El talento femenino vuelve a estar en la cuerda floja

La mujer está llamada a continuar en el camino que veníamos construyendo, buscando romper los antiguos paradigmas que nos rodean, no sólo a nivel social sino empresarial y cultural. Definitivamente, demasiados hilos que entretejer para lograr construir y deconstruir un mundo en el cual hemos estado conformes durante mucho tiempo y sobre el cual hemos buscado encontrar una excusa para defender el sistema, que en algún momento diseñamos y creímos “eficiente”.

Los últimos datos publicados por ICSA Grupo® en el Informe de Talento femenino 2020, sacaron a relucir que finalmente parece ser que las actuaciones que se han venido impulsando en materia de igualdad de género estaban dando frutos de una forma lenta pero consistente en el tiempo, con ligeros incrementos de presencia femenina en los distintos puestos de trabajo y con una disminución leve de las diferencias salariales entre hombres y mujeres, hasta que irrumpió en nuestro diario devenir el Covid-19, y nos ha hecho volver a situarnos en una posición en la cual estamos llamados a analizar con mayor cautela el impacto de nuestras decisiones. Un 15,9% de diferencia salarial entre géneros no es justificable, mientras un hombre puede cobrar 115 euros una mujer cobra 100 euros por un mismo trabajo, por tanto, esto nos hace reflexionar sobre qué tipo de sociedad estamos y hemos estado construyendo, puesto que esto no es una problemática únicamente correspondiente a los empresarios, también tenemos mucho que hacer desde nuestros ámbito cultural, individual, educacional, empresarial y legislativo.

Aunque parezca una obviedad, el Covid-19 ha venido a llamar nuestra atención sobre la forma de ver las cosas y la perspectiva que estamos dándole a nuestras vidas y a nuestra sociedad, es una oportunidad para continuar cambiando nuestro entorno y no permitir que se convierta en una amenaza para la igualdad de género. Si tenemos un porcentaje tan alto de mujeres en la primera línea de trabajo contra el Covid-19, como es posible que no tengamos mayor representación femenina en los órganos estratégicos que toman decisiones. Cómo podremos ser más justos y equitativos si no somos capaces de ver más allá de las teorías y formas de hacer que hasta ahora hemos tenido.

El talento femenino es tan valeroso y estamos perdiendo un tiempo preciado al no tenerlo en cuenta, porque hemos de avanzar hacia una sociedad más justa y equitativa para todos los géneros, lo que constituye una tarea inclusiva, basada en el compartir conocimiento y experiencias, en crear soluciones novedosas y diferentes a lo que ya venimos haciendo. Las mentes femeninas pueden llegar a aportar una creatividad, eficiencia, compromiso y responsabilidad, además de un reconocido liderazgo motivacional y, a la vez, racional que en épocas de crisis aporta un valor incalculable.

Ante un punto de inflexión como el que estamos viviendo, donde las decisiones que tomamos ante una contingencia -en este caso más sanitaria, pero que sin duda afecta en lo económico- tienen grandes repercusiones por muchos años. Depende de nosotros y nosotras mismas que podamos evitar que se emprendan acciones que no tengan en cuenta la igualdad de género, que no se midan con objetividad y se tomen decisiones que no sean una solución desde la conciencia.

Entre el 2008 y el 2013, la presencia femenina paso de ser casi un 20% a ser un 10%. En menos de 5 años, la mujer fue la principal afectada de la crisis financiera e inmobiliaria con una pérdida de puestos de trabajo y que, con el paso de los años al recuperarse, se volvería a incorporar con un valor salarial aún mucho más depreciado y devaluado. Precisamente es de esta situación sobre la que debemos tener conciencia clara para evitar que se repita nuevamente e impulsar los cambios en nuestro entorno y en nuestras organizaciones. El trabajo que muchas mujeres han llevado a cabo hasta este momento ha sido muy valioso. Las empresas y los gobiernos han contribuido en diferente forma a que esta diferencia salarial se minimice, pero el trabajo aún no está acabado, es solo el comienzo y debemos enfocarnos en mantener el objetivo de igualdad y justicia equitativa. El futuro escenario que se nos presenta, y que ya está aquí, nos llama a actuar rápidamente y de forma urgente para evitar que caigamos en un ciclo como el de 2008 en lo que a igualdad de género se refiere. En este futuro que ya hoy es presente, el eje alrededor del cual nos movemos, es la persona, no es un género especifico, es la persona.

Las empresas han de pensar en qué necesidades tiene cada uno de los integrantes de su equipo. Los departamentos de Recursos humanos no solo deben centrarse en planes formativos y desarrollo de carrera profesional y en temas tradicionales, sino también romper esquemas, pensar en que valor le estamos aportando a cada persona a nivel individual y a nivel familiar. El diseño de los puestos de trabajo, que hasta ahora conocíamos, tiene que cambiar y adaptarse ante una nueva necesidad y una forma de interactuar que puede ser muy ventajosa para la compañía y para el colaborador, siempre y cuando se establezcan unos límites y unos protocolos donde se proteja a cada una de las partes, y permita realmente conciliar la vida personal con la vida profesional, sin que esto sea impedimento para alcanzar un desarrollo profesional o lograr las metas trazadas.

El mundo actual y las circunstancias en que vivimos nos han obligado a dar un giro a nuestros paradigmas de forma abrupta, aprovechemos la apertura mental que esta experiencia nos está dejando y que nos ha permitido vivir, para hacer un mundo más justo y equitativo donde no sesguemos por género, sino que seamos valorados por nuestras capacidades y podamos desarrollar nuestra vida familiar y profesional. La igualdad no es una moda, no es un 50/50 que vayamos a alcanzar un día y nos vayamos a olvidar, la igualdad no viene dada únicamente por normativas, viene dada por una toma de conciencia y un cambio de pensamiento individual, la igualdad es que seamos valorados por nuestras capacidades, tengamos las mismas oportunidades, la igualdad no es un ir y venir, es algo por lo que debemos perseverar cada día.