Pymes y transformación social competitiva

Es el mejor momento para reconocer a las micro, pequeñas y medianas empresas, que constituyen el 99,9% de las compañías en España contribuyendo en un 62,2% al PIB y en un 72,4% a la generación de ocupación. Ya lo decía Adam Smith en el siglo XVIII, “más importante que el oro y la plata es el trabajo, que dignifica a las personas”. Las pymes generan la mayor parte de la riqueza y del empleo y todos sabemos del esfuerzo necesario y constante que necesita una empresa para sobrevivir y los costes personales que eso supone. Sacrificios que van más allá de la rentabilidad.

La economía debe ser un medio al servicio del bienestar de todos sus miembros para que todos tengamos un sitio digno en ella. Porque es injustificable una sociedad que deje a parte de sus miembros al margen, sin oportunidades, sin trabajo. Porque el trabajo no solo da dinero; da dignidad como ya he mencionado recordando la idea de Smith de hace más de dos siglos, pero el trabajo también da una posición en el mundo y un propósito en la vida.

Curiosamente, la crisis del coronavirus ha traído datos que dan que pensar y, en concreto, los más ricos del mundo como Mark Zuckenberg, Jeff Bezos o Elon Musk, pero también Amancio Ortega, Rafael del Pino o Florentino Pérez, entre otros, han incrementado su patrimonio desde el mes de marzo pasado, según la revista estadounidense Forbes que en su web actualiza cada cinco minutos el valor de las acciones de los más potentados del globo. Vamos a tener que luchar mucho para reducir las desigualdades y promover unas oportunidades duraderas para todos, pero han de ser las pymes las que lideren ese cambio hacia un nuevo paradigma; la Transformación Social Competitiva. Este modelo se centra en el desarrollo de estrategias empresariales de impacto social positivo como palanca de aceleración, tanto de la transformación del entorno de la empresa, como del posicionamiento del negocio en la nueva realidad post-Covid-19. Las empresas con estrategias de impacto social son más competitivas y, como resultado, hacen posible que la sociedad obtenga un mayor estado de bienestar.

En definitiva, debemos transformarnos para ser mejores y así poder mejorar lo que nos rodea. Hemos de apostar por modelos de desarrollo basados en estrategias sociales y medioambientales para tener más oportunidades de crecimiento, realizando cambios positivos que nos permitan promover la actividad económica desde la sostenibilidad, sin renunciar a los beneficios. A través de la Transformación Social Competitiva es posible medir el impacto positivo, una transformación que nos va a permitir además descubrir nuevas oportunidades de negocio que pueden hacernos más competitivos y ayudarnos a construir un mañana mejor para todos. No nos resignemos a un mundo que parece irremediablemente abocado a generar desigualdades. Debemos seguir impulsando iniciativas encaminadas a erradicar cualquier tipo de discriminación en el ámbito laboral y, en este sentido, las pymes han de luchar para frenar la discriminación por edad, la más frecuente en todas las organizaciones y una de las más complicadas de visibilizar.

El impacto que el SARS-CoV-2 ha tenido en el colectivo sénior ha contribuido a incrementar la situación de desempleo de este grupo de la sociedad, que se enfrenta a grandes dificultades para volver a reincorporarse al mercado laboral. Desde la Fundación PIMEC hemos llevado a cabo un análisis de lo que significa para el colectivo mayor de 45 años la situación de desempleo en esa franja de edad, así como las iniciativas que se llevan a cabo en otros países de Europa para fomentar su contratación, asimismo hemos planteado algunas medidas que entendemos que contribuirían a paliar esta grave lacra social.

Los datos recopilados nos confirman que hay mucho trabajo por hacer en tres ámbitos diferentes; social, empresarial y político. Hay que trabajar para erradicar el edadismo que la sociedad ha integrado casi de manera imperceptible, y luchar contra los estereotipos a los que tiene que hacer frente el desempleado sénior. La idea errónea de que la persona mayor de 45 años no ha conseguido avanzar a nivel de capacitación y formación, y que sus competencias están desfasadas es el más grave de los obstáculos que frenan la contratación de este colectivo. La falta de oportunidades hace que la cifra de desempleados de este colectivo siga incrementándose de manera exponencial.

Las medidas cortoplacistas, que se llevaron a cabo en la anterior crisis económica y que vieron en las jubilaciones anticipadas la solución al problema del excedente de personal en muchas empresas, se han demostrado muy poco efectivas en el largo plazo y afortunadamente la mesa del Pacto de Toledo ya ha tomado nota de esta ineficaz medida para penalizar esta práctica, si se formalizan los acuerdos previstos. En una sociedad que envejece a pasos agigantados, si no trabajamos para garantizar el empleo a los mayores de 45 años, no será posible mantener el Estado de Bienestar, y los daños serán irreparables.

Por otro lado, afrontamos una emergencia climática global con impactos irreversibles para las personas y los sistemas naturales que nos sustentan, y que será más devastadora para la humanidad que la Covid-19. Todavía estamos a tiempo de pararlo y, además, los beneficios de cambiar a una economía baja en carbono podrían crear una oportunidad de crecimiento global de 26 billones de dólares y 65 millones de nuevos empleos para 2030, según el último informe de la Comisión Mundial sobre la Economía y el Clima. Las pymes han de integrar los ODS porque la mayoría de los retos a los que nos enfrentamos están contemplados en la Agenda 2030, en la que las pequeñas empresas han de ser actores clave para dar respuesta a los desafíos del planeta y liderar los cambios que necesitamos.

La transformación social competitiva y las empresas con valores positivos son los que pueden tejer un futuro sostenible; frenando y disminuyendo la desigualdad en la distribución de la renta, aportando puestos de trabajo que dignifiquen al individuo, evitando la discriminación más elevada en cifras, el edadismo, y luchando contra el cambio climático, siendo todo ello medible.