Treinta años aportando valor añadido a la cosmética a través de la investigación científica

Doctor en bioquímica, García lleva tres décadas dedicándose a la investigación científica en el ámbito de la cosmética para crear productos eficaces y seguros

El mundo de la cosmética encierra muchos más secretos de lo que parece. Lejos de ser una industria dedicada únicamente a acentuar la belleza, es un concepto mucho más profundo, relacionado directamente con la ciencia y la salud y que tiene mucho más peso en el bienestar de las personas de lo que, a primera vista, pudiera parecer. José María García Antón es uno de los mayores expertos de la cosmética en España, sector al que ha dedicado más de 30 años. García es doctor en bioquímica y empezó su trayectoria en el CSIC en Barcelona. Durante 18 años se dedicó a la industria farmacéutica y a la investigación química. Como muchas otras personas, tras cumplir un largo ciclo como investigador, decidió pasarse al sector privado creando la empresa Lipotec en 1987.

“Vi que entonces había muchas oportunidades dentro del sector cosmético porque era poco menos que un desierto, entonces. No había investigación básica y me sentí tentado de darle contenido científico a la cosmética”, explica García. “Hoy en día, la cosmética todavía se considera algo superfluo, cuando en realidad es que es muy difícil encontrar y difundir ingredientes activos a través de la piel”, añade. El científico especifica, para ejemplificar la complejidad que esconde la cosmética que esta “no nos permite ir más allá de la epidermis [la capa más superficial de la piel]. De eso se ocupa la medicina. Nos tenemos que conformar con actuar en la capa más externa de la piel, de difundir activos a través de la epidermis, que es algo muy complicado”. Al fin y al cabo, dice, “la piel es una barrera que impide cualquier penetración de moléculas. Lo tenemos muy difícil”.

Para entender los secretos de la cosmética, hace falta tener claro que las cremas y demás productos necesitan de ingredientes activos que actúen sobre determinadas moléculas o células para conseguir el efecto necesario. ¿Es comprensible entonces que un científico dedique su vida a la cosmética? Parece que sí.

La etapa en Lipotec

Lipotec nació poco antes de entrar en la década de los 90 y creció sin pausa hasta que, en 2012, García vendió gran parte de la empresa a Berkshire Hathaway, del grupo inversor Warren Buffet. “Conseguimos ser una referencia dentro del mundo cosmético de alta calidad. Produjimos activos, moléculas muy bien definidas, tuvimos éxito y entre nuestros clientes se encontraban empresas muy importantes, como l’Oréal, Dior o Shiseido”, dice García. Al vender su empresa, García no tenía suficiente, quería seguir trabajando. “Con lo que hacemos estamos convencidos de que ayudamos al cliente, de que ponemos a su disposición algo muy importante. Siempre hay trabajo que hacer. Hay continuidad porque siempre hay algo que investigar, porque siempre hay algo que investigar, porque la investigación no se agota nunca”, reconoce el científico preguntado cómo se mantiene la motivación durante tantos años. Fue entonces cuando, tras tres años al margen del sector por motivos contractuales tras la venta de Lipotec, creó un grupo de investigación y desarrollo para poner en práctica todo lo que había pensado durante esos tres años sabáticos. LipoTrue fue el resultado de este proceso, “una versión más innovadora de lo que habíamos hecho con Lipotec”, admite antes de explicar que “somos una referencia que empezó a 2017 y ya está en todo el mundo, con filiales en Estados Unidos y negocio en China”. “Tenemos unos productos muy importantes a nivel tecnológico.

En paralelo, García compró varias empresas y ahora dirige compañías como Prima-Derm, que retrasa el envejecimiento de la piel o Deep Blue Sea Enterprises, que desarrolla moléculas procedentes de microorganismos marinos encontrados a alta profundidad en los océanos. En 2020, fundó el grupo Inner, un vivero de empresas formado por Onegen Lab, The essentials, Inner Parfum y otras compañías. En estas últimas se está volcando en el profesional, que admite que disfruta “coordinando toda la investigación”. “Tengo a los correspondientes directores en cada empresa, que son responsables de cada una por separado. Pero me gusta dominar la parte de investigación, con grupos potentes y multidisciplinarios”, argumenta. García cuenta el potencial que tienen algunas de estas nuevas compañías, como Onegen Lab. “Detectamos problemas que sufrirá la gente a partir de su ADN. El cliente se hace un test, como un PCR, pero solo en el paladar, nos envía una muestra y nosotros detectamos futuros problemas como el envejecimiento acelerado de la piel o manchas. A partir de aquí, con nuestro arsenal bioquímico le hacemos una formulación personalizada”, detalla. García explica que una de sus máximas es la transparencia, recomendando otras soluciones externas a su empresa si no tienen lo que el cliente necesita. Con todo, esta propuesta de ciencia y cosmética ha superado el Covid sin sufrir sus efectos. “Estamos en una situación muy positiva”, acaba.