasado más de un 20%, con un importante auge de las ventas online. El tramo final de año fue clave, tras un primer estado de alarma de parón casi total, con una recuperación destacable en el último trimestre. Para 2021 esperan seguir mejorando sus cifras. Por otro lado, pese a que según los datos de AECOC la distribución del sector de la ferretería y el bricolaje cerró 2020 con un descenso de su facturación del 1.06%, la tendencia marcada por el segundo semestre, en el que la cifra de negocio se recuperó un 18,73%, parece vaticinar un buen 2021. Desde AECOC, que destaca los esfuerzos del sector por digitalizarse y el incremento de las ventas telemáticas, piden precaución ante un ejercicio que, nuevamente, estará marcado por la “incertidumbre”.

Con todo, 2021 pone en las vacunas todas sus esperanzas para iniciar la tan ansiada recuperación. Eventos como el Campeonato Mundial de Superbikes, que pasarán por Catalunya en septiembre, esperan poder alojar público y ya venden entradas. Asimismo, Fira de Barcelona espera poder recuperar cierta actividad congresual, totalmente detenida desde que la cancelación del Mobile World Congress iniciara la ola de anulaciones y retrasos del año pasado. Según datos de la Federación de Firas de Catalunya (FEFIC), se canceló más del 60% de la actividad ferial en 2020 y muchos eventos optaron por virtualizarse para no quedar en el olvido. La Generalitat, para aportar en este aspecto, anunció que ayudaría al sector con 3,6 millones de euros destinados a aquellos eventos que no se pudieron celebrar el año pasado. En 2021, pretenden celebrarse el Automobile Barcelona, el Comic Barcelona, la Valmont Bridal Fashion Week y el mismo Mobile World Congress, que en 2020 preveía haber generado un impacto de casi 500 millones. La feria más importante del mundo del sector de la telefonía móvil confirmó a principios de febrero que volverá con un formato que combinará la presencialidad, en un entorno muy controlado, y la virtualidad. La idea de la GSMA, la organización, es celebrarlo entre el 28 de junio y el 1 de julio, y esperan una asistencia de alrededor de 50.000 personas, un 40% de lo habitual.