Pere Navarro, delegado Especial del Estado en el Consorcio de la Zona Franca de Barcelona: “Estamos cerrando los flecos para la ampliación de Mercabarna en 150.000 metros cuadrados”
El Consorcio de la Zona Franca de Barcelona mantiene sus planes de impulso de la nueva economía y la industria 4.0 pese a la pandemia, con inversiones con las que prevé potenciar y atraer a empresas innovadoras nacionales e internacionales con las que contribuir al crecimiento económico sostenible tras la crisis sanitaria.
Pere Navarro es uno de los miles de catalanes que ha pasado el Covid-19 con síntomas leves, al igual que el Consorcio de la Zona Franca de Barcelona (CZFB), que no ha sido ajeno a la pandemia -canceló todas las ferias que organiza y ofreció a las empresas del polígono que lo solicitasen diferir el pago de los alquileres de 2020 a 2021-, pero se ha adaptado y ha mantenido sus proyectos estrella, con los que prevé contribuir a la recuperación económica postpandemia y aplicar su lema de “fábrica de oportunidades”.
¿Cuántos cierres de empresas ha habido en sus propiedades por la pandemia?
No hemos notado una gran variación, y tenemos mucha esperanza en que la actividad económica despegue para verano, una vez se normalice la situación sanitaria. En la primera ola, contactamos con las empresas ubicadas en la Zona Franca, que son sobre todo industriales y logísticas, para saber en qué situación estaban y qué necesitaban. En esta primera fase, había empresas que tenían dificultades de tesorería porque todo se paró y no había ingresos pero sí gastos estructurales, pero también había empresas que tenían más actividad porque eran esenciales y la logística nunca se paró. Las que tenían más relación con la hostelería sí que sufrieron por el cierre total, pero algunas innovaron y se internacionalizaron y les fue bien. La pandemia hizo que algunas empresas diesen un salto cualitativo y cuantitativo en su capacidad de negocio, como hicimos nosotros creando el evento híbrido BNEW cuando no había ferias ni congresos. En términos generales, las empresas aguantaron bastante bien. Algunas, muy pocas, nos dijeron que tendrían que cerrar, pero en realidad ya tenían problemas con anterioridad.
¿Por qué prevén más ingresos pero menos beneficios este año que en 2019?
Por la influencia de ingresos y gastos extraordinarios. El volumen de negocio del polígono es muy estable, casi al 100% de ocupación, pero hemos hecho una inversión de 25 millones de euros en el DFactory y prevemos también una inversión muy importante en rehabilitar el edificio de Correos de Barcelona, de 50 millones o más, no para hoy ni para mañana, pero también se reflejará en las cuentas. Para ello solicitaremos ayudas a diferentes fondos europeos y estatales. Todo el mundo habla de los Next Generation, pero antes también había vida y la habrá después, como ayudas para la rehabilitación energética de patrimonio antiguo. Y las pediremos para este proyecto y para otros.
¿Qué otras inversiones inmobiliarias prevén a corto y medio plazo?
Tenemos patrimonio inmobiliario, sobre todo en las Casernas de Sant Andreu y el barrio de la Marina, que es el resultado de operaciones que hizo el Consorcio hace años. Se tiene que transformar en vivienda y algunos equipamientos, pero es un tema que acabaremos porque la actividad del Consorcio vuelve a sus orígenes, la promoción económica en las actividades más innovadoras, como fue en su día la instalación de Seat y de Motor Ibérica, que luego fue Nissan. En los años 50, fabricar 600 era algo innovador y ocupaba a muchas personas. Ahora tenemos la primera incubadora de impresión 3D de Europa, con más de 60 empresas impulsadas en dos años, que hemos tenido que ampliar de 600 a 1.000 metros cuadrados en el edificio de la sede del CZFB; la construcción de DFactory, 17.000 metros cuadrados en un edificio que ya es una realidad y si la situación sanitaria nos lo permite vamos a inaugurar en septiembre, con industria 4.0. Todo ello sirve de polo de atracción de este tipo de actividades a nuestro polígono industrial, a nivel nacional e internacional. Será el principal polo de Industria 4.0 del sur de Europa, con impresión 3D, robótica, sensórica, Internet de las Cosas, nuevas tecnologías adaptadas al sector de la salud, etcétera. Sabemos que van a desaparecer muchos empleos con la digitalización, pero también van a aparecer nuevos. En vez de lamentarnos, estamos explorando los nuevos sectores para que la gente pueda tener nuevas oportunidades. Queremos estar en la punta de lanza y ser una fábrica de oportunidades porque somos sector público y porque es nuestra vocación.
¿Qué nivel de ocupación tiene reservada la primera fase de DFactory?
No es solo un espacio en el que alquilar metros cuadrados, estamos creando una comunidad de industrias 4.0 que innove de manera conjunta. HP ya tiene espacios reservados y se está instalando, y hay otras que todavía no podemos comentar por motivos de confidencialidad, pero tenemos el 80% comprometido. Allí se fabricarán cosas: una parte saldrá por la puerta y otra por el tejado hacia la nube. Es un proyecto que trasciende nuestras fronteras.
¿Y qué esperan del espacio para formación en el antiguo edificio de Correos?
Es interesante para la ciudad de Barcelona no solo para dar oportunidades a la población joven, que sufre un nivel de paro demasiado elevado, sino para las empresas que buscan perfiles profesionales que no encuentran. Es un símbolo, un viejo edificio de 30.000 metros cuadrados que se adapta a una nueva funcionalidad. Es un edificio emblemático en una ubicación privilegiada. Cuando uno piensa en la Universidad de Barcelona, piensa en el edificio de la plaza Universidad. Cuando alguien piense en actividades de la formación en nueva economía y digitalización, estoy seguro de que en los próximos años visualizará el edificio de la antigua Correos.
¿A qué otros proyectos destinarán los casi 27 millones de inversión presupuestados este año?
Tenemos otros proyectos que todavía no podemos comentar porque están al principio de la fase de conversaciones, pero siguen la línea de crear espacios en los cuales se produzca innovación y actividad económica. Las actividades maduras ya tienen sus espacios, queremos abrir espacios a las actividades innovadoras.
Este otoño celebrarán la segunda edición de ‘BNEW’ con intención de crear una red de ciudades...
El año pasado podíamos habernos quedado quietos porque las actividades que implicaban contacto personal estaban prohibidas, pero quisimos salir de nuestra zona de confort para ser útiles. Creamos un evento híbrido surgido de la reflexión de que las ferias y congresos deben evolucionar, y la pandemia lo aceleró. Creamos una plataforma que atrajo a 11.000 inscritos de 111 países y permitió 25.000 contactos. No fue un parche en época de pandemia, sino que tiene vocación de continuidad. Este año pasa de cinco a diez temáticas. Es un evento global que ocurre en Barcelona, y la voluntad es, este año o a partir del que viene, crear una red de ciudades que se vaya extendiendo con el tiempo, y que permita actividades las 24 horas alrededor del mundo durante los cuatro días del evento. Tenemos conversaciones con Lisboa, Londres y Dubái. En otros salones que impulsamos como el Salón Internacional de la Logística (SIL) hay logísticos, en el Barcelona Meeting Point (BMP) inmobiliarios, en el Mobile World Congress, donde también participamos, está el sector de la conectividad, pero en BNEW hay diez verticales interrelacionadas, porque todo está relacionado con todo, y puedes contactar con altos ejecutivos de empresas de todos esos sectores, que son quienes toman las decisiones. Además, con la relajación de las restricciones de actos presenciales, también habrá actividades en diversos lugares de Barcelona y en terrazas de hoteles, para hacer networking y que quienes participen experimenten algo nuevo y atractivo. Estoy convencido de que la reactivación económica va a ser muy rápida, y BNEW estará en la rampa de lanzamiento de este crecimiento económico en octubre. Será un marco de reflexión y propuestas de la nueva economía que nacerá después de la pandemia.
Los salones tradicionales del Consorcio, el ‘BMP’, ‘SIL’ y ‘eDelivery’, volverán en 2022 en formato híbrido...
Ya no es suficiente montar un expositor y esperar que vaya gente a visitarlo. Ser híbrido confiere la virtud de poder ser global.
Hoy por hoy, el principal desafío en el CZFB es el relevo de Nissan...
Somos los propietarios de los terrenos, pero se creó una comisión porque era un tema que trascendía al polígono industrial porque es un tema de país. Está el Ministerio, la Generalitat, nosotros, la empresa, los sindicatos, etcétera. La primera prioridad es la reubicación de los puestos de trabajo, y por eso su futuro es prioritariamente industrial. Pero también puede haber logística de última milla, que no está tan robotizada como otras ramas del sector y desde el punto de vista del empleo es interesante, además de ser necesaria en una región metropolitana como la de Barcelona. No hay un gran proyecto que ocupe los 518.000 metros cuadrados, pero mi opinión personal es que, estos grandes proyectos, igual que vienen se van, y cuando se van es un problema grave. Es interesante que en esta parcela tengamos la suma de proyectos grandes vinculados a la movilidad eléctrica y la nueva economía. Una actividad de 500.000 metros cuadrados es muy grande, pero 100.000 metros cuadrados también es grande. Creemos que Nissan podría haber sido rentable, pero por estrategia multinacional decidieron cerrar.
¿Queda descartado un gran proyecto que ocupe todas las instalaciones y personal?
Esa posibilidad siempre está abierta, pero la garantía de perdurabilidad debería ser muy elevada, porque Nissan lleva muchos años en la cuerda floja, dopada y con muchas ayudas, y el resultado final ha sido el que ya conocemos. Mi opinión es que hay pequeñas empresas con un gran potencial de crecimiento. De todas formas, hemos tenido un papel muy discreto en este tema porque creo que es lo que se necesita en este momento.
¿Qué promociones inmobiliarias quedan en cartera?
Además de las mencionadas antes, está la segunda fase del DFactory, de 70.000 metros cuadrados, para producción 4.0; tenemos algunas parcelas sueltas en el CZFB, y terrenos para polígonos industriales en varias poblaciones catalanas. Además, con el tiempo van acabando contratos de alquiler, y la intención es ir sustituyendo actividades maduras por otras de la nueva industria 4.0. Además, tenemos ejemplos de empresas que, a pesar de ser de sectores maduros, están innovando, y pueden perdurar.
También están negociando la ampliación de Mercabarna...
Ellos también quieren atraer la innovación en alimentación. Son 150.000 metros cuadrados de parcelas vecinas que estamos negociando para venderlas a Mercabarna. Estamos cerrando los flecos del acuerdo, y uno de ellos es el precio.
Otra innovación del polígono es que Iberdrola instalará una hidrogenera...
Forma parte de nuestros compromisos ambientales de economía circular dentro de los ODS, como la instalación de placas fotovoltaicas en los tejados de las empresas, el reaprovechamiento del agua, y el aprovechamiento de la energía de la regasificación de los gases licuados que llegan al Puerto de Barcelona. Queremos un polígono energéticamente sostenible e urbanísticamente atractivo. Ahora la ciudad vive de espaldas al polígono, pero debe ser cada vez más ciudad, mejor conectado física y mentalmente. Cada día entran 20.000 personas a trabajar, sin contar proveedores. Ahora no ves a nadie caminando porque es desagradable, pese a que la actividad del polígono aporta 9.000 millones al PIB, el 11% del PIB de la provincia de Barcelona y el 3,8% del PIB catalán, y genera 137.000 puestos de trabajo.