Los jóvenes son los claros perdedores de la crisis del Covid-19
Según un estudio de la UGT hay 147.200 jóvenes más sin trabajo ahora en comparación con el año 2013, el que peor cifras registró durante la crisis económica global.
El año pasado figurará en los libros de historia como el año de la pandemia. Un ejercicio en el que la sociedad de casi todo el mundo tuvo que parar, encerrarse en sus casas y esperar para superar el virus, que además ha dejado millones de fallecidos en todo el mundo. Del parón se estudiarán sus consecuencias sociales y, sobre todo, económicas, dejando una de las crisis más importantes de las últimas generaciones. Apenas se empezaban a vislumbrar brotes verdes tras la gran crisis de 2008, que el virus arrasó. Sin duda, lejos de datos macroeconómicos que poco importan al ciudadano de a pie, los expedientes de regulación de empleo, despidos y reajustes de plantillas han sido la herencia del Covid-19. Decenas de miles de negocios no volverán a abrir sus puertas en Catalunya y el paro volvió a cifras preocupantes. Como suele ser habitual, el colectivo más afectado por los reajustes son los jóvenes.
Según el estudio La Situación Juvenil en Europa de Avalot-Jóvenes de la UGTde Catalunya, “los jóvenes nunca se recuperaron del todo de la crisis económica de 2008”. Según sus datos, en 2020 había 147.200 jóvenes más sin trabajo que en 2013, el peor años de la anterior crisis en términos de paro. Actualmente, la tasa de paro juvenil en la región es del 24,6%, el 4,8% de larga duración, frente al 13% de paro general.
Sin embargo, los que consiguen tener un empleo tampoco mejoran su situación en demasía, pues el sueldo es bajo y la mayoría de contratos firmados en la franja de edad de entre los 18 y los 34 años son temporales. De hecho, la tasa de temporalidad juvenil el año pasado fue en Catalunya del 45,6%, situándose entre los peores territorios de Europa. Solo España, con el 53%, supera en Europa a Catalunya. Las cifras son altísimas comparadas con el 3% de Rumanía, Letonia y Lituania. En contraposición con el colectivo joven, la tasa de temporalidad general el año pasado en Catalunya fue del 19,6%. El informe apunta que el principal problema es que en los sectores donde se concentra la mayor parte de la actividad juvenil, la hostelería, el turismo o el comercio, entre otros, son el tipo de contrato más habitual.
Además, cuando no son contratos temporales, son a tiempo parcial, con un 29,2% de parcialidad juvenil frente al 13,8% de parcialidad general el año pasado en Catalunya. Pese a que no es la cifra más alta de Europa, según datos del Observatorio del Trabajo y el Modelo Productivo, Catalunya sí es la región con más diferencia entre la parcialidad juvenil y general. En este caso, los contratos de prácticas y las becas, y la imposibilidad de compaginarlas con trabajos fijos, son la principal causa de que los jóvenes trabajen a tiempo parcial, junto con su dificultad para encontrar empleo a tiempo completo.
Es imposible independizarse
Con todo, en Catalunya el salario medio bruto de los jóvenes se sitúa en los 17.363,64 euros, 13.070,69 si concretamos en la franja de menores de 25 años. Con estas cifras, totalmente en disonancia con la subida de los precios y el de la vivienda, provoca que las tasas de emancipación sigan cayendo. Según el Observatorio Catalán de la Juventud, con datos del tercer trimestre de 2021, solo se independizan el 15,5% de los jóvenes catalanes, frente al 16,3% del trimestre anterior y el 19,7% del mismo período del año anterior. En 2007, justo antes de que la crisis económica global arrasara, la cifra se situaba en torno al 30%, la más alta en este siglo.
De hecho, pese a que en 2008 la tasa de emancipación empezó a bajar, nunca había estado por debajo del 20% en Catalunya hasta el año 2020, cuando el Covid terminó por hundir las esperanzas laborales de muchos jóvenes. El 15,5% actual es la más baja del siglo por octavo mes consecutivo. Según los datos del observatorio, al cierre de septiembre de 2021 el paro juvenil alcanzaba el 19,4%, mejorando respecto a la cifra de 2020 aportada por la UGT. Según sus datos, el 60,3% estudia y trabaja, el 28% estudia y el 11,6% no hace ni una cosa ni la otra.
Los jóvenes piden ayuda
Reaccionando a los datos del observatorio, el Consejo Nacional de la Juventud instó a las administraciones a tomar medidas para revertir la situación, poniendo una renta básica, la regulación del precio de los alquileres, la creación de más vivienda pública y atajar la precariedad laboral como principales ejemplos.
De momento, el compromiso más firme tomado por la Generalitat es la promesa de destinar 216 millones de euros a políticas de ocupación para jóvenes. Según anunció en octubre Roger Torrent, consejero de empresa y trabajo, esta cifra se repartirá ya entre este año y 2022 y permitirá que más de 25.000 jóvenes se vean beneficiados a través de ayudas para empresas por la contratación de menores de 30 años en situación de paro, programas de orientación, formación y experiencia laboral, así como programas de formación profesional.
Del total que se invertirá, procedente en su mayoría de los fondos europeos, 125 millones de euros se destinará a ayudas directas a empresas, autónomos y cooperativas de trabajo asociado para la contratación, con una duración mínima de un año, de jóvenes. La mitad de este montante se destinará específicamente a contratos en prácticas para jóvenes con formación, mientras que la otra mitad se destinará a jóvenes que no pueden acceder a contratos de prácticas.
Buscando resolver otra de las problemáticas derivadas del paro juvenil, la fuga de talento, Barcelona Activa y el área de Juventud del Ayuntamiento de Barcelona presentaron a principios de noviembre el programa Retorno con Oportunidades. Este proyecto busca incentivar el retorno de jóvenes que trabajan en el extranjero en mejores condiciones laborales, por lo que el área de Juventud prevé impulsar una asesoría de retorno, mientras Barcelona Activa prestará servicios de mediación laboral, acompañamiento y de emprendimiento para que estos jóvenes puedan desarrollar sus proyectos en la capital catalana. Este programa cuenta con el apoyo de la plataforma Volvemos.org, que lleva desde 2016 trabajando con el mismo objetivo. A fecha de la publicación de esta revista, ya son 64 candidatos registrados, 26 de los cuales ya han vuelto a Barcelona. El 64% de los participantes son mujeres, un 36% hombres y la media de edad es de casi 32 años.