La rehabilitación energética de los edificios, una responsabilidad compartida

La capacidad de renovar, rehabilitar y reconstruir edificios marcará un hito en la transición energética de nuestra sociedad global. De hecho, el 85% del parque inmobiliario europeo se construyó antes de 2001 y entre el 85% y el 95% de los edificios que existen hoy en día seguirán en pie en 2050, según la Comisión Europea (CE). Ante este escenario, en octubre de 2020, el organismo europeo publicó su estrategia Renovation Wave (Oleada de Renovación) con el fin de duplicar la tasa anual de renovación energética de edificios residenciales y no residenciales de aquí a 2030, así como fomentar las renovaciones energéticas en profundidad. Como resultado, la CE estima que el desarrollo de la estrategia suponga la renovación de 35 millones de edificios en los próximos 10 años, y prevé que podrían crearse 160.000 empleos verdes en el sector de la construcción. La descarbonización del parque inmobiliario, la lucha contra la pobreza energética y la renovación de edificios públicos, como escuelas, hospitales y centros administrativos, son las tres áreas prioritarias de esta estrategia y la gran mayoría de países de la UE las han incluido ya en sus políticas de gobierno.

En el caso de España, el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), en línea con la Oleada de Renovación para Europa, contempla impulsar actuaciones de rehabilitación y mejora del parque edificatorio, tanto en ámbitos urbanos como rurales, para contribuir a mejorar la eficiencia energética y la integración de fuentes de energía renovables. La renovación del parque de vivienda también apuesta por enfoques integrales para mejorar la accesibilidad, conservación, mejora de la seguridad de utilización y la digitalización de los edificios.

En nuestro país, cerca del 45% de los edificios es anterior a 1980. Además, el 81% del parque existente cuenta con las calificaciones energéticas más bajas (E, F y G), y el parque inmobiliario consume el 30% de la energía final. Así, el componente segundo del PRTR responde a la necesidad de adaptar el parque de edificios y viviendas en España a los retos nacionales y europeos en materia de sostenibilidad.

El pasado mes de agosto se aprobó el programa PREE 5000, por el que se regulan las subvenciones a otorgar a actuaciones de rehabilitación energética en edificios existentes. El objetivo del PREE 5000 es impulsar la sostenibilidad en “los municipios de reto demográfico” -los menos poblados-, mediante actuaciones que van desde cambios en la envolvente térmica, a la sustitución de instalaciones de generación térmica con combustibles de origen fósil por generación térmica basada en fuentes renovables. Para que la UE alcance su objetivo de una Europa climáticamente neutra en 2050, la eficiencia energética es un elemento clave. De hecho, el compromiso de la UE para 2030 es reducir en al menos un 55% las emisiones de gases con efecto invernadero, respecto a los niveles de 1990, mejorar en un 32,5% la eficiencia energética e incrementar un 32% la cuota de las energías renovables en el consumo de energía.

Desde el Clúster de l’Energia Eficient de Catalunya (CEEC) somos conscientes del reto que tenemos como país, por eso, como asociación sin ánimo de lucro, con más de 180 asociados que cubrimos la cadena de valor del sector de la energía, nos comprometemos a ser un agente clave y activo en esta transición energética, convertirnos en referente en materia de eficiencia energética y sostenibilidad y poner a disposición del sector, las herramientas necesarias para aprovechar las nuevas oportunidades que se nos presentan a nivel empresarial y tecnológico.

Una de las áreas estratégicas, en las que el clúster trabaja desde hace tiempo y va a seguir haciéndolo, es en la eficiencia energética en la edificación, y en la necesidad de poner el foco en la rehabilitación energética de los edificios existentes. Los edificios suponen alrededor del 40% del consumo energético de la UE y del 36% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Sin embargo, solo el 1% de los inmuebles se renueva cada año de manera eficiente y tan solo el 11% es objeto de un cierto nivel de renovación cada año.

El CEEC está formado por una gran variedad de socios, entre entidades públicas y privadas, de ámbitos tan diversos como, el empresarial, el tecnológico, la investigación, el institucional, el regulador, el legal y el financiero. Esta diversidad de socios hace que se pueda contribuir desde diferentes perspectivas al reto de la rehabilitación energética, disponiendo de una gran variedad de soluciones y servicios, que incorporan aspectos tecnológicos, innovadores y sociales. Para poder llevar a cabo esta transición energética, será clave, el papel de las administraciones públicas, tanto en el marco regulatorio como en la gestión de subvenciones que sean favorables para llevar a cabo las actuaciones necesarias para alcanzar los objetivos establecidos a nivel local, estatal y mundial. El principal objetivo de los actores implicados en la rehabilitación es derribar las barreras existentes a lo largo de la cadena de renovación, desde la fase de proyecto, hasta su financiación y ejecución. Está claro que, sumando sinergias entre todos los actores implicados, resultará mucho más sólido el avance para alcanzar este objetivo.

Son muchas las soluciones técnicas que se pueden aplicar en la rehabilitación para obtener edificios más sostenibles, con mayor eficiencia energética y con su consiguiente reducción de emisiones. Desde medidas pasivas, como por ejemplo la incorporación de aislamiento en fachadas y cubiertas o la incorporación de protecciones solares. Hasta medidas activas, como la incorporación de instalaciones de generación de energía -eléctrica o térmica- mediante energías renovables -solar fotovoltaica, solar térmica, biomasa, nuevos biocombustibles como el biopropano, o geotermia- para autoconsumo, entre otras.

El cambio climático, es una realidad, y es responsabilidad de todos ayudar a mitigarlo. En el caso de la rehabilitación de los edificios, es responsabilidad de todos, colaborar, para poder llevarla a cabo, obteniendo edificios menos demandantes de energía, más eficientes y que mejoren el bienestar de las personas que los ocupan. En definitiva, edificios más sostenibles.