Las ‘fintech’, la última alternativa para Catalunya

La fusión de CaixaBank y Bankia recuerda que Catalunya se quedó sin sus grandes bancos en 2017, cuando trasladaron su sede fiscal fuera de la región tras el 1-O

Más de 3.000 empresas decidieron irse de Catalunya o trasladar su sede tras el 1 de octubre de 2017. La inestabilidad política, el miedo a cualquier vía unilateral que pudiera poner en peligro sus unidades de negocio y sus relaciones con el resto de España y Europa provocó una auténtica fuga de compañías, entre ellas algunas tan importantes como Gas Natural, ahora Naturgy, Abertis o Codorníu. Incluso nombres como La Bruixa d’Or trasladaron su sede social de Catalunya. De entre todas, quizá las más llamativas fueron las marchas de CaixaBank, que se trasladó a Valencia, y Banco Sabadell, que apostó por Alicante, dejando a Catalunya huérfana de una gran entidad bancaria por mucho que las emblemáticas torres negras de la Diagonal sigan mostrando el logotipo de La Caixa. Las noticias sobre la fuga de compañías se fueron diluyendo con el tiempo, más aún con la llegada del coronavirus y el tsunami informativo que genera cada día. No obstante, en septiembre se dio a conocer que CaixaBank se fusionará con Bankia y que no solo la entidad resultante no tendrá ningún vínculo con Catalunya a nivel social y fiscal, sino que nadie ha consultado ni discutido ningún término de la fusión con el Govern. Aunque el nuevo consejero de Empresa y Conocimiento, Ramon Tremosa clamara el mes pasado que “CaixaBank debía volver a Catalunya” y que, por ende, la fusión debía tener algún impacto en la región, lo cierto es que solo quedarán las oficinas y trabajadores que queden tras el recorte que se llevará a cabo próximamente. Este es solo el primer caso, ya que en el futuro Banc Sabadell es posible que siga el camino de CaixaBank y se fusione con alguna otra entidad. Aunque en febrero de este mismo año Josep Oliu, presidente de Banc Sabadell, argumentó que la entidad se marchó de la región “por motivos técnicos y no políticos”, su sede se mantiene ahora, tres años después del pulso político entre independentistas y Gobierno, en Alicante. La inestabilidad política ha seguido reinando en Catalunya desde entonces, siendo la inhabilitación del president Quim Torra el último capítulo de la trama, pero lo cierto es que la comunidad, tres años después, se ha quedado sin una gran entidad bancaria, aunque cooperativas como Caixa d’Enginyers siguen creciendo.

Las ‘fintech’ como gran apuesta

Con todo, Catalunya no se ha quedado de brazos cruzados, aunque a veces lo parezca, y tiene un plan para recuperar poder en el sector de las finanzas. Las fintech son la nueva apuesta de la Generalitat, un modo de aprovechar el importante ecosistema tecnológico de Barcelona y su potencial como polo de atracción de talento. Ya en 2017 se filtraron los deseos de la Generalitat de recuperar e impulsar el sector financiero con un clúster específico para el sector, que tras la fuga de cajas representaba el 3,6% del valor añadido bruto. Poco se concretó entonces, pero este mismo verano se dio a conocer que el edificio de la Bolsa de Barcelona acogerá un hub especializado en fintech. Las fintech son nuevas compañías que aprovechan las posibilidades de la tecnología para ofrecer alternativas a la banca tradicional. El espacio contará con 1.000 metros cuadrados donde las startups fintech podrán compartir sinergias y desarrollar productos innovadores. La finalidad es crear un espacio dinamizador en el que las compañías encuentren las herramientas necesarias para crecer. BME, que gestiona la bolsa, el MAB y el entorno premercado, pondrá a disposición su conocimiento, experiencia y recursos a las fintech. Todo estará operativo en 2021 y el Govern ya se ha puesto en contacto con el ecosistema que forman estas empresas y les ha trasladado el proyecto de hub, posible gracias a BME y Barcelona Tech City.

Posibilidades a largo plazo

Pero, ¿es un movimiento inteligente apostar por un sector emergente y todavía por madurar para compensar la pérdida de peso de la región en el sector financiero? Para Daniel Wuhl, profesor de finanzas de EADA Business School, sí lo es: “Es un paso inteligente cuando no tienes recursos ni unas empresas potentes que puedan crear modelos bancarios”. Wuhl recuerda que la regulación no depende de Catalunya, sino de España. “Hay un impedimento político que dificulta que una entidad pueda surgir de manera fácil en Catalunya”, añade. Además, admite, hay que tener en cuenta que “el modelo bancario tradicional ya no es sostenible. Eso de tener grandes oficinas con muchos trabajadores..., eso ya no existe”.

Wuhl entiende que la apuesta por las fintech “es inteligente porque es barata”. Según el profesor de la escuela de negocios catalana, las fintech son empresas fáciles de constituir en las que es sencillo probar su viabilidad, su rentabilidad en el mercado o la eficacia de su tecnología. “El riesgo es menor y es una propuesta estratégica porque es uno de los sectores dentro del mundo startup que más recursos y talento están captando. Esto puede fomentar que el sector financiero en Catalunya se revise por una vía con menos esfuerzos”, explica Wuhl. Todo, aún así, teniendo en cuenta que el sector financiero “no puede ser una réplica de lo que era, sino que debe tener una nueva estructura y otros objetivos”. Wuhl asegura que “no habrá grandes bancos y grandes gestoras. Tenemos que ver el sector con otros ojos y saber que es un sector que tardará en madurar, que es una apuesta a largo plazo”. En ese sentido, para el profesor de EADA, las fintech no pueden ser, aún, una alternativa a la banca tradicional. “Podrán serlo con el tiempo, pero aún hay un grueso importante de la población que, en el momento de depositar sus ahorros prefieren confiar en la banca tradicional”, recuerda.

Al final, las fintech son todavía empresas jóvenes que la gente no conoce y que aún no son bancos. Goin o BNC10, con más de 45.000 clientes, son algunas de las fintech más conocidas. Lo que tiene claro Wuhl es que la capital catalana es un lugar ideal para apostar por las fintech. “Un informe del Mobile World Congress sitúa Barcelona como una fuente de atracción y de generación de iniciativas emprendedoras. El clima, la dinámica de crear polos y clústeres que se retroalimenten, las iniciativas desde el ámbito público, el efecto del MWC, el alto nivel de las universidades y las escuelas de negocio, todo suma”, expone el profesor. Asimismo, según otro informe, ahora de Savills, Barcelona es la cuarta ciudad preferida de Europa para establecer una fintech por ofrecer un estructura de servicios financieros, gran cantidad de talento e innovación y ser relativamente asequible. Teniendo todo esto en cuenta, parece que el movimiento del Govern tiene mucho sentido, intentando maximizar el potencial de la Ciudad Condal y las oportunidades de un sector en crecimiento que puede convertirse en una seria alternativa a la banca tradicional en el futuro. Según Acció, el 4,3% de las 1.500 startups que operaron en Catalunya en 2019, unas 65, se dedicaron al sector financiero o de los seguros digitales. El sector de la salud, el turismo, el comercio electrónico o la alimentación siguen acaparando un mayor número de empresas, mientras las fintech ganan peso.

Sin embargo, la inhabilitación de Quim Torra pone en jaque todo el proceso. La necesaria convocatoria de unas elecciones, que serán presumiblemente a principios de febrero, deja en el aire iniciativas como el hub en la Bolsa de Barcelona que, de llevarse finalmente a cabo, podrían posponerse meses.