El Covid-19 y una sentencia amenazan ‘BCN World’

Mientras PortAventura sigue sosteniendo la Costa Dorada incluso en tiempos de pandemia, una denuncia de los ecologistas podría acabar con el complejo de ocio y juego

A escasos kilómetros del mar, situado entre los municipios tarraconenses de Salou, La Pineda y Vila-Seca, PortAventura se ha convertido en una de las principales atracciones turísticas de Catalunya durante sus 25 años de historia. Su posición privilegiada en la Costa Dorada, una zona muy turística gracias a sus kilómetros de playas, oferta nocturna, clima privilegiado y también patrimonio cultural y gastronómico, se suma a una propuesta familiar muy atractiva con entretenimiento, atracciones, espectáculos y hoteles para todos los gustos. Con el tiempo, las ampliaciones en forma de parque acuático, Costa Caribe Aquatic Park; de campo de golf, Mediterránea Beach&Golf; cinco hoteles temáticos de cuatro estrellas y uno de cinco; y Ferrari Land han hecho que PortAventura World -como ahora se denomina- se haya convertido en un gigante que atrae turistas de todo el mundo.

Para ejemplificar el peso que tiene el resort en la provincia de Tarragona, la Costa Dorada y las Tierras del Ebro, Xavier Guardià, portavoz de la Federación de Hostelería y Turismo de la provincia de Tarragona (FEHT), hace un símil muy actual: “El Barça tiene más de 100 años de historia, pero Messi es muy importante”. “La situación es muy parecida. Es evidente que el Barcelona existirá sin Messi, pero su incidencia es innegable. La zona ya era turística antes de PortAventura, pero la no existencia del resort sería terrible”, detalla. Guardià explica que “PortAventura le da sentido al destino turístico porque hace que mucha gente escoja la Costa Dorada. Asimismo, también ha permitido que se abran mercados que de otro modo no existirían. Por ejemplo, un gallego nunca vendría a la Costa Dorada porque tiene ofertas similares más cerca, pero viene porque le atrae PortAventura”. Además de su marcada influencia en los turistas de todo el mundo, Guardià admite que también alarga la temporada. La Costa Dorada es un destino vacacional eminentemente de verano por su propuesta. “Como mucho se alargaba al 30 de octubre”, matiza. Sin embargo, la celebración y las novedades que PortAventura presenta en Halloween y en Navidad permite alargar la actividad en la zona. “No quiere decir que se abran hoteles especialmente para esas fechas, pero sí que haya más taxis, buses, restaurantes, etc. Estas campañas dinamizan”, declara Guardià.

Las cifras hablan por sí solas. En sus 25 años de historia -que se cumplen este 2020- han pisado sus instalaciones más de 900 millones de visitantes, que indirectamente han tenido un impacto económico muy importante en la zona. En 2019, fueron más de 5,2 millones los visitantes, una cifra récord gracias a las también mejores marcas de las temporadas de Halloween, a la que asistieron más de 900.000 personas y la de Navidad, con más de 500.000. El mercado francés contribuyó con un millón de visitantes, mientras que el 55% de los clientes procedía de otros mercados internacionales. Ante este contexto de éxito, PortAventura World decidió invertir más de 90 millones de euros, inaugurar un nuevo hotel y ampliar el centro de convenciones. Pero entonces llegó el Covid-19.

El año de la pandemia

Todavía no hay cifras oficiales, pero según la Asociación Española de Parques de Atracciones (Aepa) la caída de ingresos en los parques españoles, entre los que figura PortAventura, rodea el 80%. Tras el confinamiento, el resort catalán decidió abrir el pasado 8 de julio, pero con medidas como la limitación del aforo al 30%, un test de temperatura para cada visitante, el cierre de Costa Caribe, espectáculos cancelados, como mínimo, hasta septiembre, etc. Según la agencia Moody’s, específicamente en PortAventura la caída de los ingresos podría ser de más del 50%, poniendo en peligro su rentabilidad y liquidez. Sin embargo, todo podría ser peor. Xavier Guardià insiste en la necesidad de ser optimistas. “Esto en un año normal sería desastroso, pero tal y como está yendo este año, el anuncio de que PortAventura reabría en julio fue considerado como una gran noticia, incluso haciéndolo con una tercera parte del aforo”, admite. “Al final será la peor temporada de la historia para la Costa Dorada, ni en agosto hemos trabajado demasiado. Estamos hablando de, como mucho, un 60% de la ocupación. Nada ha funcionado. Pero la apertura de PortAventura ha generado un movimiento que ha sido positivo”, admite. La crisis internacional del coronavirus, además, ha parado un proyecto que, ya de por sí, es muy complicado, uno que haría que PortAventura fuera todavía más grande: Barcelona World (BCN World)

Casinos, ocio y hoteles, ¿amenaza o negocio?

El Centro Recreativo y Turístico (CRT) -como se le denomina actualmente- es un proyecto que contemplaba la construcción de hoteles, auditorios, un centro acuático, una zona comercial con grandes marcas y un gran casino de hasta 10.000 metros cuadrados y más de 100 mesas de juego. El desarrollo actual es el remanente de una propuesta inicial para construir un Eurovegas en Europa, un complejo de ocio que prometía culminar la creación de una propuesta turística y de ocio difícil de encontrar en otra parte de Europa y del mundo. No obstante, tan faraónico es el proyecto como dificultoso de llevarse a cabo.

La inestabilidad política, los cambios en el Govern y el volumen de las inversiones han provocado que BCN World esté parado y no se haya plantado en el suelo ni la primera piedra del proyecto, algo previsto para 2013. Actualmente, se encuentra estancado en la enésima prórroga la opción de compra -que caduca en octubre- de los terrenos por parte del Govern a través del Incasòl a La Caixa por 120 millones de euros, para después vendérselos a Hard Rock, la compañía que explotará las obras y tendrá licencia de juego. En esta ocasión, por culpa del Covid-19. Asimismo, organizaciones ecologistas como el Gepec o la plataforma Aturem BCNWorld han dificultado todavía más el proceso.

El Covid-19 será la puntilla de un proyecto herido de muerte. Desde la plataforma Aturem BCNWorld, Joan Pons explica que el “Govern y Hard Rock están en una situación incierta. Es posible que o bien la Caixa o bien Hard Rock no estén dispuestos a aceptar según qué condiciones”, apunta. “Además, está al caer una sentencia que podría echar al traste todo el proyecto a raíz de una denuncia interpuesta por nosotros contra el Plan Director Urbanístico. Si nos es favorable se tendrá que poner el contador a cero y haría falta que el Govern tramitara otro plan y volviera a presentar un concurso público para las licencias de juego. Estaríamos hablando de mínimo ocho años más”, añade. La plataforma está en contra por varios motivos. “Primero por el modelo turístico. BCN World permitiría al turista desarrollar toda su actividad sin moverse. No es el modelo de la Costa Dorada. Por otro lado, están los temas medioambientales, porque consideramos que la zona ya está muy explotada y si encima sumamos esto... “, explica Pons. Y hay que tener en cuenta otros problemas como la delincuencia. “Hay empresas que se han mostrado interesadas en operar en BCN World, como Melco, vetada en algunos estados de Estados Unidos por vinculación demostrada con la mafia y varios crímenes... y aquí les abrimos la puerta”, recuerda.Contrariamente, desde la FEHT, Guardià cree que “sería un buen negocio. Cualquier inversión es importante, pero con esta envergadura, con miles de empleos, recursos, inversiones, etc., la atracción turística sería aún más importante”.

Mientras, el silencio sepulcral de Hard Rock deja entrever que las cosas no van del todo bien.