Banca ética, un modelo transparente, sostenible y necesario

La banca ética ha destacado durante la crisis como la salvación de empresas que recurriendo a la banca tradicional no habrían sobrevivido. Proyectos como Triodos Bank, MicroBank o Fiare Banca Ética son la punta de lanza de un modelo financiero tan económicamente viable como necesario.

El grueso de la población piensa en la banca como ese instrumento en el que depositar sus ahorros, quizá generar algún interés y poco más. El mundo de las inversiones queda lejano y, a veces por el propio interés del sector, parece muy complicado. Sin embargo, es mucho más. De la banca y sus inversiones y préstamos, instrumentos con los que, al final, terminan ganando dinero, dependen muchas empresas, grandes y pequeñas. Hasta el más pequeño de los negocios es probable que haya necesitado financiación, seguramente en forma de préstamo. No obstante, la motivación de la banca tradicional es, por supuesto, ganar dinero, y se cuidan mucho de seleccionar dónde invierten el dinero que depositan los ahorradores en ellos. Buscan la máxima rentabilidad y, aunque cada vez hay más responsabilidad, no acostumbran a mirar el impacto que podrían tener sus inversiones. Por eso la banca ética es necesaria.

Proyectos como el de Triodos Bank, el de MicroBank o el de Fiare Banca Ética son tan escasos como imprescindibles. Estas entidades destinan sus recursos a financiar proyectos con impacto positivo, ya sea medioambiental, social... En el caso de Triodos Bank, por ejemplo, el objetivo final no deja de ser ganar dinero, es un banco, en ese sentido, tradicional, pero su transparencia y la elección de las compañías en las que invierte lo convierten en un banco ético. “Lo que hace el banco es gestionar el dinero de los ahorradores y financiar iniciativas o proyectos en tres áreas: social, cultural y medioambiental, que tengan un impacto positivo en las personas y el medioambiente”, explica Daniel María Marina, subdirector de la oficina de Triodos Bank en Barcelona. “Usamos el dinero de ahorradores para invertir y financiar en estos proyectos. Eso sí. Con total transparencia porque todos los proyectos en los que invertimos dinero son totalmente públicos. Los clientes saben qué se hace con su dinero”. En este caso, Triodos Bank dispone en su web de toda la información relativa a sus inversiones.

El directivo del banco, que se origino en Holanda a finales de los 60 porque sus fundadores, dos economistas y dos abogados, no estaban de acuerdo con lo que se hacía con su dinero, define la banca ética como “dos conceptos que son comunes. El primero es el de la inversión con impacto, es decir, que todas nuestras operaciones, hasta el último céntimo, se destinan a financiar proyectos con un impacto positivo. El segundo es el de la transparencia absoluta. Los 2.400 millones que hemos invertido en 17 años -este año celebran 15 en Catalunya- se pueden además consultar a través de la web. Puedes saber cuándo se invirtió, cuánto y donde”.

Transparencia es responsabilidad

Con todo, el impacto de la banca ética va mucho más allá de la financiación de proyectos que no solo tienen un impacto positivo a cualquier nivel, sino que quizá, acudiendo a la banca tradicional, no conseguirían la inversión necesaria para arrancar o para sobrevivir. Quizá por no ser tan rentables cómo a los grandes bancos les gustaría, o quizá porque, por su tamaño, no garantizan el retorno deseado. Según cuenta Marina, “la banca ética es necesaria por muchos motivos. Al final, la transparencia la hemos visto en muchos ámbitos, no solo en el financiero, y hemos comprobado que la transparencia radical permite que seas mucho más cuidadoso, y que seas mucho más responsable sobre el impacto que tiene tu actividad”. “Es fundamental para mejorar la responsabilidad social de todas las entidades”, dice el directivo de Triodos Bank, que añade que “en banca es muy importante porque el cliente cada vez más quiere hacer un uso inteligente y consciente de su poder, el económico. Porque el voto no es el único poder del ciudadano, también el dinero que deposita en un banco es poder”, añade. “La banca ética hace que tú, como persona, puedas ayudar. Yo creo que este ámbito es fundamental para ser coherente y para transformar la sociedad a través del dinero”, remacha.

Triodos Bank dispone de una política de inversión bien definida. Los interesados en conseguir financiación pueden ver en qué sectores no invierte. “La industria armamentística, la explotación infantil, la pornografía... todo esto son criterios de exclusión”, matiza Marina. A partir de ahí, Triodos elige dónde pone dinero de dos modos. “Triodos genera una comunidad en torno a unos valores. Intentamos ser una entidad que está dentro de los sectores que trabajamos, como la construcción sostenible, la cultura... Hay veces que entidades nos conocen y nos vienen a busca y hay otras que vamos nosotros, porque estamos integrados en esos sectores, conocemos las iniciativas, las vamos a conocer y las financiamos. Hay un punto muy habitual que entidades que son clientes nuestros nos recomiendan a terceros para que acudan a nosotros”, detalla Marina.

Triodos Bank cuenta con 174.000 clientes en España, 63.000 de los cuales en Barcelona, la oficina más antigua del banco en España. Cuenta con 800 millones de fondos confiados y un activo de 210 millones de euros. En Catalunya, el banco holandés ha financiado 415 millones, 264 de los cuales solo durante 2020. “Somos una entidad referente en financiación de nuestros sectores”, cierra Marina.

La banca ética se ha convertido en imprescindible para muchos sectores. Hecho que con la crisis de la pandemia ha quedado demostrado. Entidades como Fiare Banca Ética han sido claves para que empresas sociales hayan sobrevivido al Covid-19.

Fiare apuesta por empresas sociales

A diferencia de Triodos Bank, Fiare Banca Ética es una cooperativa, una entidad, según Sònia Molina, coordinadora de la delegación de Barcelona, “democrática, independiente, sin presiones de grupos financieros y totalmente transparente”. Como Triodos Bank, Fiare publica toda su actividad en la web, así como un balance detallado de todo lo que hacen.

Fiare Banca Ética tuvo un papel esencial durante la pandemia al identificar una “necesidad real de liquidez” de muchas empresas sociales. La cooperativa concedió préstamos por un importe total de 16 millones de euros y se centró en agilizar procesos para que las entidades con las que trabajan tuvieran dinero. Hay que recordar, según Molina, “que muchas asociaciones reciben dinero público, que se retrasó durante la pandemia. Nos movimos con rapidez para dar respuestas ágiles a nuestros clientes”. Algunos no habrían resistido sin ellos.