Una nueva oportunidad para la digitalización de las empresas

Las crisis económicas, sociales y sanitarias han sido una constante a lo largo de la historia, están documentadas desde la antigüedad. En todas las crisis recientes que hemos afrontado, la última la de 2008, hemos especulado sobre los cambios que la sociedad en su conjunto, y la economía en particular, experimentarían. La realidad luego ha sido que el agua vuelve a su cauce y las pautas de conducta se repiten olvidando, pronto, las lecciones que podríamos aprender de la crisis.

Uno de los ámbitos fundamentales sobre los que se ha teorizado ha sido sobre las virtudes y también esclavitudes que la tecnología tiene en nuestras vidas. Esta crisis podría ser el momento de superar definitivamente este debate. Los estudios realizados por diversas consultoras, organizaciones patronales y empresas operadoras reiteraban algunos datos: el nivel de tecnologización de las pymes era muy bajo, las razones de esta baja tasa de digitalización eran esencialmente tres: la falta de tiempo, la falta de presupuesto y la falta de conocimiento para saber cómo realizar el tránsito a la digitalización. La crisis del coronavirus demuestra que las empresas digitalizadas están sufriendo menos. Además, estamos comprobando que las empresas se están adaptando, mayoritariamente, a gran velocidad al mundo digital. Digitalizarse o morir.

Las razones aducidas por las pymes en los estudios en muchos casos eran ciertas, pero en otros casos eran excusas. Lo urgente pasaba por delante de lo importante y con la crisis del Covid lo importante ha pasado a ser lo urgente, es de las pocas cosas positivas que esta situación nos va a dejar. La mayoría de inversiones en tecnología como acceso a Cloud, centralitas virtuales, desarrollo del e-commerce se consolidarán una vez se levante, progresivamente, el confinamiento. En muchas empresas se plantearán como prioridad el acceso a la nube, la gestión de datos, la instalación de equipos de videoconferencia, la firma electrónica, etc. El único freno a este proceso de digitalización serán las limitaciones económicas de las empresas que experimentarán una caída de ingresos y un aumento de su carga financiera.

El nuestro es el país de la UE con una mayor atomización empresarial y solo el 5,2% de las empresas tienen más de diez trabajadores, en estas circunstancias los recursos para consolidar esa digitalización serán limitados, pero tras los ICO, para hacer frente a las urgencias deberán venir los fondos para la digitalización con la misma facilidad de acceso que los ICO han tenido en este periodo. En este sentido la colaboración público-privada será fundamental.

La digitalización es el único camino para que, poco a poco, nuestras empresas puedan retomar su actividad y puedan volver a crecer, pero sobre todo de abrir nuevos mercados, en muchos casos nada lejanos, sino a la vuelta de la esquina a los que acceder y que hasta ahora ni se habían planteado. En este camino hacia la digitalización Cataluña parte en buena posición debido a que tiene uno de los sectores TIC más robustos de España y Europa. La importancia del sector TIC trasciende a su capacidad de proveer servicios e impacta de lleno en el tejido empresarial al impulsar nuevas formas de trabajo y el uso de herramientas que impulsan, en ocasiones de forma inconsciente, la digitalización de las empresas.

Datos de la Generalitat ponen de manifiesto que el 75% de los trabajadores de las empresas TIC de Cataluña están teletrabajando desde el inicio del confinamiento y que el 64% de las empresas estaban absolutamente preparadas para el cambio al teletrabajo antes de que entrara en vigor el Estado de Alarma, Esta buena preparación de las empresas TIC catalanas ha permitido a otros muchos sectores mantener la actividad y aunque el 83% de las empresas encuestadas han afirmado que han sufrido cancelaciones de contratos no es menos cierto que han recibido encargos por vía de urgencia.

En Catalunya, según datos de la administración autonómica, hay 16.300 empresas TIC que dan empleo a 114.000 trabajadores. Barcelona es la cuarta ciudad TIC del Mundo y genera casi 60.000 empleos. El sector TIC en Cataluña creció en 2019 un 10%, dato muy destacable dado que está muy por encima del 1,9% de crecimiento global de la economía en Cataluña. Las empresas del sector TIC aportan a la economía catalana 18.325 millones de euros y la previsión era que hasta 2023 el crecimiento fuera del 3,8%. Este crecimiento venía impulsado por la fuerte inversión procedente del exterior. Dicha inversión foránea había experimentado en 2019 un crecimiento del 70%. Aún no se dispone de datos sobre como el aplazamiento del Mobile Congress y el 4 Years from now, 4YFN, puede afectar a estas previsiones. Este tipo de inversión contribuye a la economía de Barcelona con mucho más que con dinero y empleo directo, lo hace con posicionamiento global dado que la procedencia de estos inversores es en primer lugar de Asia y América y solo en tercer lugar de nuestro propio continente, Europa.

Antes del inicio de la crisis del coronavirus un 77% de dichas empresas preveía crecer en 2020. Sin duda estos datos se modificarán negativamente, pero las empresas TIC catalanas están demostrando voluntad de dar servicio y adaptarse dado que el 63% de las mismas han aceptado o propuesto modificar presupuestos y formas de pago a sus clientes con el fin de que los proyectos previstos no se cancelen. En todos los estudios realizados sobre el sector se destacaba como punto negativo la falta de colaboración e intercambio de conocimiento entre las empresas TIC con sede en Cataluña, ahora, con la crisis que estamos afrontando, esta forma inadecuada de proceder, sin duda, se modificará.

Las nuevas circunstancias económicas y sociales dificultarán hacer frente a los retos de la empresa TIC catalana entre los que destacan los bajos salarios en relación a nuestros competidores a nivel mundial y el bajo porcentaje de mujeres presentes en el sector TIC, pero también abre la puerta a oportunidades derivadas de la toma de consciencia por parte de las empresas en invertir en digitalización y en las sinergias surgidas de la colaboración e incluso fusiones entre empresas que reforzaran el músculo empresarial TIC catalán.