El impacto de la tercera ola asciende a 5.673 millones

Los sectores económicos catalanes hacen balance de pérdidas e impacto de las nuevas restricciones mientras advierten que las ayudas del Govern son insuficientes y llegan tarde

De momento, 2021 ha entrado como salió 2020, con el coronavirus apretando fuerte, con las UCIs saturadas y con los gobiernos regionales maniobrando para intentar doblegar la curva de la tercera ola sin penalizar a la economía en demasía. Con cada ola, la esperada recuperación en forma de ‘V’ se vuelve utópica y sectores como el del deporte, la restauración, ahora abierta parcialmente en Catalunya, y el hotelero agonizan pidiendo ayudas para salvar empresas y trabajos. A diferencia de en las dos primeras olas, una nueva circunstancia entre en juego: Catalunya arranca una campaña electoral que culminará el 14 de febrero en las elecciones más inciertas de la historia. Salvador Illa ya no es ministro de Sanidad, el independentismo sigue igual de dividido que siempre, Vox podría ganar algún escaño y Ciudadanos y el PP buscan la fórmula para reclamar su espíritu constitucionalista sin despertar críticas cuando se nieguen a investir a Illa si finalmente se confirma la victoria que predice el CIS. Habrán notado que ninguno de los grupos políticos tiene en cuenta el virus, y es que en el juego electoral solo vale ganar.

ERC, ahora en el poder a través del presidente en funciones, Pere Aragonès, usará su poder económico en forma de ayudas para reclamar votos y autoproclamarse la opción útil de cara a la gestión de la pandemia. Pero lo cierto es que la economía catalana pende de un hilo, con múltiples sectores rogando por unas ayudas que les permitan mantenerse a flote. De momento, la tercera ola del coronavirus y las consiguientes restricciones, que se prolongan desde el pasado 7 de enero, han tenido un impacto multimillonario.

Aunque no todos los sectores han realizado todavía unas estimaciones del impacto de este tercer capítulo de la pandemia, algunos, consultados por elEconomista, arrojan cifras al horror que están viviendo. Desde Pimec hacen un retrato general para apuntar que las restricciones actuales, que incluyen el toque de queda a partir de las 22.00, el cierre de cualquier establecimiento no esencial el fin de semana o la limitación de horario para la restauración, tienen un impacto sobre el tejido productivo catalán de 183 millones de euros diarios. Contando que las restricciones actuales están vigentes desde el 7 de enero y, de momento, se prolongarán hasta el 7 de febrero, su impacto ascenderá, si no se prolongan más, a 5.673 millones de euros. Pimec reclamó una respuesta coordinada de todas las administraciones para movilizar 4.500 millones mensuales para impedir la pérdida masiva de negocios en todos los sectores.

Siguiendo con el desglose de daños y perjuicios, Fecasarm, la agrupación de empresarios de la restauración y el ocio nocturno, cifra en 10.000 millones las pérdidas acumuladas, divididas en 6.400 millones en la restauración y en 3.600 millones el ocio nocturno. Desde Fecasarm, su presidente, Joaquim Boadas, denuncia que “las ayudas hasta la segunda ola solo cubren el 2% de los costes” y advierte que “el 80% de los locales está en peligro”. Roger Pallarols, secretario general del Gremio de Restauración de Barcelona, denuncia “un cierre encubierto” de la restauración desde el 21 de diciembre que “está sentenciando a la desaparición” a más de la mitad de los establecimientos de la ciudad.

Desde el sector deportivo, el Indescat, el clúster catalán del deporte, estima que estos 31 días de cierre previstos, y si no se extienden, provocarán que se dejen de facturar hasta 118,5 millones de euros y se dejen de aportar hasta 211,5 millones de euros al Valor Agregado Bruto (VAB). Según la misma fuente, en total en 2020 se dejaron de facturar 272 millones de euros y se dejaron de aportar 892 millones de euros al VAB. “Si el Govern no rectifica y hace extensivas las ayudase a todo el tejido deportivo, teniendo en cuenta todo el sector empresarial, no quedará nada por salvar”, avisa Anna Pruna, presidenta del Indescat. “El deporte es un servicio esencial, parte de la solución”, reivindica Pruna, que se queja de que “las ayudas han sido mínimas, no cubren ni de lejos ya no los ingresos que no hemos tenido ni tendremos, sino las propias medidas que hemos aplicado durante todos estos meses”. “Las ayudas del Govern a los centros deportivos, que suponen el 29% del sector deportivo, son insuficientes y lo más grave es que se deja fuera de estas ayudas al 71% del tejido empresarial del deporte”, cierra.

Por su parte, Comertia, la Asociación Catalana de la Empresa familiar del Retail, confirma que 2020 cerró con un descenso de las ventas del 20,6% respecto al año anterior, por culpa principalmente del enorme impacto de la primera ola del Covid-19. Desde entonces, no ha habido ningún mes en positivo. Para enero, contando con las restricciones desde el día 7 de enero, Comertia anticipa una caída del 18% y lamenta que ni la campaña de Navidad, a finales de 2020, ni la de Reyes, a principios de año han conseguido salvar al sector del comercio, que ve como solo la alimentación básica sobrevive y las rebajas se han saldado con unas pérdidas de más del 75% de las ventas por culpa del confinamiento municipal. “Sin ayudas directas, estas dos semanas tendrán consecuencias irreversibles”, dice David Sánchez, presidente de Comertia.

Paralelamente, el Aeropuerto de Barcelona cerró 2020 con 12,7 millones de pasajeros en total, un 75% menos que en 2019, un desplome que hunde el número de viajeros a niveles de 1995 y sitúa al aeropuerto de Barcelona en la décima posición europea. Los viajeros nacionales se desplomaron un 66%, los europeos un 74% y los intercontinentales un 71%. El Aeropuerto de Barcelona ha perdido un 40% de los destinos y la frecuencia de los que ha mantenido también ha caído. El panorama es desolador y desde Eurocontrol no prevén una recuperación de los niveles de 2019 hasta 2024 incluso si se produce una vacunación efectiva.

Siguiendo en el ámbito turístico, según los datos del Gremio de Hotels de Barcelona, apenas un 25% de los hoteles de la ciudad siguen abiertos con unas ocupaciones al mínimo, de menos del 10%, y unos precios hasta un 60% más bajos respecto a enero de 2019. Más de 320 hoteles permanecen cerrados. En lo que respecta a los pisos turísticos, según Apartur, las pérdidas pueden alcanzar hasta los 25 millones mensuales y el impacto sobre los impuestos puede ascender hasta los 3.011 euros al mes por apartamento.

Según la Cámara de Comercio de Barcelona, han sido más de 20.000 las empresas catalanas que han cerrado desde marzo de 2020 y, a finales de 2020, se contabilizaban 158.261 trabajadores en Erte, y los desempleados eran un 31,5% más que a cierre de 2019, según la Encuesta de Población Activa.

Las ayudas llegan con la campaña

Es evidente que encontrar el equilibrio entre economía y seguridad es complicado, pero el Govern espera que las ayudas que ha anunciado ayuden a mitigar el efecto del Covid-19. Según los sectores económicos, sindicatos, asociaciones y patronales, las ayudas ofrecidas por la Generalitat son insuficientes. Según datos de la Generalitat durante la tercera ola se han movilizado 4,3 millones para la restauración, el turismo, el comercio y los servicios de las comarcas del Ripollès y la Cerdanya a raíz de su cierre perimetral a finales del año pasado, y 25 millones más para paliar el impacto negativo de las restricciones motivadas durante la tercera ola, que se desglosan en 10 millones, cinco millones más por la primera prórroga de las restricciones y 10 millones más por la segunda prórroga hasta el 7 de febrero. Estas ayudas ya están activadas, y servirán para otorgar 6.000 euros a cada establecimiento afectado. A esta cifra hay que sumar los recientemente anunciados 618 millones de euros movilizados en un nuevo plan de ayudas para dar soporte a los trabajadores en Erte, a los autónomos y a las pymes más afectadas por la pandemia. Desglosados, son 280 millones de euros para trabajadores autónomos, 105 millones para personas en situación de Erte, 25 millones para formación de personas en situación de Erte y 208 millones para pymes y microempresas en Erte. En total, 643 millones de euros que desde la Cámara de Comercio de Barcelona consideran insuficientes.

Según sus datos, y refiriéndose a los 618 millones de euros para autónomos y pymes, calculan que la dotación para empresas debería ser de, al menos, 800 millones, mientras que los 280 millones para autónomos solo servirán para ayudar a 140.000 de los 500.000 autónomos residentes en Catalunya. Según la entidad, una buena medida sería recurrir al endeudamiento mediante el MEDE, que corresponde al 2% del PIB, es decir 4.700 millones de euros para Catalunya, y a la emisión de deuda pública para financiar las ayudas. En la misma línea, Pimec agradece el esfuerzo, pero argumenta que llega tarde porque las empresas se enfrentarán a un nuevo final de mes sin haber todavía recibido el dinero con el que pagar salarios y facturas.