Un ‘Mobile World Congress’ atípico, pero que favorece la ‘normalidad’

El Mobile World Congress (MWC) 2021 no fue nada normal, si lo ponderamos en magnitudes prepandemia, pero su celebración fue concebida por organizadores, proveedores, participantes y sector económico local como un paso para recuperar la normalidad anterior al Covid-19. De hecho, ya hay agendado un nuevo MWC para febrero de 2022, en sus fechas habituales y con grandes firmas expositoras ausentes este junio pero que ya han reservado espacio para el próximo año.

Con la pandemia todavía viva, el congreso de este junio fue híbrido entre presencial y telemático, de forma que el recinto Gran Via de Fira de Barcelona acogió a un tercio de los expositores y menos de un tercio de los visitantes respecto a otros años, con preeminencia nacional, pero con el doble de ganas de poder hacer contactos en persona tras un año en blanco. Por protocolo sanitario, estaba prohibido intercambiar tarjetas de presentación o repartir folletos, pero una fotografía con el móvil solucionaba el veto, y si la afluencia de visitantes escaseaba, los expositores aprovechaban el tiempo conectando entre ellos para ver oportunidades de colaboración.

Los hoteles y restaurantes tampoco se beneficiaron de la cuantiosa afluencia de foráneos que implicaba tradicionalmente el MWC, pero celebraban que Barcelona vuelva a estar en el mapa de los eventos de negocios internacionales, para que otros acontecimientos se animen a regresar o recalar por primera vez en la capital catalana de ahora en adelante.

El MWC 2021 ha demostrado que volver a reunir a miles de personas es seguro con las adecuadas medidas de prevención sanitaria, y también ha constatado las ganas de recuperar el ritmo habitual conforme vaya siendo posible, para que todo vuelva a ser normal.