La telaraña del efecto Amazon: hacia una oferta integral de logística de calidad en Catalunya

En la era digital, la logística se ha convertido en un pilar estratégico fundamental para muchas compañías que han visto en el servicio la mejor manera de diferenciarse de su competencia. En Catalunya, el sector logístico es un claro motor económico del país, ya que representa el 14% del PIB. Tras los últimos cinco años con crecimientos consecutivos, se prevé una tendencia al alza.

Desde hace años, Catalunya se ha posicionado estratégicamente en el exterior como un Hub logístico único en el Sur de Europa, ya que concentra simultáneamente un tejido industrial y un Marketplace de consumo de primer orden, con una capacidad de distribución y de conectividad sin igual, con excelentes infraestructuras de movilidad y logísticas. Este modelo se ha basado principalmente en la oferta de metros cuadrados logísticos que han atraído importantes centros logísticos e inversiones los últimos años. Pero con las actuales tendencias de consumo, esta oferta -agotada en la llamada zona prime- no será suficiente para seguir atrayendo nuevas inversiones.

Con la irrupción masiva de la tecnología móvil, unos nuevos hábitos de consumo han ganado relevancia de forma muy significativa, en los últimos años. El consumidor espera inmediatez, entregas ad hoc, surtido infinito, pedidos de tamaño muy inferior -proceso de atomización-, stock inacabable y al mismo coste por entrega. La logística existente está llegando en muchos casos a situaciones de bloqueo a corto plazo, tanto desde los centros logísticos como desde la distribución y el transporte. Una cosa está clara, y es que con soluciones tradicionales no se conseguirá dar respuesta a estos nuevos retos del futuro, ni en servicio ni en coste.

El efecto Amazon ha entrado como un tsunami en el campo de la distribución para transformar la logística de distribución y del reparto de última milla, fijando unos estándares y expectativas de servicio que el resto de actores deben alcanzar para ser competitivos. El centro logístico ha pasado de su rol clásico como simple almacén y actor secundario, a transformarse en un elemento clave a nivel estratégico en las cadenas, básico para poder ofrecer este nuevo servicio digital. Ha surgido una tendencia globalizada hacia la automatización de centros logísticos más especializados de grandes distribuidores, pero las pymes y los operadores logísticos han tenido históricamente más difícil el acceso a estas nuevas tecnologías, los unos por falta de masa crítica, y los otros por la imposibilidad de invertir con contratos a corto plazo.

Siguiendo las tendencias globales previas a la pandemia, en Catalunya la compra online ha crecido un 34% los últimos tres años, incrementándose además notablemente la frecuencia de compras realizadas, aunque los niveles están aún por debajo de otros países europeos. La pandemia del Covid ha supuesto una compleja situación porque, por un lado, ha desplomado el negocio B2B en varios sectores, como hostelería o servicios, y por otro ha supuesto un trasvase de pedidos del canal tienda al online. Se ha observado un salto cuántico, que se mantendrá en el tiempo, en cuanto a consumo e-commerce se refiere, de entre tres y cinco años en el tiempo, tensando aún más la situación precedente. La media del incremento de bultos gestionados por las empresas de transporte y paquetería durante la pandemia es del 50%, pero en muchos sectores las ventas por este canal se han triplicado o cuatriplicado, hasta niveles sólo equiparables a campañas como el Black Friday.

En supermercados, por ejemplo, los incrementos registrados durante la pandemia han sido del 80%. En este sector, cuando las ventas online se encontraban por debajo del 1-2%, los centros logísticos clásicos han soportado los altos costes logísticos que supone la preparación de la unidad, pero con el incremento actual la situación se ha descontrolado definitivamente. Para hacer rentable y viable a medio-largo plazo estos centros tocará automatizar y tecnificar sus operaciones, con soluciones específicas del online, basadas sobre todo en robótica móvil, ya que los crecimientos e imprevisibilidad del negocio digital exige flexibilidad y adaptabilidad de los sistemas.

Durante la crisis del Covid se han visto medidas concretas, sobre todo en grandes distribuidores, para adaptar con urgencia los centros existentes. Sin embargo, la mayoría de ellas son soluciones poco viables a largo plazo. Son necesarios por tanto unos cambios importantes en las cadenas de suministro, que serán una ventaja definitiva para las empresas que sepan aprovecharlo. Se precisarán soluciones altamente flexibles que permitan operativas diversas y adaptables a crecimientos futuros de cada negocio, tanto desde distribuidores como en operadores logísticos, sin importar el tamaño de empresa, que gracias a la nueva oferta de flotas robóticas pueden acceder a inversiones escalables en el tiempo. Modelos donde la gestión masiva del retorno o logística inversa sea algo habitual y cotidiano.

La falta de espacio logístico hace que se requieran soluciones en general más compactas, combinadas además con interesantes modelos de preparación, recogida y reparto urbano, donde el nuevo rol activo de la tienda como micro centro logístico en la gran ciudad, aparte de showroom, puede ser fundamental para descongestionar el tráfico diurno y garantizar los tiempos de reparto en franjas horarias. Es importante que todos los actores trabajen de forma transversal y coordinada. Desde el punto de vista público, deben adaptarse las normativas para permitir la transición a nuevos modelos. Iniciativas de difusión del conocimiento se hacen imprescindibles para conectar las últimas tendencias tecnológicas con todo el tejido empresarial, que deberá además prever las nuevas necesidades de conocimiento y cualificación de su personal.

La situación actual originada por el coronavirus ha puesto de relieve algo previsible a medio plazo, que ahora se ha convertido simplemente en urgencia. Desde cada organización es el momento de tomar decisiones estructurales. Hay una tendencia natural del consumo hacia la comodidad y deberán unirse esfuerzos on y offline, privados y públicos, para asegurar una oferta integral de calidad.