Ignasi Biosca, consejero delegado de Reig Jofre:
“En el sector farmacéutico estamos avanzando inversiones a riesgo y a un ritmo trepidante”

El grupo Reig Jofre ha desarrollado un papel clave en la sanidad española en el periodo más intenso de la pandemia y ahora afronta el corto plazo ultimando una factoría de inyectables que contribuirá a la comercialización de la vacuna Covid-19, con dos proyectos de investigación en marcha, y con un nuevo perímetro empresarial.

La pandemia irrumpió antes de que finalizarán la construcción de una planta para fabricación de viales en Sant Joan Despí (Barcelona) prevista para finales de este año.

¿Han tenido que modificar sus planes?

Fue una inversión aprobada en el 2017, con un presupuesto de 30 millones, para producir productos inyectables y liofilizados y que tenía que estar acabada a finales de este 2020. Pero la Covid-19 ha retrasado unos meses el proyecto porque había unos ingenieros internacionales que no pudieron despalzarse a España para ultimar las fases finales de la puesta a punto. Pero estará todo listo en el primer trimestre de 2021.

¿Qué aportarán las nuevas instalaciones?

Es una planta automatizada, de muy alta capacidad y con estándares de calidad muy elevados, en todo el proceso de fabricación habrá muy poca intervención humana. Mantenemos nuestros planes para el 2021 sin alterarlos. Pero es evidente que en el momento en que se empieza a hablar de las posibles vacunas para el Covid-19 y con distintos orígenes -vacunas europeas, americanas, chinas- se buscan capacidades industriales que puedan ponerlas al mercado de forma muy rápida y con volúmenes de millones de unidades. Si llegan a necesitarse dos dosis de vacuna por paciente, a nivel mundial se podrían llegar a necesitar 10.000 millones de dosis para uno o dos años.

Tal como estaba diseñado, ¿el proyecto se ajusta a los requerimientos de la vacuna? Nuestro proyecto era para fabricar inyectables y liofilizados; y las vacunas son productos que se inyectan en sangre directamente con lo cual tenemos la tecnología preparada. Su existencia ya ha generado interés entre las autoridades tanto españolas como europeas porque suma capacidad de producción.

¿Se ha puesto en contacto con los proyectos de investigación de las vacunas?

Tenemos conversaciones abiertas con distintos proyectos para la fabricación de vacunas, en las que las distintas compañías van evaluando sus necesidades a nivel industrial y, por otro lado, está la negociación que lidera la CE para la compra de vacunas.

¿Ajustarán las líneas de producción para atender esta demanda?

La planta, tal y como estaba concebida desde un inicio, está preparada para producir las vacunas Covid. Es cierto que está por ver, cuando haya vacunas definitivas, qué tipo de vial requerirán porque seguramente se usarán viales multidosis -de 4 a 10 pacientes, por ejemplo-. Pero en cualquier caso, las instalaciones de Reig Jofre están preparadas. Además hacemos inversiones adicionales que asumimos a riesgo para poder acometer temas como la capacidad de congelación de algunos productos y cómo perfeccionar los niveles de control de calidad. Estas nuevas inversiones las hacemos a riesgo pero hay que asumirlas si queremos llegar a tiempo y tener las respuestas adecuadas.

¿Cómo financiarán este sobrecoste?

Las contabilizamos dentro de la estructura de inversiones del grupo. Técnicamente las planificamos y estudiamos para incluirlas en las inversiones anuales recurrentes.

¿Se consideran privilegiados por ser parte del sector farmacéutico en plena crisis?

Como en todos los sectores habrá jugadores que sufrirán y otros que saldrán reforzados. Por eso en ningún caso asumiría que el sector farmacéutico vaya a salir reforzado económicamente de esta crisis. Lo que sí creo es que saldrá reforzada la imagen del sector farmacéutico y el sector salud, en general. Ya no se nos ve como el sector que aprovecha los problemas de salud para generar ingresos, sino que existimos para resolver los problemas de salud. La sociedad, en general, mientras haya tratamientos buenos para la salud los acepta, casi los banalizamos. Por ello, es importante darse cuenta de que la falta de un buen sistema sanitario, del medicamento adecuado o de la vacuna puede llegar a provocar una crisis sanitaria y económica sin parangón. También lo es que se haya potenciado el trabajo conjunto de científicos, universidades, centros de investigación, compañías... todos a riesgo y a un ritmo trepidante. Eso demuestra que el sector salud y el sector farmacéutico es estrictamente necesario para la sociedad. Y que el país que antes pueda solucionar el problema de salud será el que antes saldrá de la crisis económica.

¿Cómo devuelve Reig Jofre sus beneficios a la sociedad?

De diversas formas, pero en el caso concreto de la pandemia, Reig Jofre ha hecho un ejercicio de responsabilidad con la sanidad pública replanificando la producción para atender la demanda de la administración. Las autoridades sanitarias han entendido que un fabricante nacional podía garantizar el suministro local de los medicamentos esenciales para cubrir las necesidades de los hospitales españoles. Han puesto en valor la fabricación de productos esenciales que durante la pandemia han requerido de un seguimiento especial por parte de la Agencia del Medicamento -la lista total era de unos 350 medicamentos-. De estos, unos 40 los produce Reig Jofre, siendo uno de los pocos fabricantes nacionales porque son productos de precio regulado que se usan en las primeras líneas de choque en hospital. Unos medicamentos que en los últimos años se ha generado una concentración de la producción muy importante por en países lejanos, de la mano de otros fabricantes.

¿Está de acuerdo en que la pandemia ha despertado una cierta nacionalización?

Esta concentración en países lejanos facilitaba que algunos fabricantes pudieran ofertar al ministerio de Sanidad medicamentos en un umbral de rentabilidad más alto, mientras que los fabricantes nacionales estábamos sufriendo los precios regulados y volúmenes de fabricación menores en productos que no aportan rentabilidad al portfolio de Reig Jofre. Se ha visto como la industria nacional ha sido determinante para atajar la pandemia y garantizar el abastecimiento sanitario y los beneficios de tener una industria farmacéutica localizada -con 82 plantas de productos farmacéuticos- con la que se puede interactuar y para no depender excesivamente de firmas en otros mercados.

Es un reconocimiento a la industria.

Hay que romper una lanza por la industria de la salud -asistencia, servicios, industria, investigación- porque cada euro invertido tiene un efecto multiplicador altísimo. Me gustaría pensar que se ve que ese valor existe. Una inversión bien hecha tiene una triple faceta positiva: innovación, servicio asistencia y generación de tejido industrial.

¿Qué implicó adaptar la producción a la demanda sanitaria?

Adaptar la producción a esas necesidades comportó trabajar fines de semana, ajustar las producciones... En definitiva, trabajar mucho para unos productos que suponen unos 100.000 euros en la facturación anual de 200 millones de euros, pero que eran imprescindibles para atender a los pacientes de las UCI. Por lo tanto, fue un esfuerzo ímprobo de los equipos de Reig Jofre. Hemos llegado a hacer entregas de pedidos en taxi. Todo por responsabilidad. Como compañía, nos hemos dado cuenta de que estamos mucho más cerca de la salud y que detrás de cada una de nuestras unidades de medicamento hay un enfermo que las necesita.

¿La plantilla ha continuado estable?

Sí que los equipos comerciales han tenido que quedarse en casa, especialmente en Francia y Portugal, pero hemos intentado hacer un esfuerzo sin aplicar ERTE.

¿La Administración ha cumplido los plazos de pago del gasto sanitario?

Inicialmente nos preocupaba que la Administración no fuera del todo rigurosa en la cadena de pagos, por el crecimiento del gasto por venta hospitalaria al sistema público, y que provocara un efecto adverso en el sistema y en las empresas del sector. Pero ha habido un esfuerzo y el comportamiento de pagos del sistema público de salud ha sido comparable a otros periodos anteriores.

¿Cuál es el balance económico del primer semestre del año?

El primer semestre cerró con un crecimiento de las ventas del 25% y del resultado superior al 40%, pero no está relacionado con el Covid-19, sino que recoge la compra de un negocio osteoarticular que aporta 14 millones de ingresos este año. Esto permite crecer a tasas no habituales y no sostenibles, pero modifican el perímetro de la compañía. Al margen del crecimiento inorgánico, estar muy diversificados nos ha beneficiado. Mejoraron la línea de tecnologías farmacéuticas (negocio de productos hospitalarios) al recoger una mayor producción por las inversiones realizadas en los últimos años. En la división de productos de especialidad -donde hicimos la compra- el alza fue del 80%. Esta área son productos de prescripción médica y sí que apreciamos que han bajado porque no ha habido tanta frecuencia de visita médica a causa del confinamiento. Contrariamente, estar más en casa, ha impulsado nuestra línea de consumer healthcare (complementos nutricionales o productos OTC) porque la gente estaba preocupada por prevenir la salud o por la venta de desinfectantes.

Previsiones para el conjunto de 2020.

Hay incertidumbres por cómo evolucionará el consumo de ciertos medicamentos y de recetas médicas, pero esperamos tener un año en crecimientos positivos. Con las limitaciones que nos genera no tener una actividad normal.

¿Va a seguir la política de compras?

La pandemia en sí no ha cambiado nuestra estrategia, muy basada en proyectos de inversión destacados. Entre 2016 y 2020 hay dos grandes proyectos que nos darán el impulso futuro. Por un lado, la construcción de la planta de inyectables que nos dotará de más capacidad de producción y volumen de negocio y, por otro, la compra del negocio osteoarticular para desarrollar esta área. Ello con una constante inversión en I+D y en tecnología en las fábricas.

¿Planes para los próximos años?

Venimos de cuatro años de un intenso período de inversiones tanto industriales como de producto. Ahora toca digerirlas, rentabilizarlas y dar retorno a la compañía y a los accionistas. Y materializarlo como compañía de tamaño significativo en el sector. Al crecimiento inorgánico nunca le cerramos la puerta, pero no es un eje de futuro. Esperamos bajar el nivel de inversiones industriales, mantener el I+D y aumentar la rentabilidad con productos de mayor valor añadido, para absorber mejor la estructura de costes y aumentar el ratio de generación de Ebitda versus ventas, para generar recursos y reducir la deuda generada y seguir invirtiendo.

¿Qué respuesta esperan de los accionistas?

Los accionistas creen en el proyecto teniendo en cuenta que el valor de las acciones ha crecido más de un 60% en lo que va de año.

¿Qué proyectos tienen de I+D?

Reig Jofre siempre se ha focalizado en las enfermedades infecciones bacterianas, más que las víricas. Ahora tenemos dos proyectos abiertos concebidos para protección de infecciones bacterianas. Uno, en colaboración la empresa sevillana Vaxdyn, para encontrar una vacuna que proteja ante las infecciones bacterianas que pueden contraerse en el entorno hospitalario. Otro es, a partir del complemento nutricional Manremyc que refuerza el sistema inmune para luchar en este caso contra la tuberculosis, estamos haciendo ensayos para probar su eficacia contra el Covid-19, pero estamos en una de las primeras fases de la investigación.