Un nuevo modelo de liderazgo a raíz de la crisis del coronavirus

Nos encontramos en una situación totalmente inesperada. Cuando se canceló MWC Barcelona en febrero varias fuentes cuestionaron la decisión y sus motivaciones, pero el tiempo ha demostrado que fue una cuestión de responsabilidad totalmente necesaria. En momentos de crisis como el actual, todo cambia muy rápidamente, y en muy pocos días hemos visto como nos teníamos que confinar en casa sin fecha de salida. Tenemos que asumir que nuestra sociedad es más frágil de lo que pensábamos. Bill Gates ya había vaticinando que no estábamos preparados para hacer frente a una pandemia, y así se ha visto. Ahora es el momento en que las empresas tienen que plantearse que lo importante es trabajar en proyectos con propósito, no sólo económico sino social, que trasciendan y que tengan impacto social. Tenemos muchos temas en los que trabajar.

En un primer momento, ¿qué han hecho las empresas? Según datos del INE, solamente un 7,5% de los trabajadores hacían teletrabajo al menos ocasionalmente. Ahora, todos los trabajadores, que trabajan en sectores que así lo permiten, están realizando teletrabajo. Evidentemente, no quiere decir que sea una medida que se acabe implantando de forma permanente en todas estas organizaciones, pero creemos que la reticencia que tenían hasta ahora muchas empresas disminuirá al comprobar su buen funcionamiento estos días y será posible su implantación hasta cifras del 20 o 30% en las empresas después de esta crisis. El teletrabajo tiene tres ventajas muy claras: mejora el balance entre vida personal y profesional, reduce traslados y el impacto que tienen en la emisión de gases y mejora la productividad. Por el contrario, está claro que perdemos el contacto personal con el equipo y la posibilidad de compartir de forma directa, pero la tecnología aquí reduce esta necesidad con un gran número de herramientas que permiten este contacto, aunque sea de forma virtual. También es muy importante la necesidad de inclusión digital. Seguro que estos días muchas personas que no estaban habituadas han tenido que formarse para ser capaces de conectarse a su empresa a través del teletrabajo y herramientas digitales.

En este ámbito, está muy claro que vienen cambios importantes. Si ya existía una gran brecha digital, con un sector que necesitaba un gran número de profesionales de los que no disponíamos, ahora va a ser todavía más evidente. Tenemos que aprovechar esta pausa para formarnos para el día después, un día en el que la tecnología va a ser todavía más fundamental. Es muy importante la formación en este sector, y por qué no, este momento de crisis puede ser también el más propicio para adoptar nuevas capacidades que nos harán todavía más eficientes y valiosos en el desarrollo de nuestro trabajo. Además, siguen surgiendo trabajos nuevos en ámbitos como las plataformas digitales que crecen de manera muy importante y permiten un gran desarrollo profesional diferente al que estamos acostumbrados hasta ahora.

Ahora estamos viendo personas que sobresalen y se convierten para muchos en líderes en el sector sanitario y en la lucha contra el Covid-19. Yo destacaría por ejemplo al Dr. Campistol, director general del Hospital Clínic de Barcelona o al epidemiólogo Oriol Mitjà del Hospital Germans Trias i Pujol, que están haciendo una gran labor de prevención, tratamiento e investigación sobre el virus, pero dando consejos y emplazando a los ciudadanos a colaborar y actuar de manera responsable. Esta responsabilidad es quizás lo que esperamos de los líderes del futuro después de estas crisis.

La excepcionalidad del momento provocará un cataclismo de tal magnitud que requeriremos líderes comprometidos, con objetivos claros y lo suficientemente adaptables como para lidiar con la incertidumbre. Será muy importante la visión como líder, ser capaz de anticiparse a lo que viene en cada momento. Y en este momento todavía más, desde la dirección general de cualquier empresa tenemos que asegurar que tenemos proyectos con propósito de impacto social claro y, además, hay que tener los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU en el ADN de la empresa para no perder el rumbo. Hace años que muchas empresas tienen programas de Responsabilidad Social Corporativa, pero ahora es el momento de ir más allá y demostrar una importante flexibilidad organizacional y capacidad de adaptación para ser capaces de hacer frente al futuro y anticipar todo tipo de escenarios. Propongo impulsar modelos de redarquía, trabajar en red y promover el talento dentro de la empresa independientemente del área o funciones que desarrolle esa persona dentro de la organización. Buscar aquellos héroes que están ocultos en las empresas. El activo más importante de cualquier organización son las personas y su talento, y creo que estos momentos nos harán valorarlo todavía más.

Estamos en un momento de reflexión para todos. Desde Mobile World Capital Barcelona estamos trabajando para celebrar a finales de año una cumbre internacional que convertirá a Barcelona en la capital del humanismo tecnológico y la tecnoética. Estamos viendo diferentes reacciones y maneras de comportarse ante un mismo reto. Queremos reflexionar sobre la gobernanza tecnológica y cómo afecta a los ciudadanos. Por ejemplo, no se ha actuado de la misma forma en China, sobre el uso de los datos de los ciudadanos, que en Europa con una gran importancia de la sociedad del bienestar o en Estados Unidos con una gran fragilidad social. La ética es importante en todos los niveles, y el análisis de esta ética en la tecnología y el nuevo mundo digital es muy importante para determinar nuestro rumbo. Hay que tener la capacidad de ver oportunidades en la crisis, aunque sea en una pandemia de esta magnitud que nadie imaginaba. La pasión es la única motivación que permite hacer de las crisis, oportunidades. La pasión y la comunidad, un olvidado que, gracias a las redes, parece que podemos volver a poner en valor, con grandes iniciativas de personas anónimas, pero de gran valor. Estamos en un momento de cambio de paradigma. En definitiva, nos encontramos ante nuevas formas de entender el trabajo y nuestra relación con la comunidad, nuevos líderes y un nuevo mundo que hoy parece mucho más que incierto, pero también un mundo en construcción que está sacando lo mejor de todos nosotros. Creando y compartiendo es como realmente crearemos algo diferencial que nos ayude a evolucionar como sociedad.